TRUMP ATERRIZÓ EN CLARÍN

TRUMP ATERRIZÓ EN CLARÍN

A propósito de un editorial de Alberto Amato

El 17 de octubre de 1945 una huelga general “activa”, o sea con movilización, puso fin al gobierno militar e impuso la realización de elecciones generales para el 24 de febrero del año siguiente. Las elecciones fueron ganadas por una coalición del Partido Laborista y la UCR Renovadora, contra la totalidad del sistema político de entonces, incluido el partido comunista, encabezada por Juan Domingo Perón.

El 19 de enero de 1959 tuvo lugar la mayor huelga “activa” de la historia, pues fue lanzada por tiempo indeterminado, contra la privatización del Frigorífico Lisandro de la Torre. Hubo combate de calles entre la población de Mataderos y parte de La Matanza y el ex Regimiento de Tablada. Coincidencia simbólica, si las hay, porque el Fiscal de Pinas, como era llamado De la Torre, se había jugado la vida, literalmente, contra el pacto Roca-Runciman, que convertía a Argentina, en palabras del inglés, en la “joya más brillante de la Corona británica”. Esta huelga desnudó el carácter reaccionario del gobierno de Frondizi, que meses antes había militarizado la actividad petrolera, y tres años después anularía las elecciones bonaerenses que había ganado el peronismo.

El 29 de mayo de 1969, otra huelga general “activa”, en la provincia de Córdoba, marcó el comienzo del fin de otro gobierno militar, que en su inauguración había declarado el propósito de fundar la 2* República. Esa huelga “activa” había sido precedida por un Rosariazo y continuada por una serie de levantamientos populares en casi todas las provincias. que forzó la salida de tres gobiernos militares - Onganía, Levingston, Lanusse.

El 30 de marzo de 1982 hubo otra huelga “activa”, que selló el final de la peor dictadura militar de la nuestra historia - una dictadura genocida -, antes de que precipitara a Argentina en una guerra para la cual creía contar con el apoyo del gobierno norteamericano que encabezaba Ronald Reagan.

Las huelgas activas que disgustan a Amato fueron las parteras públicas e identificadas de la democracia. Los caga-tintas que miraban, a lo sumo, desde una ventana, salieron al día siguiente a robarse lo que no habían hecho nada por ganar

El 19 y 20 de diciembre de 2001, el pueblo argentino se movilizó en una huelga más que “activa”, porque fue de hecho. Con hierro caliente puso fin a un gobierno que acababa de decretar la confiscación de los salarios y de los ahorros, que sólo en depósitos bancarios equivalían a u$s 90 mil millones.

No fue Massa ni los resultados de las elecciones de 2013 lo que bloqueó el intento inconstitucional de CFK de habilitar una re-reelección, sino las luchas docentes, petroleras y los paros nacionales - varios de ellos “activos”. El propósito de una huelga activa hoy no es voltear una dictadura, ni bloquear una re-reelección, sino un salario mínimo igual al costo de la canasta familiar, el 82% móvil, el cese de los despidos, estatizar la empresa que cierre, terminar con la estafa financiera de las Lebac y las ganancias usurarias de los bancos, nacionalizar el sistema bancaria, y orientar el crédito, que es hoy del 15% del PBI, a un desarrollo industrial orientado por los trabajadores.

El paro activo, en la actualidad, es además una respuesta contra el intento de autogolpe de Macri. Con una posición ultimatista y el soborno al que rompe la huelga, al estilo de su abuela-mentora, Margaret Thatcher, Macri busca disolver el derecho laboral de Argentina- como le piden a gritos las patronales (Vaca Muerta, industria automotriz, trabajo en negro). Su pupila, la gobernadora, quiere pasar al futuro como la “damita de hierro”. El empeño en derrotar a los docentes mediante decretos, represión y espionaje, para escarmentar en forma anticipada al conjunto de los trabajadores, es una forma de auto-golpe. Un golpe contra la democracia desde el Estado. La concentración de poder efectiva amenaza la función y la existencia del Congreso.

En oposición al enorme ombú genealógico de toda la democracia y el movimiento obrero de Argentina (por razones de espacio no se menciona las luchas heroicas de la Patagonia y la Semana Trágica), el editor Alberto Amato, de Clarín, ataca el planteo del Partido Obrero de que la huelga del 6 de abril debe ser activa. Omite a toda la izquierda y a una gran parte del movimiento obrero, que sostiene la misma posición. Oculta, peor, que ese reclamo fue avalado, el último 7 de marzo, precisamente por medio de una manifestación enorme, o sea por un protagonismo “activo”. La razón por la que Amato apunta a la figura de Néstor Pitrola se explica fácil: para el editor de Clarín un diputado nacional debe reservar su tiempo a dar la vuelta en la manzana del Congreso. Esto ya fue objeto de debate, en el pasado reciente, en las Legislaturas de Salta y de la Ciudad. En lugar de representar al mundo del trabajo, nos deberíamos convertir en burócrata de estado a razón de cien mil pesos de ‘dieta’. Pitrola y el PO rechazan de plano lo uno y la otra.

Las distorsiones en que incurre Amato es el menú cotidiano del periodismo ‘militante’ de las corporaciones. Después del cuádruple play que Macri le dio a Clarín suponemos que Amato no poderá negar que sirve intelectualmente a una corporación. Por estas razones oculta la ocupación de Agr-Clarín, por parte de sus trabajadores, y los sacrificios que eso les impone a ellos. Pero su editorial da un pasito más al frente: inaugura en Argentina el slogan a favor de la pos-verdad” que difunde Donald Trump. María Eugenia, lo admitimos, le ganó la delantera a Amato cuando imputó de kirchnerismo craso a decenas de miles de docentes en lucha por salarios y educación. La pos verdad la descubrió Groucho Marx, se diría que se ha convertido en el mentor de Trump, cuando dijo que si el auditorio no comulgaba con sus opiniones él tenía preparadas otras. Amato lo supera: las organizaciones combativas, según él, reclaman un paro activo por un complejo con el peronismo, que le habría ganado la mano de la historia en el 1945. Como la mujer de Lot, Amato maneja con el retrovisor: al peronismo le ha ganado hasta el esmirriado Macri, y antes Alfonsín y De la Rúa. Los que sufren un gran complejo son los punteros del peronismo, que se sienten humillados por la derrota que les infligió el que bautizaron “El Pibe”. La izquierda está ganando en los sindicatos y en centros de estudiantes, gana escaños legislativos en numerosas provincias y en el Congreso, y es una de las fuerzas animadoras más consecuentes de la lucha de la mujer.

Amato: ¡cómo extrañamos, al ver lo que escribís, a editores de antaño como Oscar Cardozo, o los artículos de Cantelmi, que tienen nivel internacional! El peronismo que Amato reivindica estuvo, para empezar, doce años con el kirchnerismo que Amato y la corporación execran - claro que, después de un intento de seducción. Julio Bárbaro y Alberto Fernández podrían contar sobre esto una tarde entera. Es el peronismo de Menem, que era también el del matrimonio K. Es el peronismo que ha votado cien leyes a Macri - no tiene nada que ver con los puentes del Riachuelo o las tranqueras de Patrón Costa, que se derribaron en Salta; de Ledesma en Jujuy y de los demás ingenios en Tucumán.

La izquierda, con la que no tiene nada que ver el partido comunista, se encuentra en desarrollo - por eso Clarín le dedica hoy un editorial a lo Trump. La crisis definitiva es del peronismo, que pasó del 17 de octubre a organizar las tres A, a militarizar el país y a desarrollar las condiciones para el triunfo de la dictadura genocida. El desplome del escenario del acto del otro día, es una metáfora cristalina: la burocracia no quiere paros “bullangueros”, ni paros ‘tout court’, porque no defiende otra cosa que su caja. Pedraza. “Caballo” Suárez, Zanola, Venegas, Barrionuevo - Amato opone a la izquierda, un pirómano de urnas. Nosotros somos, Amato, las Teresa Rodríguez, los Kosteki y Santillán, los Carlos Fuentealba, los Mariano Ferreyra, los incontables asesinados, el 20 de diciembre, por los grupos de tareas que operaban bajo el gobierno de la Alianza.

La izquierda no “se quedó en el 45”, como dice el editorial de Trump-Clarín. Ni en el 69. Ni en el 82. Ni en el 59 o 1919. Ni siquiera en el 59/60 de Cuba, ni en el 17 ruso o en la Comuna de París. El Partido Obrero reivindica todas esas gestas, recoge sus lecciones y va por la realización de sus anhelos - que son más intensos que nunca.