EL CONGRESO INTERNACIONAL ESTÁ EN MARCHA

EL CONGRESO INTERNACIONAL ESTÁ EN MARCHA

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/60356-

La discusión preparatoria del Congreso Internacional por la Refundación de la IV Internacional se encuentra en pleno desarrollo. Se han publicado cinco densos boletines internos y hay un sexto en preparación.

El congreso es la culminación (igualmente, una etapa) de la iniciativa lanzada en 1997. Esta iniciativa caracterizó: a) que la crisis capitalista mundial no se había atenuado como consecuencia de la disolución de la Unión Soviética y de la restauración del capitalismo en los anteriores estados obreros, y que esta combinación explosiva reforzaría la necesidad y favorecería las tendencias a la re-formación de un partido obrero y revolucionario internacional; b) que la corriente política que hablaba en nombre de la IV Internacional, el Secretariado Unificado, era una polo contrarrevolucionario de destrucción de cualquier tentativa de reagrupar a las organizaciones luchadoras a nivel mundial; c) que la creación de una nueva y enésima tendencia internacional era un propósito sectario y sin futuro y que era necesario plantear la refundación inmediata de la IV Internacional, es decir partir del partido mundial y no de un planteo particular sobre cada uno de los problemas mundiales, como el método fundamental de la re-construcción del partido mundial, que albergue a las tendencias revolucionarias sobre la base del centralismo de la acción y de la democracia.

Desde 1997, la aparición del movimiento anti-globalización confirmó la actualidad de la perspectiva planteada, con el agregado de que la incapacidad de este movimiento para desarrollar una perspectiva homogénea ha concluido en catástrofes políticas como el gobierno Lula en Brasil. De otro lado, las crecientes crisis financieras internacionales y los derrumbes económicos tanto de grandes monopolios capitalistas como de Estados enteros, unido a reiteradas rebeliones populares (desde Filipinas hasta Bolivia), ha ratificado que el hundimiento de los ex estados obreros no detuvo la crisis mundial agudizada a partir de la década de los ‘70 sino que le otorgó una fisonomía en muchos aspectos más explosiva.

El congreso previsto para abril es el paso preparatorio más importante de los dados hasta ahora en el cumplimiento de la tarea formulada. Su propósito es estrechar la acción de las organizaciones que impulsan este planteo para reforzar la propaganda y la agitación para refundar la IV Internacional e, igualmente, para convertir este objetivo y los métodos correspondientes en un instrumento de clarificación y homogeneidad en las luchas revolucionarias nacionales y en la posibilidad de su victoria.

Debates

La Liga Marxista Revolucionaria de Turquía plantea, sin embargo, en un documento escrito para la discusión, que la refundación de la Cuarta es un propósito que todavía no ha madurado, aunque lo que quiere decir es que el congreso y las tareas que se plantea este congreso no corresponden aún a una madurez política adecuada. Con independencia de tal o cual señalamiento, la LMT tiene en cuenta una cuestión que le atañe muy directamente las divergencias que se han manifestado en torno al papel del nacionalismo kurdo en la guerra en Irak. Alegando la lucha por la independencia nacional del Kurdistán de la “opresión nacional” árabe, los movimientos nacionalistas pequeño burgueses kurdos se han aliado al imperialismo yanqui e integran el Consejo de Gobierno de Irak. Si se tiene en cuenta que Turquía es el principal Estado opresor del pueblo kurdo, la importancia que le adjudican a esta cuestión los compañeros de la organización turca es encomiable.

Pero es precisamente para dar cuenta de estas discrepancias, en el marco superior de los intereses internacionales del proletariado, que el método para reconstruir la Cuarta rechaza tomar como punto de partida las divergencias particulares. El documento de la LMT defiende este método de no poner en pie una tendencia política más “que se arrogue el dudoso privilegio de la ortodoxia sino refundar la IV Internacional como respuesta a una necesidad histórica…” (Prensa Obrera, 12/2). Es muy claro que la cuestión, no ya del Kurdistán sino de todo el Medio Oriente, no tiene salida revolucionaria dentro de los límites de la acción de cada grupo nacional; basta reflexionar sobre un punto aún más decisivo, como el sionismo y el combate nacional palestino. No se debe confundir la inmadurez que encierra un punto de vista nacionalista particular con una inmadurez para plantear la refundación de la IV Internacional.

Es cierto, el Partido Obrero rechaza por completo la posibilidad de que la cuestión nacional kurda pueda ser resuelta mediante una alianza con el imperialismo yanqui -es suficiente para demostrarlo el apoyo de los Estados Unidos, la Otan y la Unión Europea a Turquía. O que una solución nacional cualquiera en detrimento de otras naciones también oprimidas sea una salida progresista, o sea, que sirva a la revolución socialista internacional. De cualquier manera, la táctica política a seguir es muy compleja y requiere el concurso y el debate de todos los revolucionarios. Pero lo fundamental sea probablemente lo siguiente: que pretender ilustrar la inmadurez para refundar la IV Internacional con las divergencias en torno a la cuestión kurda, es un ejemplo perfecto de subordinación del internacionalismo al nacionalismo. Este sería el contenido de la divergencia. Nuestro método no pasa por hacer de esa cuestión una divergencia sin fin, sino reclamar que sea resuelta en el ámbito, con los métodos y a través de la experiencia común, en un partido mundial.

Bolivia y…

La revolución boliviana plantea de un modo que quizás no se dé en ningún otro país, la simultaneidad de la necesidad de construir un partido revolucionario que sea parte de la IV Internacional; en este caso, se puede decir que la “madurez” del planteo político que va a discutir el próximo congreso adquiere su forma más acabada.

Dos factores influyen para esta circunstancia. El primero es que la cuestión del poder es abiertamente discutida desde hace tiempo en las organizaciones populares, incluido el armamento de las masas. El otro es que se trata de superar la experiencia del POR, que se ha caracterizado, entre muchas otras cosas, por una exaltación desmesurada de las “ventajas” políticas nacionales de Bolivia. Se han presentado varios documentos al congreso internacional sobre la revolución boliviana, que apuntan directamente a los problemas señalados. Que cuando la revolución boliviana vuelve a plantear la dictadura del proletariado, el SU decida echarla al basurero de la historia; o el hecho de que casi ninguna organización revolucionaria retome para sí, en semejantes circunstancias, la cuestión de la dictadura obrera; y de que hubiera sido, precisamente, nuestro movimiento el que subrayó con fuerza este punto estratégico desde su primera reunión; todo esto demuestra hasta qué grado la marcha de los acontecimientos históricos ha confirmado la necesidad de plantear la refundación de la IV Internacional. En relación a la revolución boliviana, la refundación de la IV se manifiesta en su función práctico-revolucionaria directa.

Pero en el “otro polo” de la revolución boliviana también hay lucha revolucionaria. La organización Workers Action, que actúa en los medios obreros de California, ha presentado un documento que destaca las tendencias al derrumbe económico en Estados Unidos y los claros síntomas de crisis de su sistema de dominación política.

Los compañeros de Ecuador han presentado un texto que apunta a reanudar el proceso revolucionario del 2000 en el marco de la experiencia inevitablemente traidora del militar “progresista” Lucio Gutiérrez, que propuso, primero, sustituir la acción directa por una conquista electoral a lo Chávez, y que, luego, se pasó con todas sus armas al imperialismo yanqui.

La experiencia de Proggeto Comunista, que actúa dentro de la Refundación Comunista de Italia, servirá como un aporte fundamental, porque demuestra los límites de las fracciones que rechazaron la reconversión de los viejos partidos comunistas al capitalismo, al punto que hoy plantean un recorrido tan similar que, en el caso de Italia, han comenzado a referirse a sí mismas sólo con la expresión “Refundación”. En la medida en que esta experiencia se agota y se convierte en ala derecha del movimiento anti-globalización, se plantea la necesidad de darle una salida positiva que reagrupe a los luchadores italianos, lo cual plantea el carácter de la intervención en el conjunto de la situación política italiana, que da señales cada vez más intensas de evolucionar a una fase pre-revolucionaria.

También será objeto de debate la prolongada experiencia del Frente de Izquierda en Grecia, para el cual el congreso espera contar con la participación de los compañeros de la Corriente de la Nueva Izquierda (NAR), en calidad de observadores “activos”. ¿Esta experiencia desarrolla la perspectiva de un partido revolucionario común en Grecia; se manifiesta un proceso de clarificación en esa dirección; se plantea o no una delimitación política en su seno y el reagrupamiento de su polo revolucionario en un partido? Dado que el frente de izquierda se manifiesta en diversos países (Francia, Brasil), las enseñanzas griegas pueden tener alcance general.

Brasil, la experiencia del gobierno encabezado por Lula (pero que no es el gobierno Lula ni del PT) y la crisis en la izquierda ocupará un lugar central, pero a Brasil dedicaremos un artículo especial.

Lo que hacemos y lo que nos proponemos

El congreso “palpitará” las crisis y las revoluciones que caracterizan al momento actual, como quizás no ocurra en ningún otro lugar. Reunirá a delegados electos de las organizaciones integrantes y a numerosos observadores “activos”, los cuales participarán en los debates; el congreso del Partido Obrero elegirá, dos semanas antes, cincuenta delegados (¡ numerosos piqueteros y asambleístas!). Con este método, la cuestión de la IV penetrará profundamente en las filas de cada partido y será seguramente la ocasión para nuevas incorporaciones. El congreso discutirá, si no un programa, los lineamientos programáticos, adoptará un estatuto y elegirá una dirección. El desafío será elaborar una norma de actuación que corresponda a la fase actual del movimiento; hostiles al fetichismo organizativo, sostenemos que la organización debe tener la capacidad de responder a los problemas planteados. Las relaciones recíprocas entre la dirección internacional y las organizaciones respectivas deberán ser definidas en función del carácter experimental de la presente etapa de re-formación de la Internacional y de los objetivos que corresponden a esa etapa: reforzar la propaganda y la agitación para aprovechar todas las crisis políticas y todas las tentativas de reagrupamiento y de lucha para volver a tener una organización revolucionaria internacional de la clase obrera.