VENEZUELA VOTA POR CHAVEZ

VENEZUELA VOTA POR CHAVEZ

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/61351-

El 15 de agosto próximo ten­drá lugar el referendo revo­catorio que deberá decidir la Tenuidad de la presidencia de Chavez. Todas las encuestas que se han dado a conocer pronostican el rechazo a la revocación del manda­to presidencial por un margen que oscila entre los siete y los veinte puntos. Los observadores señalan e la oposición ha abandonado las calles y que su campaña tiene lu­jar en espacios cerrados, aunque uso abundante de la televisión, que se encuentra dominada por un oligarca, Gustavo Cisneros (Direct TV), que además pertenece al círculo íntimo del norteamericano Bush. Se ha señalado, igualmente, un marcado aumento del registro en los padrones electorales, lo cual anuncia una participación masiva de la población más pobre del país. La oposición, por otro lado, da evi­dencias de apatía, en tanto que rei­na un clima de entusiasmo en las organizaciones populares que res­paldan a Chávez. Estas organiza­ciones denuncian la posibilidad de un fraude por parte de la oposición -lo cual no deja de ser curioso. Ocu­rre que la licitación para operar el sistema electrónico que regirá en el referéndum fue ganada por una empresa ligada a la oposición y a la derecha- algo que también es cu­rioso. Los opositores podrán encon­trarse en un retroceso electora], pe­ro no ocurre lp mismo con su pre­sencia en el aparato del Estado.

Los pronósticos que favorecen al gobierno no contradicen, sin em­bargo, que el oficialismo aborda el revocatorio en un cuadro de crisis. La dirección política del chavismo, el Comando Ayacucho, fue disuelta luego que la justicia electoral vali­dara las firmas de la oposición que reclamaban el referendo. Se la acu­saba de pasividad frente a la cam­paña política de la derecha y ade­más se le cargaba la responsabili­dad por una decisión judicial que se juzgaba fraudulenta, ya que todo indica que los opositores no habían reunido las firmas requeridas. El Comando Ayacucho fue sustituido, el dedo, por el Comando Maisanta. La crisis, lejos de superada, se vol­verá a manifestar luego del refe­rendo.

Los precios del petróleo

Cualquiera que sea la caracte­rización de la etapa que precedió a la convocatoria del referendo, es in­cuestionable que se ha producido un giro a favor del chavismo. El vi­raje en la situación económica es manifiesto, pues de un retroceso del PBI del 25%, entre el 2002/2003, como consecuencia del sabotaje representado por el lock-out patronal de diciembre del 2002 a febrero del 2003, se ha pasado a un crecimiento del 10%, en el 2004. Los ingresos fiscales aumentaron en forma extraordinaria como re­sultado del aumento enorme que han tenido los precios internacionales del petróleo. En el ejercicio 2004 el gobierno dedicó dos mil mi­llones de dólares a los planes socia­les. Ha llevado asistencia educati­va y sanitaria e incluso construc­ción de viviendas a todos los rinco­nes del país. Las llamadas “misio­nes”, encargadas de estas activida­des, operan en forma paralela al sistema vigente, cuya reorganiza­ción social el gobierno ha evitado. Incluso la Bolsa ha conocido un verdadero boom, al punto que la co­tización de las acciones de algunas de sus principales empresas ha au­mentado hasta diez veces. Las constructoras y las empresas vin­culadas al negocio del petróleo han hecho beneficios extraordinarios. El rechazo a la revocatoria tiene un fuerte viento de cola gracias a los ingresos petroleros.

La cuestión petrolera se en­cuentra en el centro de los ataques de la derecha, aunque ésta, que tiene inconfundibles características pinochetistas, diga que su diver­gencia principal tiene que ver con el “totalitarismo” de Chávez -en realidad, el gobierno más democrá­tico que tiene América Latina, por lejos. Es que Chávez puso fin al proceso de vaciamiento de la em­presa estatal del petróleo, PDVSA, que apuntaba a la privatización completa del petróleo en Venezue­la. Al comenzar la campaña por el referendo, la oposición declaró a la privatización del petróleo como el punto fundamental de su progra­ma, e incluso aboga por una reduc­ción inmediata de las regalías que pagan las empresas petroleras (ex­tranjeras) que contratan con PDV­SA. Este intento de demostrar que la oposición “tiene un programa” ha terminado por definir el voto a favor del gobierno por parte de la franja numerosa de los indecisos.

Todo indica, sin embargo, que la privatización a rajatabla de la producción petrolera podría haber dejado de ser el interés principal del imperialismo. Es que la tentati­va más poderosa por dar vuelta el mercado petrolero internacional en beneficio de los grandes pulpos, es decir la guerra de Irak, está nau­fragando miserablemente. Lejos de un bombeo masivo de hidrocarbu­ros desde Irak, para arruinar a la Opee, el fracaso militar y político de los yanquis ha provocado un es­tallido de los precios hacia arriba. Un revés similar está sufriendo la política de “petróleo libre” en Rusia con el ataque del Estado al pulpo Yukos, el cual pretendía la privati­zación de los oleoductos de Rusia (el reciente referendo en Bolivia es­tá relacionado con esta crisis; en Colombia fronteriza con Venezuela, rige la completa “libertad petrolera”). La crisis internacional desatada por las muertes en masa en Darfour, Sudán, tiene el carác­ter de una contra-ofensiva, anglo- yanqui, para recuperar posiciones internacionales a costa del petróleo sudanés. Lo apoya en esta tentati­va el gobierno ‘nacionalista’ de Li­bia.

“Apertura petrolera”

Hugo Chávez no solamente ha parado el vaciamiento de PDVSA, que tenía lugar por medio de un constante drenaje de sus ingresos hacia ‘inversiones’ en el exterior. También ha pinchado el negocio fi­nanciero que acompaña a la explo­tación del petróleo, pues en lugar de endeudarse contra la garantía de las reservas en hidrocarburos ha aprovechado los mayores ingresos para reducir la deuda de PDVSA. Como consecuencia de esto, la deu­da externa de Venezuela, se redujo a 20.000 millones de dólares -que es el monto de reservas en divisas que tiene el Banco Central. La lla­mada “apertura petrolera” que, sin embargo, se encuentra vigente en Venezuela consiste en los contratos que PDVSA firma con pulpos ex­tranjeros, tanto para la exploración como para la producción y venta de petróleo. Chávez ha firmado nume­rosísimos contratos de este tipo, en especial con los norteamericanos y con Repsol. Los pulpos, a su vez, han venido corriendo a Venezuela -incluso cuando la retórica anti- chavista de Bush era más virulen­ta. Desde el fracaso del golpe mili­tar norteamericano de abril de 2002, Venezuela tiene un mando militar que apoya tanto la acción contra el vaciamiento de PDVSA como la firma de contratos con las empresas extranjeras.

El núcleo de la cuestión petrole­ra en Venezuela ya no pasa, enton­ces, por la privatización de PDVSA. En este aspecto, la oposición, por derechista y proimperialista que sea, se encuentra desfasada de la verdadera posición que hoy están obligados a tener los principales monopolios petroleros. El interés de éstos es aprovechar a fondo la “apertura petrolera” que aplica Chávez. Allí Rodríguez, el presiden­te de PDVSA, acaba de señalar, precisamente, que los diferendos que se presenten con los pulpos in­ternacionales tienen que ver con la calidad de las zonas que éstos pre­tenden operar y con los términos económicos de los contratos. La evi­dencia más clara de que la política de “apertura petrolera” aspira a una intervención créciente del ca­pital extranjero en Venezuela, lo constituyen el apoyo de Chávez a los gobiernos de Mesa y de Kirchner, que disfrazan su entreguismo petrolero con la formación de seudo-empresas ‘testigo’ (Rafael Ramí­rez, Venezuelanalysis.com, 14/1). La ‘apertura’ pretende obtener la mayor asistencia del capital petro­lero internacional, incluso para desarrollar las reservas del Orinoco que, según el gobierno, converti­rían a Venezuela en el primer país en términos de reservas, como con­secuencia de un nuevo método para tratar el petróleo pesado. La pers­pectiva de un período largo de altos precios del petróleo, que señalan las autoridades venezolanas, las lleva a incentivar el interés del ca­pital extranjero en asociarse con PDVSA La política económica del chavismo está organizada en torno a un reparto capitalista de la renta del petróleo.

Es precisamente en torno a este reparto que se delinean las nuevas peleas políticas. El jefe del estado mayor del Ejército, Raúl Baduel, el hombre que derrotó el golpe de abril de 2002, ha propuesto la for­mación de un Consejo de Estado de Energía y Petróleo, que le sacaría la política petrolera al Ministerio de Minas y Energía, alegando la necesidad de que “el recurso debe ser manejado de la mejor manera posible” (Venezuelanalysis.com, 12/2). Reclama la presencia de las fuerzas armadas en la supervisión de la política petrolera en nombre de la “seguridad nacional”. En re­sumen, la pulseada económica y política de los capitalistas tendrá lugar en el marco de la “apertura petrolera” de Chávez, no de la pri­vatización que aboga la derecha opositora.

Consejo Hemisférico

Este nuevo cuadro de fuerzas aparece confirmado por la noticia de que el Consejo de Asuntos He­misféricos de los Estados Unidos advierte contra “la oposición, cada vez más desesperada… que recu­rrirá a medios ilegales para desba­ratar los resultados” (La Nación, 4/8). Este Consejo cuenta con el respaldo del Congreso norteameri­cano. Como se ve, el cuadro político ha cambiado; la metrópoli se realinea en función de los cambios in­ternacionales, en primer lugar de la derrota yanqui en Irak. La de­rrota de la derecha en el referendo, que ansía la mayoría del pueblo ve­nezolano, significará la consagra­ción, por un tiempo indetermina­do, de una nueva hegemonía capi­talista. La clase obrera de Venezue­la debería analizar a fondo esta nueva situación, en particular si se tiene en cuenta la intervención pro- patronal que ha tenido el Ministe­rio de Trabajo de Chávez en la ma­yoría de los conflictos entre el capi­tal y el trabajo.