ACERCA DE LA PROCLAMACIÓN ELECTORAL DEL MST-MAS Y EL PTS

ACERCA DE LA PROCLAMACIÓN ELECTORAL DEL MST-MAS Y EL PTS

Hace un par de horas, el frente del Mst y el Mas dio a conocer sus “precandidatos” para las elecciones de octubre próximo, y el Pts para las internas de las Paso en el Frente de Izquierda. ¿Al que madruga dios lo ayuda? O no por mucho madrugar se amanece más temprano.

En ninguno de los dos casos el anuncio fue acompañado por una caracterización de la situación política y la presentación de un programa. Se trata, entonces, de una operación mediática, o sea carente de contenido. El método de los partidos revolucionarios, incluso en una lucha electoral, es diferente: consiste en explicar a los trabajadores cómo se presenta, en cada momento concreto, la lucha por el poder. Ni siquiera la ‘casta política’ se limita a la presentación de sus candidatos; los Demócratas y los Republicanos, en Estados Unidos, y los Conservadores y los Laboristas en Gran Bretaña aprueban sus Manifiestos en Convenciones Nacionales. No solamente los programas sino también aquellos encargados de exponer esos programas deben ser seleccionados por una deliberación colectiva.

La situación política corriente en Argentina reclama en forma muy especial una caracterización de su desarrollo y el programa correspondiente. El gobierno se encuentra en una encrucijada política, en primer lugar como consecuencia de las contradicciones de su propia política económica. Aunque el gran capital nacional e internacional sostiene al gobierno y no tiene previsto cambiar de frente, el impasse económico ha provocado crisis de gabinete y promete desatar varias crisis más. La colaboración de todos los partidos patronales (incluida la mayoría del FpV) y de la burocracia sindical no ha logrado impedir que el descontento popular con su política reaccionaria se haya comenzado a manifestar en los lugares de trabajo y en las calles. Esto ha dejado en harapos a esa oposición patronal y avivado su internismo. El conjunto de estas condiciones ofrece una perspectiva única para la izquierda, que es la posibiilidad crecer en la clase obrera y como corriente de masas, orientando esa movilización y organizando a sus activistas más resueltos. Los enormes contratiempos económicos y las movilizaciones populares han bloqueado el ordenamiento electoral de los partidos patronales, como lo demuestra la fragmentación que atraviesan todos los campos políticos. Es que esos alineamientos políticos deben anticipar el esquema de poder de cada fuerza en presencia, frente a la crisis en desarrollo. Precisamente cuando la salida electoral del sistema político capitalista se empasta, los ‘madrugadores’ salen a ofrecer un servicio mecánico.

Un aspecto relativamente importante del empaste electoral es la demorada definición de Cristina Kirchner, apurada desde Página 12, por ejemplo, para que dé el sí, y apremiada por sus ex seguidores del FpV, incluido el movimiento papal Evita, para que prolongue su reclusión. Los macristas, por el contrario, dicen quererla como desafiante. De acuerdo a las informaciones que se conocen, todos los grupos políticos de la oposición estarían a la espera de lo que venga de Río Gallegos o El Calafate. La izquierda, de nuevo, tiene la oportunidad, primero, de desarrollar una alternativa obrera y socialista para numerosos contingentes de luchadores ante la fragmentación del peronismo. En segundo lugar, la oportunidad de denunciar la crisis de liderazgo del ala ‘nacional y popular’ menguante, que se limitaría a una disputa electoral y parlamentaria con todas las maniobras que acompañan semejantes disputas. Ninguna operación mediática ‘madrugadora’ puede satisfacer la necesidad de una lucha política franca con los partidos patronales en veloz descomposición.

El Pts ha hecho su presentación en nombre del engrandecimiento del Frente de Izquierda. Es un propósito muy loable, pero reñido con la realidad, porque en todos los ámbitos parlamentarios del país se niega a integrar los bloques del Frente de Izquierda. Tanto o más importante que esto es que no ha presentado un programa para que sea discutido en el Frente de Izquierda, o sea que propone una lucha política sin principios. La ausencia de un debate programático convierte la interna de la izquierda en una riña. Se trata de una política de desmoralización del electorado popular. No sería la primera vez que la izquierda se encargaría de enterrar sus propias posibilidades. Primero debe haber un debate programático que sirva para establecer acuerdos y diferencias. Habría sido muy positiva una discusión acerca de lo que hemos escrito en los últimos dos años acerca de la deriva populista del Pts, para obtener una delimitación política, entre unos y otros, que pueda ser pedagógicamente explicada a los trabajadores. El Pts no desarrolla el Frente de Izquierda, simplemente recurre a la autoproclamación. El método que anuncia nos reserva una pelea desde twitter, Facebook, Instagram y youtube.

La política de conjunto del macrismo tiene por objeto la privatización masiva, incluido el sistema previsional, y una reestructuración capitalista de cierres de empresas y concentración de la propiedad, acompañados de una enorme política de subsidios en beneficio del capital (como ocurre en el campo de la energía). El cronograma de los tarifazos va más allá del 2020. La reestructuración capitalista significa, antes que nada, la precarización de la fuerza de trabajo y del sistema previsional (‘reducción de costos laborales’). Ha significado siempre, también, un endeudamiento público masivo, no solamente privado, por la concentración del capital se procesa a través de la financiación bancaria formal y paralela y el crédito público (“público/privada”), o sea en una hipoteca indefinida sobre las espaldas de los trabajadores. ¿Qué significa esto para la izquierda? Significa que debe plantear una política de nacionalizaciones de los sectores estratégicos y de los bancos, y el control obrero, y una clara posición de repudio de la deuda externa, de naturaleza esencialmente usuraria. Debe enfrentar por lo tanto una lucha política severa con los partidos patronales y por sobre todo con los medios de comunicación, que son la fuerza de choque del capital y las privatizaciones, en especial en las campañas electorales. No es una tarea que puedan cumplir uno o dos candidatos determinados sino que requiere la movilización política de todos los cuadros del Frente de Izquierda.

La tarea de la izquierda es preparar metódicamente esta lucha política con materiales y deliberaciones. El Pts ha elegido el atajo del ‘blitzkrieg’ mediático, que no admite siquiera el español Podemos. Si no supera esta metodología, el FIT se convertirá, como ya ocurre, en un conglomerado híbrido, incapaz de desarrollar una vanguardia obrera poderosa.

El Partido Obrero, en su congreso anual N° 24, procederá con una metodología diferente: caracterización política de conjunto y una línea de potenciación de la lucha de masas contra el gobierno anti-obrero; ocupaciones de empresa y coordinadoras y plenarios de base; discusión de un programa; establecimiento de una delimitación política con todas las fuerzas en presencia; movilización política de todas sus fuerzas sobre la base de un programa y de una posición de principios obrera y socialista.