LAS POSICIONES DEL PARTIDO OBRERO Y SUS REUNIONES CON EL PCR

LAS POSICIONES DEL PARTIDO OBRERO Y SUS REUNIONES CON EL PCR

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/55368-

En el periódico Hoy (16/9), Amancay Ardura, el conocido dirigente piquetero, escribe un curioso artículo, que describe en forma parcializada el tenor de las conversaciones mantenidas en una serie de reuniones entre las direcciones del PCR y el Partido Obrero. Estas reuniones fueron, de acuerdo a lo que se manifestaron recíprocamente sus participantes, del mayor interés político e incluso de provecho práctico.

Ayer una promesa…

Ardura hace referencia a esas reuniones para destacar que Altamira planteó en una de ellas la posibilidad de que el PO llame a boicotear las elecciones en General Mosconi, Salta, en función de las particularidades de la situación política en esa ciudad a fines de julio y comienzo de agosto pasados. Esta perspectiva, así como la de llamar a un boicot a la Constituyente trucha de Córdoba, mostraba que el PO determina su política electoral en función de análisis concretos de situaciones concretas, a diferencia de los electoralistas y de los votoblanquistas que actúan sobre la base de un esquema trazado de antemano, es decir del prejuicio. El PCR, como es conocido, tiene una posición votoblanquista fundada en un esquema, aunque en un pasado apenas distante integró un frente electoral con Menem, luego otro con Pino Solanas, y más tarde coqueteó con el voto a la Alianza, argumentando la necesidad de unir a la “verdadera oposición”. Como un reciente informe del CC del PCR afirma que la revolución comienza con la unidad con los opositores contra el gobierno de turno, los votos por Menem y Pino y el no consumado por la Alianza, no constituyen episodios aislados sino una estrategia política. Pero cualquier clase de esquematismo es incompatible con una política revolucionaria. Ardura no menciona este aspecto de las discusiones, o sea, la posición en Córdoba, de un lado, y la justificación que hicimos de nuestros planteos sobre la base del análisis de la situación concreta.

El compañero Ardura tampoco menciona que los delegados del Partido Obrero le propusieron a los del PCR un frente declarado y abierto entre los dos partidos, tanto en el movimiento piquetero como en el plano electoral. También les fue propuesto un frente por el boicot a la Constituyente trucha de De la Sota. El PCR rechazó tanto una como la otra propuesta, es decir incluso cuando podíamos coincidir en una posición votoblanquista en Córdoba. En esta provincia el PCR no se hizo ver durante la campaña electoral a la seudoconstituyente. Lo cual nos lleva a preguntarnos, ¿cuál es este repentino interés por la posición del PO en General Mosconi cuando ante similar circunstancia en Córdoba los compañeros del PCR no dieron ni la hora? La inacción del PCR contra la Constituyente delasotista sirvió para encubrir la posición concurrencista de la “oposición” y en especial del Frente Grande, IU y la CTA. ¡Ardura nos reclama la promesa de boicotear en Mosconi, pero se distrae frente al compromiso del PCR de luchar realmente por el boicot en Córdoba!

Mosconi

Es obvio que consideramos completamente inconveniente llamar al boicot en Mosconi para el 14 de octubre. En esta apreciación seguimos siendo fieles a nuestro método materialista. En julio-agosto había un principio de doble poder en Mosconi, cuando la población sacó a la Gendarmería de la ciudad y se formó la Plaza del Aguante. Una elección municipal convencional representaba la tentativa de reconstruir el poder del Estado contra la Plaza, apoyada en la coacción de la Gendarmería apostada en la ruta. Hoy, esa situación en gran parte no existe, debido al reflujo del movimiento: intervenir en las elecciones es una obligación para desenmascarar las nefastas intenciones de los partidos patronales y usar la campaña por la elección de concejales piqueteros para luchar por la revitalización del movimiento piquetero. En las consultas entre los trabajadores se manifiesta una interesante intención de votos por los candidatos piqueteros y luchadores del PO, lo que demuestra que, si por un lado ha crecido la maduración política, por otro lado los trabajadores quieren valerse de un escenario de lucha distinto, aunque siempre con el objetivo de fortalecer la organización y la acción directa. Tenemos que ir a la pelea electoral para no hacerle el juego al enemigo.

Pero no solamente hay un reflujo. Debido a este reflujo ha hecho incursión en Mosconi un nuevo protagonista: una alianza entre el Obispado, Credicoop y el Partido Comunista, que propone, junto al secretario de las Pymes de De la Rúa, superar la crisis con microemprendimientos que actúen como tercerizadas de los Perez Companc de la zona, es decir, como reforzamiento de la superexplotación y de cooptación de los dirigentes nacidos en la lucha. A esta perspectiva se ha adscripto la Unión de Trabajadores Desocupados que dirige Pepino Fernández. El sujeto de un boicot está siendo cooptado por los banqueros de Dios y de Izquierda Unida. En estas condiciones, es una obligación utilizar la campaña electoral para desenmascarar la variante corruptora del sistema, al mismo tiempo que seguimos la lucha contra la variante represiva en la cual se apoya. Ahora, los que piden la suspensión de las elecciones en Mosconi (ver artículo respectivo) son los flamantes integrantes de la alianza Rosa-Amarilla, o sea, de los restos del stalinismo criollo con los representantes del Vaticano. Es que no tuvieron tiempo de oficializar una lista de la UTD reconvertida al microempresariado. Ardura, por esquematismo, se encuentra ahora, impensadamente, en un campo que suponemos mucho no le agrada. ¿O nos equivocamos?

Ardura, limitado naturalmente por el tema esquemático de sus preocupaciones, no relata muchas cosas interesantes de las reuniones mantenidas, pero no es correcto, en un revolucionario como Ardura, apropiarse de la decisión de qué debe ser conocido de un debate entre luchadores. Se discutió, por ejemplo, la caracterización que dice que existe una crisis de poder en Argentina y la naturaleza de la política que corresponde a esta situación.

Víctimas de su propia política

Pero en relación a la problemática electoral de octubre próximo, que es el tema que Ardura saca a la luz, el PO le propuso al PCR un frente electoral. El PCR lo rechazó, con un enfoque que enseña mucho sobre la situación de la izquierda. Como marxistas, los compañeros del PCR admitieron, en principio, la posibilidad de ir a elecciones, como ellos mismos lo hicieron, digamos que inapropiadamente, en el pasado. Por otro lado, no dijeron que hubiera una situación revolucionaria directa que justificara descartar el democratismo formal. Apremiados a decir entonces por qué no concurren a las elecciones (y en un frente de izquierda o con el PO), respondieron que “el partido no los entendería” o que “no es negocio para nosotros”, esto en alusión a que todo el activo del PCR está “invertido” en el movimiento de desocupados. ¿Pero qué significa todo esto sino que el PCR se encuentra ante una enorme impasse y que se ha convertido en víctima de su propia política, unilateralmente sesgada hacia la expectativa de un “argentinazo”, prometido desde hace ¡tres años!? A esto hay que agregar que el informe del CC del PCR plantea el “argentinazo” a partir de un movimiento de “toda la oposición” contra el “gobierno oficial”, y lo que ha ocurrido hasta ahora es un movimiento de toda esa oposición, no para enfrentar sino para sostener al gobierno oficial contra la lucha de las masas. La política del PCR lo ata de manos para explotar la crisis de poder para desarrollar el partido de la clase obrera, lo cual se manifiesta en su nulo desarrollo como factor político, esto tanto en comparación con otros partidos de izquierda (los cuales son en realidad movimientos amorfos y no partidos) como en comparación con organizaciones que no son de partido, como la CCC, pero que a la larga deberán sufrir las consecuencias de no tener un partido que participe de la lucha directa contra los otros partidos por la conquista de la opinión de los trabajadores para su prograna. El PCR no se presenta como un factor político directo sino que lo hace mediatizado a organizaciones que tienen otro carácter y que en ningún caso pueden sustituir al partido.

Fin

Quien haya leído este artículo hasta el final, se habrá dado cuenta del elevado nivel que imperó en las reuniones entre las direcciones del PCR y del PO. No le hacemos ningún reproche al compañero Ardura por valerse de lo que se dijo en ellas, debido a que su transcripción literaria es correcta. Lo que falla es la traducción política.

Jorge Altamira