SE DESMORONA LA CANDIDATURA DE DUHALDE

SE DESMORONA LA CANDIDATURA DE DUHALDE

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/53062-

El diario La Nación del domingo pasado reveló una encuesta electoral que lo da a Duhalde un punto por debajo de la Alianza en la Provincia de Buenos Aires. El PJ estaría perdiendo, en este caso, en el único distrito grande que aún lo tenía por delante. Su retroceso en la provincia con relación a la medición anterior sería de ocho puntos. Con este último registro, la ventaja de la Alianza sobre Duhalde, a nivel nacional, estaría entre los 20 y los 25 puntos —o sea un 40-45% para De la Rúa contra alrededor de un 20% para el PJ—. La suma entre los dos, de un 65% o 70% del electorado, estaría esfumando la polarización electoral.

La directora de esta encuesta dice que “no solamente (hay) un cambio de tendencia en la intención de voto… sino que Duhalde está captando menos votantes históricos de su partido que el candidato de la Alianza”. Aunque “la indecisión es menor, sigue, se presenta una gran volatilidad en el voto. Una gran proporción del electorado cambia su voto de uno a otro…” (El Cronista, 29/7).

Un derrumbe lleva al otro

Para una ‘investigación de mercado’, la conclusión de la encuestadora es coherente. Desde el punto de vista político, es diferente. Los datos, en este caso, muestran la volatilidad política de la candidatura de Duhalde, no la del electorado. En la masa del pueblo no existe todavía un giro profundo en relación con su perspectiva política; pasar de Duhalde a De la Rúa no cambia las opciones básicas del sistema e incluso encierra una tendencia al conservadurismo. Son las contradicciones insalvables de la candidatura duhaldista las que amenazan desatar una enorme crisis político-electoral.

Es que el derrumbe de Duhalde en las encuestas es mucho más que una tendencia electoral. Por tratarse del candidato del peronismo, está reflejando un desmoronamiento de la autoridad política establecida ante las masas; de su capacidad de encauzarlas cuando luchan; la pérdida de una perspectiva política para la patronal con referencia al manejo de los trabajadores. El derrumbe electoral de Duhalde desmiente la especie de que el peronismo tenga una capacidad inagotable de renovación o recambio, no solamente con relación a las expectativas populares (lo que ya sería suficiente para dejarlo fuera de las alternativas políticas) sino como factor de agrupamiento de la patronal nativa y de una parte de la extranjera.

Estos datos electorales ya están afectando al conjunto del proceso político. El mismo domingo, Cavallo salió con un rotundo No a una alianza con Duhalde, imputando a éste una total falta de autoridad política para tomar las riendas del peronismo. El giro de Cavallo es sintomático, porque cuando buscó la alianza con Duhalde lo hizo convencido de la inevitabilidad de una polarización electoral. Ahora estima que la polarización está por lo menos cuestionada. La deserción de Cavallo tiene una importancia todavía mayor porque la alianza con Cavallo era vista por los duhaldistas como una salida para parar el retroceso electoral de Duhalde. Para Clarín se trató de “un golpe duro de asimilar” (1/8).

La política de escalonar las elecciones por provincias y separarlas de la nacional resultó, al final, un tiro por la culata. Es que, debido a este hecho, los aparatos municipales y provinciales del peronismo no pueden ser movilizados como factor de arrastre para el candidato a la Presidencia. Por el mismo motivo, es mucho más difícil disimular las rivalidades con los diferentes aparatos provinciales, azuzadas por la crisis económica y el derrumbe de las finanzas públicas en todos lados.

La crisis política del duhaldismo se manifiesta asimismo en las dilaciones que sufre la proclamación de la candidatura, la que ahora se dejaría para el 17 de agosto. Incluso, la cúpula duhaldista se encuentra dividida; de un lado están quienes reclaman un acuerdo con Menem; del otro, los que plantean acentuar el discurso contra la deuda externa y una mayor diferenciación del gobierno. La Nación (29/7) dio a conocer la versión de que el menemismo intentará aprovechar que la candidatura de Duhalde no está aún oficializada para imponer su sustitución por una fórmula Reutemann-De la Sota. Duhalde enfrenta una contradicción que se presenta insuperable en el plazo de la campaña electoral. Por una parte, producir un giro demagógico hacia la izquierda para capitalizar la bronca con el menemismo y la evidencia del agotamiento político de éste; por otra parte, superar su asociación de una década con el menemismo y aún hoy buscar un acuerdo con éste para mantener unido al aparato oficial en apoyo a su candidatura.

Las elecciones se adelantaron tres meses

El desmoronamiento pre-electoral de Duhalde indica que la crisis política excepcional del régimen menemista ya está haciendo su incursión en la campaña electoral. La situación es peor que en 1989 cuando el derrumbe pre-electoral de Angeloz determinó la renuncia de Sourrouille, ministro de Economía, la entrada triunfal de la hiperinflación y el adelantamiento de la transmisión del mando.

En la Alianza existe una enorme preocupación por el vacío político anticipado que dejaría un retroceso ilevantable de Duhalde en las encuestas. Los ‘progresistas’ se preguntan si podrán aguantar durante 90 días una campaña sin adversario. Temen que la situación sin salida en que quedaría el electorado peronista provoque el giro de una parte hacia la izquierda del tablero político-electoral. Para enfrentar una situación tan ‘peligrosa’, De la Rúa ha decidido cohesionar sus filas re-posicionando a López Murphy, el hombre que quiere bajar los salarios y que goza de la total confianza de los bancos y especuladores internacionales. La Alianza necesita un frente patronal unido frente a las tendencias explosivas de la crisis y de las que puedan manifestarse en la campaña electoral. Es por esta misma razón que mandó a Machinea a comprometerse con los banqueros internacionales en Nueva York, la semana pasada, junto a Roque Fernández y el duhaldista Remes Lenicov. Con esto, sin embargo, no hace más que ganarse la desconfianza de una parte de la clase media que ya ve con resuelta hostilidad la injerencia sin límites del FMI y de la Tesorería norteamericana en la política económica argentina.

Aprovechar las brechas

Se ha producido una quiebra, entonces, en el proceso electoral. Esta quiebra traduce la quiebra política general que está sufriendo el conjunto del aparato del Estado capitalista a partir del derrumbe económico, de la crisis de las relaciones internacionales de la Argentina y del agotamiento del menemismo. Los gobiernos son cuestionados violentamente; cayó el Tato correntino; el Bussi tucumano tiene las barbas en remojo; cayó el intendente bussista de la capital tucumana; lo mismo ocurrió en La Matanza y en Corrientes capital.

En el muro político de la campaña electoral de los partidos patronales se ha producido una fisura; los trabajadores tenemos que ampliarla todo lo que podamos para hacer avanzar nuestras reivindicaciones y nuestra estrategia. No se trata de la posibilidad de conquistar una banca o dos; se trata de la oportunidad de alterar el escenario político del país. Esto indudablemente no podrá ser consumado en un proceso electoral ni en quince, porque depende de la intervención enérgica de los explotados en la vida social y política, no de la emisión ocasional de una papeleta en la urna. Pero sí puede recibir un enorme impulso. La capacidad de los de abajo para aprovechar todas las ocasiones que ofrece la crisis de los de arriba es una condición fundamental, y en definitiva la más fundamental de todas, para lograr un cambio completo del poder y de la sociedad.

Proponemos reforzar la campaña del Partido Obrero. La candidatura del PO trasciende al Partido Obrero y debe trascenderla aún más para convertirse en la candidatura de los militantes efectivos de la izquierda; de los activistas clasistas y antiburocráticos; de la juventud combativa; de las organizaciones de mujeres que luchan por sus derechos con los métodos de la lucha obrera; de toda la intelectualidad que va percibiendo que la crisis histórica actual plantea la superación del capitalismo internacionalmente.

“Los yanquis tienen dos candidatos. Nuestra alternativa es votar al Partido Obrero”.