INDIA DESMONETIZA Y ARGENTINA PONE BARBAS EN REMOJO
Publico este artículo porque contribuye a la comprensión de la crisis capitalista mundial y advierte acerca de las políticas de confiscación de los ahorros de los trabajadores que se generalizan en diversos estados
por Nicolás Roveri
El 8 de noviembre pasado, el primer ministro de la India, Narendra Modi, anunció que los billetes de más alta denominación de 500 y 1.000 rupias (equivalentes a 7,50 y 15 dólares estadounidenses) perderían valor legal y debían ser canjeados en los bancos.
Quedó así cancelado el 86 por ciento del dinero en circulación. La medida fue justificada como una acción contra la evasión impositiva, la economía negra y hasta la supresión de los billetes falsificados. (Paquistán habría ingresado a la India billetes falsos desde países vecinos). La amplitud de la economía en negro ha reducido a un 15% la capacidad de recaudación potencial del Tesoro.
Parálisis
El canje produjo una suerte de corralito debido a la insuficiente emisión de billetes nuevos alternativos. También perjudicó a la operación el escaso tiempo establecido para el canje. El efecto inmediato fue paralizar a vastos sectores de la economía; por un lado la producción del agro, que comprende a centenares de millones de campesinos; por el otro, la actividad comercial minorista y vastos sectores de la industria que se manejan con efectivo. El sector pesquero, que vende al día, está arruinado. Solo sortearon el corralito los sectores de las grandes ciudades que acceden a cuentas bancarias y los empleados en blanco.
De los 1300 millones habitantes de la India, sólo la mitad tuvo alguna vez tuvo cuenta bancaria y sólo 180 millones tienen una tarjeta de crédito o débito. Es el país con mayor cantidad de transacciones en efectivo, el 98 por ciento del total.
“Sin efectivo, el campesinado no pudo buscar auxilio de las redes informales… unos 641.000 pueblos, habitados por las dos terceras partes de sus habitantes (más de 860 millones), tienen menos de un quinto de los cajeros automáticos”, menciona The Economist (3/12). Las entregas de arroz cayeron 61% luego de las medidas de desmonetización, la soja cayó 77% y el maíz 29%. Los precios también colapsaron; se llegó a vender el coliflor a una rupia (0,015 dólares) el kilo, una veinteava parte del precio previo (idem).
Los anuncios monetarios han reducido las previsiones de crecimiento económico a un 6% anual. Aunque otras fuentes de economistas son más pesimistas y coinciden que la liquidez se normalizará en seis meses. La economía hindú necesita crecer el 8% para lograr incorporar a los 30 millones de jóvenes que salen a buscar trabajo cada año. Los economistas prevén que la normalización de la liquidez demorará seis meses.
El primer ministro Modi, que llegó al gobierno en mayo de 2014, es una suerte de macrismo, comprometido con la“iniciativa privada”y el mercado, y con promesas de lucha contra la corrupción “a la K”. Fue recibido, para mantener la similitud, con simpatía por los círculos empresarios y las grandes potencias, pero escasas inversiones. El objetivo de la desmonetización ha sido imponer un “blanqueo” con mano dura, en perjuicio de la gran masa popular, y producir una “bancarización” de las transacciones comerciales. A fines de 2015 había anunciado un plan de monetización de las grandes reservas privadas de oro en manos privadas y de los templos.
El oro
Se calcula que las tenencias de oro alcanzan los 20 mil toneladas, que al precio actual representan 800 mil millones de dólares. En contraste, las reservas de oro de Estados Unidos son de 8.133 toneladas. Los particulares debían entregar voluntariamente el oro al Estado a cambio de certificados que pagarían un 2% anual y se amortizarían en diversos plazos, desde 1 a 15 años.
El gobierno pretendía aumentar las reservas internacionales del país y las reservas del país y mitigar la importación de oro para uso industrial. Las importaciones de oro han generado un déficit crónico de la balanza comercial. India importa entre 800 y 1.000 toneladas anuales (entre 33 y 38 mil millones de dólares), un quinto del total. El objetivo fracasó (como el Cedin de Kicillof) al punto que se especuló con la posibilidad de que el estado procediera a la incautación del metal. Mediante la monetización del oro y la desmonetización de los billetes, Modi pretendía superar el fracaso de medidas precedentes que aumentaban los aranceles a la importación de oro, y reducir con ello una demanda que había crecido un 50% desde 2008 (de 600 a 1000 toneladas). Modi ha procedido a la incautación del efectivo luego haber fracasado en mitigar el déficit comercial y presupuestario. Ha sumido al país en un brusco freno de su economía y empujado a centenares de millones a una hambruna y pobreza inéditas.
A pesar de esta hecatombe, el gobierno indio no da muestras de recular. Insiste en que necesita el blanqueo y la bancarización para obtener una mayor recaudación impositiva. Ha conseguido una caída de la importación de oro al precio del derrumbe de la economía y del aumento de la demanda de oro como refugio patrimonial. La desconfianza hacia el gobierno y al monopolio del sistema monetario, impulsarán aún más el refugio en el oro. La demanda de oro, como refugio de valor, se incrementó luego de la crisis financiera global del 2008. El acaparamiento privado del metal es ya superior al de Estados Unidos.
India se suma
La India es la séptima economía más grande del planeta. EL brillo que tuvieron los BRICS (Brasil, China; Rusia; Sudáfrica; India) cuando se produjo el alza de materias primas llevó a un crecimiento de sus economías y alentó planes de crear un banco de desarrollo y un sistema financiero alternativo al de los bancos europeos y estadounidenses.
El esplendor duró poco, a partir de las sanciones a Rusia luego de la captura de Crimea; la caída de Dilma Rouseff y el “petrolao”; el freno del crecimiento en China; la crisis en Sudafrica, en todos los órdenes; y ahora el desbarajuste económico de la India. medidas de Modi, han hecho retroceder sus economías y deevanecido expectativas. El kirchnerismo buscó insertar a Argentina en este grupo, en una apuesta que ha perdido todo fundamento.
Nicolás Maduro, en Venezuela, ha intentado imitar a Modi, un ‘neoliberal’, aunque por razones en parte diferentes. Dictó la desmonetización del billete de mayor circulación, el de 100 bolívares, lo cual provocó una caos generalizado, y al mismo tiempo la caída del dólar paralelo.
Sturzenegger, por nuestros lares, ha comenzado a coquetear con este tema, como lo demuestra el intento de fijar un precio diferente a los billetes que se canjean entre bancos. Con una deuda por Lebacs por $ 700 mil millones, a un promedio del 25% de interés; con una caja de divisas engrosada por mayores deudas públicas; y con la imposibilidad de cobrar al Tesoro las letras intransferibles por u$s 70 mil millones; es lógico que el presidente del BCRA ya se encuentre maquinando manipulaciones monetarias.
Es lo que ocurrirá en forma inevitable cuando se acentúe la fuga de capitales, que hoy es compensada por el ingreso de divisas incentivado por altísimas tasas de interés en dólares.