LLEVEMOS ADELANTE EL MANDATO...
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/51428-
En julio de este año hicimos una Asamblea Nacional, en Ferro, para analizar la situación política nacional, no desde el punto de vista de los analistas políticos, no desde el punto de vista de la burguesía nacional, sino desde el punto de vista de los cuatro millones de compañeros desocupados, desde el punto de vista de la mujer trabajadora, desde el punto de vista de la clase obrera en la industria y el comercio, desde el punto de vista de la juventud, desde el punto de vista de los reprimidos por los genocidas y los reprimidos por el ‘gatillo fácil’. Como consecuencia de ese análisis elaboramos un programa que señalaba una salida inmediata para la situación desesperada de nuestras masas y un plan para luchar por esa salida inmediata.
A partir de julio de este año, todos los que concurrimos a la Asamblea Nacional y todos aquellos que, aunque no pudieron concurrir, se asociaron con nuestros objetivos, con nuestras reivindicaciones y con nuestro programa, todos nosotros salimos a recorrer el país, todas las provincias. Salimos a recorrer barrio por barrio. Fuimos, no a las peatonales de los centros, sino a las barriadas populares en cada una de las ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires, en Córdoba, en Salta, en Tucumán, en Santa Fe, en Santa Cruz, en Neuquén, Cutral Co, Plaza Huincul, Centenario, todos los centros de movilización y de rebeldía popular. A Cruz del Eje, que conmovió al país con su corte de ruta; a Mar del Plata, al barrio Los Bosques; con los compañeros de Varela, que cortaron las rutas; con los compañeros del pescado en Mar del Plata. Nos movilizamos excepcionalmente sin contar con el apoyo de los medios de comunicación. A voz; como dicen los tucumanos, ‘a pata y a pulmón’. Y el día 26 de octubre, 150.000 trabajadores, 150.000 desocupados, 150.000 mujeres y jóvenes, de lo mejor de nuestra clase obrera, votaron por la independencia política de los explotados de nuestro país (aplausos).
Por eso, lo menos que podemos hacer hoy es saludar la tenacidad, el esfuerzo, la consecuencia en la defensa de los intereses de nuestra clase y haber llegado a los trabajadores, no todavía a la mayoría, pero sí de una parte significativa, lo que indica desde ya el camino que va a transitar la mayoría de los trabajadores argentinos, el camino de la lucha de clases, el camino de la organización independiente, el camino del gobierno de los trabajadores (aplausos).
Programa
Compañeros, hicimos el trabajo político más difícil. Porque mientras los grandes medios de comunicación, durante las 24 horas, sin pausa, nos abrumaban con la presencia de los políticos patronales y capitalistas, repitiendo y repitiendo hasta el hartazgo, el cansancio y hasta podríamos decir la náusea, la demagogia vacía de estos carreristas y vividores del presupuesto nacional, negándonos el mismo acceso a esos medios de comunicación masiva, nosotros íbamos a cada casa a establecer una discusión política, a establecer un diálogo, a abrir una salida, a indicarle al trabajador que no es fatal la condición a que nos ha sometido el gran capital nacional e internacional; que no sólo no es fatal, sino que lo que sí es fatal es que se caiga esta dominación y que eso depende de nuestra claridad como clase, de nuestra organización como clase y de nuestra lucha consecuente como clase.
En esta campaña demostramos en la lucha cotidiana, en el diálogo cotidiano, en el debate y en la discusión, nuestra superioridad intelectual como clase —a pesar de que somos todos unos analfabetos—, frente a la brutalidad y el analfabetismo intelectual de las clases poseedoras, a pesar de que todos ellos se han recibido en las universidades. Voy a repetir que si somos más creativos que la clase capitalista, esto se debe a una razón elemental: somos una clase que tiene profundas necesidades. Quiere poner en pie una familia, quiere poner en pie una colectividad, quiere abrirle un futuro espiritual, cultural y humano a esta generación y a las próximas generaciones. Tiene la necesidad de vivir, y el que tiene la necesidad de vivir tiene la necesidad de pensar y piensa, tiene la necesidad de crear y crea. Y el parásito, el que vive pensando en la jornada de yachting, en la jornada de golf, en la jornada de tenis o en los atropellos contra la juventud y contra la niñez, como en Cruz del Eje, como en Cipolletti, como en Mar del Plata, como en La Plata, segando y violando las vidas de nuestros niños y nuestros jóvenes, esa clase social de parásitos no puede pensar, y solamente vive para sostener a este régimen de explotación. Por eso nuestra clase tiene un potencial superior al de la clase capitalista. Y es necesario que se lo pongamos de relieve a los trabajadores, para sacudir en nuestros compañeros esa convicción que les han metido por miles de años de que ellos no pueden gobernar, de que sólo los explotadores pueden gobernar, de que nuestra condición social nos condena a una posición subalterna. Tenemos que sacudir esta mentira de los explotadores y poner al frente la creatividad del explotado, porque lo único que nos está impidiendo una lucha creadora y victoriosa contra el capitalismo es la desconfianza de nuestra clase en sí misma, el arraigo de los prejuicios, que durante años les han puesto en su cabeza a los explotados.
Paso histórico
Hemos hecho todo esto en una vasta campaña política. Es rebajar este discurso hacer alusión a los que se han atrevido a calificar esta enorme labor revolucionaria de clase, puerta a puerta, hombre a hombre, mujer a mujer, de ‘electoralismo’. Hemos logrado dar un paso adelante en el objetivo que nos propusimos al comienzo de la campaña, que el obrero no siga al capitalista, que el explotado no siga al explotador. Dijimos que el mayor fraude de la campaña electoral iba a ser que los trabajadores iban a votar por sus propios verdugos. Pero 150.000 trabajadores no votaron a sus verdugos, votaron por sus compañeros (aplausos).
Es un pequeño paso, pero no podemos despojarlo de la significación que tiene, porque es un pequeño paso, pero no como los pequeños pasos que da el hombre todos los días en la calle. Es un pequeño paso histórico. El trabajador que toda la vida votó por el peronismo y hoy vota al Partido Obrero, dio un pequeño paso, sí, pero un pequeño paso histórico: dejó de ir detrás de sus verdugos y vino con sus compañeros (aplausos).
Compañeros, para decirlo en el lenguaje de la calle, el lenguaje de todos los días, desde la Asamblea de Ferro hasta esta Asamblea de hoy hemos demostrado una cosa: que podemos, que lo que nos proponemos lo podemos. ¿Y dónde está entonces el hundimiento del ideal socialista? ¿Dónde está el hundimiento de la clase obrera como sujeto activo de la liberación? ¿Dónde está eso de que construir un partido obrero, de los obreros y para los obreros, es una utopía? Nosotros hemos logrado, sin un mango, pero con un programa, dar ese paso histórico hacia adelante y venimos hoy aquí con un entusiasmo y unas ganas terribles de dar muchos más pasos adelante en los próximos meses. Hemos roto una mentira cultural que sistemáticamente se insiste en todos los medios de prensa, de comunicación, escolares, universitarios, pedagógicos: la resignación, el triunfo del capitalismo, del neoliberalismo, del posmodernismo, de esto y de aquello. En Argentina, un partido que planteó como estrategia política la independencia de los trabajadores y la construcción de un partido obrero, multiplicó por 600% sus votos en dos años. Y en las barriadas obreras, en las grandes fábricas, por ejemplo de Córdoba, en la Renault-Ciadea, en Fiat, en Transax, en los barrios de la periferia, el Partido Obrero, allí, reventó literalmente las urnas. Como me contaban las compañeras que fueron fiscales, cuando se abrieron las urnas y se tiraron los votos en la mesa, antes del recuento, se veían volar las boletas que decían ‘número 14’, se las veía salir y se venía venir esa decisión política de una parte pequeña, pero significativa, de la clase obrera (aplausos).
Nuestra responsabilidad
Compañeros, ¿qué es lo que entraña este hecho para nosotros, por sobre todas las cosas? Para nosotros, por sobre todas las cosas, este pequeño paso, pero pequeño paso histórico, entraña una tremenda responsabilidad. Un partido patronal, capitalista, terminada una elección, se olvida de los planteamientos demagógicos que hizo en la campaña electoral, y como se dice en la jerga habitual, se olvida de cumplir con su mandato. Y esto, en particular, si ese partido ganó las elecciones. Cuanto más grande es el triunfo, más le da la espalda al voto popular. Nosotros hemos obtenido 150.000 votos, 160.000 votos. Y desde un punto de vista superficial, podríamos decir que el país no nos mandató para nada. Pero 150.000, 160.000 trabajadores sí nos mandataron para que hagamos realidad dos planteos fundamentales de la campaña: el subsidio al parado y el reparto de las horas de trabajo y el desarrollo de un gran partido obrero. Nosotros hoy nos hemos reunido, en esta Asamblea Nacional, no para cumplir una formalidad, sino para discutir cómo llevamos adelante ese mandato. Y lo vamos a llevar adelante con esta declaración, y con las resoluciones que hemos votado, es decir, con la campaña nacional por el reparto de las horas de trabajo y con la campaña nacional para fortalecer en la conciencia de los trabajadores la necesidad de construir un partido obrero.
Crisis mundial
No se le escapa a ninguno de ustedes que las grandes fábricas están suspendiendo compañeros. Y no se le escapa a ninguno de ustedes, como anticipo, que la patronal alemana de la fábrica Volkswagen de Brasil, en los alrededores de la ciudad de San Pablo, planteó ”o aceptan una reducción del 20% de los salarios o, de lo contrario, habrá 10.000 despidos”, sólo en la planta de Sao Bernardo do Campo, en los alrededores de San Pablo. Pero una asamblea de 15.000 obreros, una asamblea que comenzó a las seis y diez de la mañana y terminó a las siete y media, votó por 15.000 a cero el rechazo a la reducción de los salarios y la posibilidad de ocupar todas las fábricas de Volkswagen en Brasil si llegan a producirse despidos (aplausos).
Esta es la respuesta de nuestra clase obrera a nivel internacional a la crisis del capitalismo. Lo mismo han planteado los trabajadores de Corea, sobre los cuales se abate la amenaza de una ola de despidos. ¿Cuál es el planteo del Partido Obrero? Ningún despido, ninguna reducción de salarios. Abajo el chantaje de la crisis para obligar al obrero a elegir ‘entre guatemala y guatepeor’, reducción de salarios o despidos. Como si los salarios, ya por completo por debajo de las necesidades elementales del trabajador, pudieran ser reducidos una vez más.
Esto quiere decir que para los obreros ocupados se plantea una campaña, también para ellos, por ningún despido, ninguna rebaja de salarios, por el reparto de las horas de trabajo. Esto significa que los compañeros de la industria automotriz, los compañeros metalúrgicos, los compañeros de la industria de la alimentación, los compañeros de la pesca, se ven enfrentados al mismo problema y se ven enfrentados a la lucha por la misma reivindicación que los cuatro millones de desocupados. Si no había todavía unidad entre el obrero desocupado y el obrero que tiene trabajo, el capitalismo nos ha procurado esa unidad, porque hay una consigna común que nos une a los desocupados y a los amenazados por despido: el reparto de las horas de trabajo, el empadronamiento de los compañeros, por domicilio, por calificación laboral, y su distribución en toda la industria, por medio de organismos bajo el control de los trabajadores. Por lo tanto, tenemos que llevar adelante, mediante la agitación y la organización, una campaña en los grandes centros industriales, en la zona Norte, donde está la Ford, Siderca, la Volkswagen; en el cinturón industrial de Córdoba; en el cordón industrial de San Lorenzo; en las grandes fábricas del país, una campaña por el reparto de las horas de trabajo que una a las Coordinadoras de desocupados con los luchadores del movimiento obrero. Una campaña de tipo nacional y sistemática, contra los despidos, contra las suspensiones, con ocupación de las empresas, huelga general. ¿Para qué? Para imponer el reparto de las horas de trabajo sin tocar los salarios (aplausos).
Frente de lucha
Este es el contenido de la propuesta de la declaración votada de un frente de las organizaciones obreras, partidistas y no partidistas. Un frente que tenga por eje, hoy, esta campaña, en todas las localidades. En Tafí Viejo, claro; en Chascomús, que además va a enfrentar despidos en las grandes fábricas que están alrededor de la ciudad; en las fábricas que rodean a Mercedes, fábricas muy importantes que se encuentran, no en el Gran Buenos Aires, sino en las proximidades del Gran Buenos Aires, en el interior de la provincia.
Nosotros consideramos a la unidad desde el punto de vista de la lucha y de las necesidades de los trabajadores, no del compromiso entre cúpulas, sean de izquierda o no sean de izquierda, que en la mayor parte de nuestra historia han faltado ante los trabajadores y han capitulado ante los intereses patronales. Cuando vemos que se acerca la lucha, y que 150.000 trabajadores quieren la independencia política de la clase obrera, tenemos que decirles a otras organizaciones de trabajadores, comisiones de desocupados, sindicatos, comisiones internas, interfabriles, y también partidos políticos, que nos unamos para luchar y por una estrategia política. Esa estrategia política es la organización independiente de los trabajadores, la construcción de un partido obrero, que es el camino inevitable, es el camino que no se puede saltar, para luchar por el derrocamiento del capitalismo y por el gobierno de los trabajadores (aplausos).
Internacionalismo
Compañeros, la mención que he hecho de la Volkswagen de Brasil o la de los trabajadores de Corea, no fue circunstancial. Los trabajadores de otros países viven crisis, problemas, enfrentan ofensivas similares a los nuestros. Es una mención dirigida a llamar la atención de esta Asamblea de que la construcción del partido obrero es una tarea internacional. Que la clase obrera de todo el mundo debe unificarse político-reivindicativamente para luchar contra el FMI, los banqueros acreedores, los usureros chupasangre, que internacionalmente atacan a los trabajadores y que internacionalmente conspiran para dividir a los trabajadores por nacionalidades.
A los trabajadores chilenos, que sufren una ofensiva colosal, y a los trabajadores argentinos, que también sufrimos una ofensiva colosal, se nos pretende dividir, por ejemplo, por el destino de los Hielos Continentales. Y en eso hacen punta los Kirchner, los disidentes peronistas del menemismo, los más‘progresistas’. Los Hielos Continentales, los problemas de frontera, las diferencias de cualquier tipo, las vamos a resolver entre nosotros —si es que llegan a subsistir como problema, cosa que dudo mucho, y que con seguridad no va a ocurrir—, cuando los trabajadores argentinos y los chilenos nos unamos contra los Balza, Suárez Mason, Alfonsín, Menem, Pinochet y Frei de Chile y Argentina, y unamos a Chile y a Argentina, a Brasil y a Uruguay, en una Federación de Estados Obreros (aplausos).
Unidad política de América Latina
¿Quién puede dudar, compañeros, que esa tentativa de salida capitalista que ha sido el Mercosur; una tentativa de unión comercial de los monopolios automotrices, de los monopolios lácteos, de algunos monopolios petroquímicos; que ese negociado de la burguesía argentina y de la burguesía brasileña bajo la batuta del capital internacional; quién puede dudar que ese Mercosur se hunde, como consecuencia de las contradicciones económicas de los gobiernos de Menem y Cardoso, de su política, y de la crisis mundial del capitalismo? ¿Quién puede dudar? ¿Quién puede dudar que este Mercosur no es la unión de los argentinos y los brasileños, de los argentinos y los uruguayos, de los argentinos, los brasileños, los uruguayos y los paraguayos? No. Es la unión de los monopolios contra los trabajadores. Esto se hunde. Nosotros tenemos una salida. Lo venimos diciendo. Los trabajadores de Argentina, los trabajadores de Brasil, tenemos una salida: la unidad política nacional e internacional de toda América Latina contra el imperialismo opresor, dirigida por los trabajadores y apoyada por las clases campesinas de nuestro continente. Tenemos una política internacional. Frente a una crisis internacional, una política internacional. Y vamos a ir al Sindicato de los Químicos de San Pablo, el próximo 16 de diciembre, a discutir con el Partido de los Trabajadores de Brasil, con el PSTU de Brasil, con los Tupamaros de Uruguay y el Partido Obrero de Argentina, en ese Sindicato de Químicos, sobre lo que planteamos los partidos obreros y de izquierda de los países que estamos en el Mercosur, y nosotros vamos a ir a plantear la unidad de todos los partidos obreros para acabar con el capitalismo y unir a América Latina en una Federación de estados obreros (aplausos).
Asambleas de trabajadores
Mucha gente, y en especial los políticos que miran por arriba, dijeron que convocábamos a Asambleas Nacionales como un recurso desesperado, como una maniobra de aparato, para poder enfrentar una campaña electoral que estaba condenada de antemano al fracaso. Pero la campaña electoral no fue un fracaso. Hemos desvirtuado esa condena anticipada. Y este instrumento, la campaña electoral, sirvió, no para el fracaso, sino para este desarrollo político. Hemos vuelto a convocar otra vez a una Asamblea Nacional. Para rendir cuentas del trabajo que nos propusimos en la primera Asamblea Nacional. Para explicar cómo nos fue. Qué cosas hicimos. Qué análisis tenemos hoy. Hemos actuado todos nosotros con una gran responsabilidad. Como debe ser una dirección obrera. Con una tremenda responsabilidad en cada uno de sus actos. Implacablemente crítica, en particular de los propios actos. Y hoy hacemos un balance. Un balance para discutir cómo cumplimos —de aquí en más— con el mandato que nos confirieron 150.000 trabajadores. No para discutir cómo birlamos ese mandato y cómo, al igual que los partidos patronales, cagamos, incluso a una minoría de 150.000 trabajadores. Muchos de los trabajadores que nos votaron, si se enteraran de lo que estamos haciendo hoy aquí, seguramente se van a extrañar. Dirán que 150.000 votos no confieren tanta responsabilidad, pues todavía no tenemos el apoyo popular. Lo tienen otros partidos y otras dirigencias políticas. ¿Por qué tomar la situación a la tremenda? Porque a partir de la responsabilidad de llevar adelante el mandato de 150.000 votantes, estamos anticipando la responsabilidad política de cumplir el mandato que nos dé una mayoría de trabajadores en el momento que se orienten a luchar por el poder (aplausos).
Como el final de un largo camino se inicia siempre por el primer paso, nos tomamos en serio los primeros pasos, tan en serio como vamos a tomar los pasos subsiguientes, los pasos del medio y los pasos finales.
Acumulación de fuerzas
Debemos destacar otra cosa también, el método político. El Partido Obrero propuso una Asamblea Nacional que no era restringida al Partido Obrero. Llamó a una Asamblea Nacional a todos los trabajadores que quieren luchar. Para que deliberemos en común en un marco democrático, sobre la base de las experiencias de todos y de cada uno. Para que saquemos las conclusiones que entronquen en esa experiencia común. Es un método de la relación política entre un partido que quiere ser un partido obrero militante y de combate y su clase, la clase obrera. Entre una organización y la masa. Entre los activistas que han acumulado una experiencia y pueden tener una tradición y los compañeros que recién se acercan y no tienen aún esa tradición y no tienen aún esa experiencia y no quieren decidir nada por algo que se les vaya a decir, sino que lo quieren decidir sobre la base de su propia experiencia y de lo que ellos mismos comprueben y vean.
Nosotros les decimos que está bien, que decidan así, sobre la base de su propia experiencia y sobre la base de lo que ellos comprueben y vean. Es un método político fundamental en un país y con una tradición de izquierda sectaria, cupular y aparatesca. Donde la llamada expresión ‘acumulación de fuerzas’ se reduce a la acumulación de siglas, acumulación de miniaparatos, acumulación de pequeñas fracciones, fenómenos por arriba, superestructurales, restringidos, aislados, fuera del barro, siempre pisando el pavimento. Este es otro método. La acumulación de fuerzas de la clase obrera se hace por medio de la relación política abierta con los trabajadores, la deliberación y la organización. Y este método es el único que sirve para acumular fuerzas.
A la lucha
Para terminar con las palabras de un gran revolucionario, la única arma que no puede faltar en el arsenal de lucha de los trabajadores es la organización. Llamo a la Asamblea a multiplicar sus objetivos de organización, a impulsar la campaña, a distribuir esta declaración en quinientos mil o un millón de ejemplares, a transformarla en un objeto de discusión personal con cada activista, de debate con cada compañera y compañero. De cumplir a rajatablas, cumplir con la promesa de que vamos a hacer grandes actos en el Día Internacional de la Mujer, de que no vamos a dejar que pasen sin lucha las suspensiones y los despidos, que vamos a realizar un gran 1° de Mayo.
En definitiva, que vamos a aprovechar la crisis del capitalismo, la crisis del menemismo y la podredumbre de la Alianza, para acelerar el final de los días de los explotadores y acercar el día del bautismo del gobierno obrero y el socialismo.