UNA VICTORIA DE LAS MASAS DE VENEZUELA
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/61431-
Las misiones de observadores internacionales del ex presidente norteamericano, Jimmy Cárter, y del secretario general de la OEA y ex presidente de Colombia, César Gaviria, reconocieron de inmediato la limpieza de la votación y la legitimidad de la victoria de Chávez, no solamente porque el trámite electoral había sido impecable y porque el sistema electrónico de votación había sido establecido por el pulpo norteamericano Verizon. Con un poco de juego sucio habrían podido acompañar, al menos en parte, los rechazos de la oposición y fomentar un clima de desestabilización. No lo hicieron por la simple razón de que habrían promovido, de esa manera, un levantamiento popular.
Además, la oposición gorila a Chávez había llegado al referendo completamente desmoralizada —no fueron los resultados desfavorables los que la desmoralizaron. El despido de uno de los directores del diario contrera Universal, por haber publicado una encuesta que le daba el triunfo a la oposición y que resultó falsa, es suficiente prueba de que los opositores llegaron al referendo con el conocimiento cierto de que iban a perder. La patronal opositora también había llegado dividida al referendo, a partir del retiro de la coalición del monopolio de la alimentación y las finanzas, Polar (después del movimiento de la “la clase media en positivo”, que surgió en el 2003 en apoyo a Chávez, recientemente se dieron a conocer los grupos “Escoch”, una contracción de los ‘escuálidos con Chávez*). Los monopolios petroleros hicieron conocer por todos los medios posibles que le habían dado la espalda a los ‘escuálidos’ y que sólo preveían un horizonte estable con la victoria del No (“Para los intereses norteamericanos, en particular en el sector petrolero, más Chávez no parece ser más una mala noticia”, informaba la contrera Marcela Sánchez desde su columna en el Washington Post del 12/8). La demora del gobierno de Bush en reconocer el triunfo de Chávez fue solamente un intento de evitar que la derrota opositora se transformara en un desbande en pocas horas.
La caracterización importa
¿Qué fue lo más importante que pasó en Venezuela el domingo pasado?
Sin lugar a dudas, la movilización de las masas. Esto no sólo quedó demostrado en tas imágenes de las largas colas de votación. Cuando Chávez llegó a la presidencia, por primera vez en diciembre del ´98 en medio de un enorme respaldo y con los partidos opositores en ruinas, obtuvo el 56,2% de los votos -apenas dos puntos menos que el domingo pasado. Pero en esa oportunidad habían votado seis millones y medio de personas, ahora lo hicieron ocho millones trescientos mil. Esto significa que se inscribieron para votar dos millones de ciudadanos más que en un 90% provienen de los sectores más pobres de la población Es cierto que en ocasión del referendo por la Constitución bolivariana la aprobación llegó al 72% pero los que fueron a votar eran menos de tres millones. Es decir que el domingo pasado se produjo una movilización arrolladora de las masas más explotadas de Venezuela. La oposición, con sus tres millones y medio de votos, quedó doscientos mil votos debajo de las firmas que dije haber recogido para solicitar la realización del referendo. Pagina/12 caracterizo, previsiblemente, la excepcional participación popular en la votación como “un aluvión democrático”. Pero el ´aluvión´ fue protagonizado, concretamente, por las masas explotadas, y asumió una forma electoral solamente porque ese fue el terreno circunstancial de la confrontación. En enero de 1989, en febrero de 1992, en abril de 2002 y en diciembre-marzo del 2002/3, las masas de Venezuela supieron confrontar en otros terrenos que el del voto.
Concluido el referendo se ha abierto el debate sobre su caracterización. En el discurso de la victoria, Chávez llamo a los gorilas a la ´reconciliación´ y se comprometió con ese objetivo. Para quienes apoyan este planteo, el referendo se caracterizó, no por la gran intervención de los explotados, sino por poner en evidencia que la oposición continua siendo muy fuerte, por lo que no puede ser desconocida. Es decir que el mandato del referendo sería un acortamiento de distancias con los opositores, o sea una aceptación de los intereses sociales que representan.
La caracterización es, por cierto, interesada, pero tampoco tiene consistencia, porque la variante más probable es que los ‘escuálidos’ tiendan a desintegrarse, en especial después de haber fracasado en forma estrepitosa en el terreno que ellos mismos, y el imperialismo, exigieron. La consecuencia más probable de la impresionante victoria del No es que pondrá a la luz, más de lo que ha ocurrido hasta ahora, las contradicciones internas que caracterizan al chavismo. Una denuncia popular, en los últimos días, contra un sector de derecha del chavismo en el estado de Anzoátegui, lo pone en evidencia. La conclusión revolucionaria que se extrae del referendo es que están reunidas las condiciones para una ofensiva popular para ocupar las empresas que han despedido personal y que continúan saboteando la economía; para establecer el control obrero colectivo en PDVSA con poder de veto sobre la aplicación de sus recursos; para reclamar un Consejo de Economía, con mayoría de los trabajadores; para planificar los objetivos de desarrollo de Venezuela. Por control obrero colectivo entendemos su ejercicio por medio de una representación electa y revocable por parte de un Congreso de Bases de todos los sectores obreros y explotados.
Contrarrevolución latinoamericana
Otra caracterización del referendo es que reafirmo la “unidad latinoamericana”, lo cual significa, en realidad, el frente político con Kirchner, Lula. Mesa-Evo Morales, incluso el ecuatoriano Lucio Gutiérrez y, si se da, con el uruguayo Tabaré Vázquez. El planteo luce progresista, ero es el principal peligro que enfrenta la revolución venezolana. Es que este frente es el que, precisamente, presiono a Chávez a aceptar el reclamo del referendo que hizo la oposición; el que salvo al estado en Bolivia; el que custodia los intereses del imperialismo en Haití; el que paga la deuda externa a costa del hambre de los pueblos. Ni siquiera es cierto que sostenga la unidad latinoamericana porque toda la dirección de su política comercial externa apunta a concentrar un Alca, o al menos el libre ingreso de los capitales en los rubros vitales de los servicios. Más que un bloque de defensa contra el imperialismo, la ´unidad latinoamericana´ de los Kirchner y Lula es un ´cordón sanitario´ para estrangular a Venezuela (alguien acaba de escribir, acertadamente, que para aquellos la unidad latinoamericana es un planteo de integraciones comerciales pero no de “ruptura social”).
Época histórica
Desde el ´caracazo’, en el ‘89, y la insurrección de 1992, también en Caracas, América Latina ingresó en un período revolucionario general, que luego se manifestaría en la insurrección ecuatoriana del 2000, en el Argentina (que fue precedido por levantamientos provinciales), la revolución boliviana, los levantamientos en Perú y, ¿por qué no?, las colosales ocupaciones de tierra en Brasil y Paraguay. Los Lula y los Tabaré Vázquez emergen como la resaca de esas luchas extraordinarias, como un recurso del imperialismo para hacerles frente. Los resultados del domingo pasado en Venezuela ponen a la revolución latinoamericana ante el desafio de superar a quienes pretenden desnaturalizarla y estrangularla.
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