UN MOMENTO ESPECIAL DE LA SITUACIÓN POLÍTICA

UN MOMENTO ESPECIAL DE LA SITUACIÓN POLÍTICA

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/3338-

Todos los diarios coincidieron, en los comentarios del fin de semana pasado, que Kirchner había logrado ‘cartón lleno’. El gobierno del 22%, que tampoco en las últimas elecciones había logrado obtener una mayoría parlamentaria, consiguió el apoyo de Diputados al proyecto relativo al Consejo de la Magistratura, con casi los dos tercios. El método que aplicó no es misterio: ‘borocotazo’ puro. Con la pistola del superávit fiscal, el oficialismo derrumbó a una buena parte de los ex duhaldistas del bloque federal y pasó de bando, ‘en soquetes y calzoncillos’ (dixit López Murphy) a macristas reconvencidos. No consiguió lo mismo con los diputados del partido del cordobés Juez, por la única razón de que al mismo tiempo estallaba en Córdoba un levantamiento popular contra el tarifazo de Suez. Aunque Bielsa y Bonasso no votaron el proyecto de regimentación del poder judicial, tuvieron mucho cuidado en no salir a denunciar el canje de votos por ‘obras públicas’ y otras que no son tanto. Kirchner tiene asegurada, de aquí en más, una abultada mayoría en las dos cámaras, lo cual, para muchos, es la plataforma de lanzamiento de la operación ‘clamor’: Kirchner quedate otro período más.

Como los principales comentarios domingueros fueron armados en conversaciones con el propio Kirchner, hay que admitir que el Presidente cree que tiene el viento a su favor, lo que le permitiría ir por el salvataje de Ibarra. Para eso habría que ‘borocotizar’, en este caso a dos o tres kirchneristas de la Legislatura, que sin embargo son conocidos por la opinión de que hay que destituirlo. La operación completa entraña la entrega de la sucesión de la jefatura de gobierno de la Ciudad para Scioli en 2007, con lo que Kirchner cree que ganaría el distrito y se sacaría al ex ‘yachtman’ de la vicepresidencia. Como corresponde al régimen, una masacre como Cromañón es una buena ocasión para aprovechamientos políticos, esto sin dejar de acusar a los adversarios por la ‘politización’ de la tragedia.

Kirchner no se conformaría con el copamiento del Congreso y del gobierno de la Ciudad, por sobre todo necesita ‘alinear’ a la burocracia de la CGT. Los capitalistas no quieren saber nada de aumentos salariales. El presidente acaba de obtener para esto un ‘éxito’, incluso ‘rotundo’, con Ctera, que aceptó como una gran conquista un salario de bolsillo en línea con el llamado nivel de pobreza, que perforará incluso esa línea con la inflación esperada para 2006. Pero incluso el propio Moyano ha prometido que postergará el comienzo de paritarias para abril, con la expectativa de que los precios se ‘aquieten’ y que esto le sirva para firmar convenios al gusto patronal. De cualquier manera, el gobierno se considera ya bien servido por Moyano con la complicidad de la CGT en el ataque a los trabajadores petroleros de Santa Cruz. Moyano es el principal responsable de las dilaciones y maniobras del Ministerio de Trabajo para incumplir con las reivindicaciones arrancadas con los cortes de ruta.

Con estas cartas el gobierno se plantea algunas ambiciones: la reelección, por supuesto, e incluso la ‘recuperación’ de la Plaza de Mayo.

Congreso, provincias, Ciudad, CGT —¿un gobierno cohesionado?

El ‘hegemonismo’ oficial esconde mal la lucha brutal de camarillas al interior del kirchnerismo, al punto que Página/12 detectó unas veinte capillas peleando por la representación de los afortunados. Al mismo tiempo, la demolición de la oposición patronal no es algo que le convenga al conjunto del sistema, porque como acaba de demostrarse en Tucumán (y antes en Salta, Santa Cruz, Santiago del Estero e incluso en Catamarca), la evaporación de los opositores no significa que haya cesado la oposición popular a los ataques de todos los días. En consecuencia la votación del Partido Obrero (en Tucumán) creció siete veces; lo mismo ocurre en muchos otros lugares.

Mientras el gobierno copa estructuras, en la base social sigue presente la rebelión popular. El norte de Santa Cruz, la rebelión en Córdoba y el resurgimiento de las asambleas, las asambleas entrerrianas, los piquetes en el partido de la Costa, la resistencia bonaerense a los impuestazos —y numerosas luchas cotidianas. En la mayor parte de los casos el gobierno recula; vive ‘suspendiendo’ tarifazos, pidiendo ‘suspensiones’ cuando no depende de él establecerlas. Aquí también el ‘superávit’ sirve para tapar la impotencia, al reemplazar medidas de gobierno por nuevos subsidios. Ahora debe enfrentar la rebelión de los maestros en numerosas provincias, en especial Salta, donde nuevamente los autoconvocados han ganado masivamente las calles mientras desarrollan una imparable huelga indefinida.

Por eso el operativo ‘clamor’ por la reelección deberá tener un carácter marcadamente caudillista, porque debajo de Kirchner la desintegración es manifiesta. En este caso, Kirchner separará la elección presidencial de la parlamentaria y podría adelantar la primera para marzo o abril de 2007, incluso por si la ‘recuperación’ se acaba antes de lo previsto.

De todo esto surge una caracterización de conjunto, a saber, que el gobierno está obligado a continuar con el despedazamiento de la oposición patronal y al mismo tiempo obligado a compromisos frente a las luchas populares, imposibilitado de derrotarlas de una vez. Asimismo, su descomposición interna le pone límites políticos insalvables, como se ve en Santa Cruz, donde la represión policial incluye el enfrentamiento de dos bloques del kirchnerismo. Por otro lado, aunque el gobierno se jacte de la ‘recuperación’, y López Murphy diga que con tanta ‘recuperación’ no hay ‘como darle al gobierno’, lo real es que esa ‘recuperación’ ha llegado al límite en lo que tiene que ver con los intereses de los trabajadores. Lo demuestra así abusivamente la tendencia inflacionaria, a los impuestazos y a los tarifazos. Por último, la mentada ‘recuperación’ no es más que la fase de un ciclo.

La tarea de los socialistas es reemplazar a los partidos patronales que se ‘borocotizan’ en la oposición al gobierno. Sobre la base de las luchas cotidianas y una decidida campaña de agitación política se plantea el desarrollo de una oposición obrera y socialista a este gobierno capitalista de impostores y borocoteadores. Convocamos a discutir este planteo y a sumarse a la tarea.