“CREANDO UNA IZQUIERDA MAYOR”

“CREANDO UNA IZQUIERDA MAYOR”

[Publicado hoy, sábado 23, en el diario Perfil, sección Ideas, página 36]. Buena lectura]

Hasta donde he podido observar, es la primera vez que desde el ‘establishment’ del país (en este caso periodístico) se pronostica el crecimiento de la izquierda revolucionaria en Argentina. Es lo que hace Jorge Fontevecchia, precisamente, en Perfil del domingo pasado (“Creando una izquierda mayor”). Su conclusión se aparta de la cruzada macartista de los ‘6,7,8’ de la cofradía mediática del macrismo. Él destaca “La significativa capacidad de movilización de la izquierda en contra de la reforma previsional”.

Para Fontevecchia, el fin de los bloques antagónicos, la globalización y la omnipresencia de la economía de mercado delinea la hoja de ruta del peronismo que pacta con Macri, dejando un vacío opositor. Aquí hay un lapsus, porque deja de lado la experiencia del menemismo, que condujo a la bancarrota económica, a la rebelión de 2001 y a la etapa K. En realidad, sobre la base de esa globalización, se desarrollan crisis enormes, guerras comerciales, monetarias y fiscales, o sea una tendencia a la fragmentación del mercado mundial. El ‘ajuste’ macrista ya se está dando con la cabeza contra esta pared, y hasta el peronismo lo sabe. También hay una fragmentación política creciente: Brexit, el ascenso de la derecha pro-fascista en Europa; el pirómano Trump. Existe un desequilibrio sistémico en la política mundial; de la disolución de la URSS pasamos a la de la UE. Desde “la caída del comunismo’, como adjetiva Fontevecchia, hay una onda de guerras internacionales y de crisis humanitarias sin paralelo desde la segunda guerra mundial. El ‘estado de bienestar’ recala en el baúl de los recuerdos y crece la desigualdad social. Las contradicciones del capitalismo son más agudas que cuando existía la URSS.

El ascenso de la izquierda se explica en este contexto; no es una derivación del viraje “al centro” del peronismo o de su cooptación por parte del macrismo. Durante doce años, en la mayor parte de América Latina, prosperó una tendencia diferente, la chavista, distante del ‘ancho camino del medio’. Su fracaso es una consecuencia de la propia crisis mundial, y de la insuficiencia histórica de las respuestas burguesas nacionalistas. La izquierda ha crecido en Argentina delimitándose del kirchnerismo, el cual ahora aporta la mayor parte de su ‘personal superior’ a la coalición con el macrismo. Se trata de la izquierda que combatió políticamente al stalinismo, en condiciones dificilísimas, en defensa del futuro histórico del socialismo.

En este contexto de ideas, Fontevecchia dice: “O (la izquierda) crece porque el kirchnerismo se le suma o crece porque el kirchnerismo se disuelve…”. Ambas variantes, sin embargo, suponen un maridaje o una clonación; o un kirchnerismo de izquierda o una izquierda kirchnerista. No tiene lugar un cambio de perspectiva histórica. Semejante aleación llevaría a la izquierda a un impasse mortal. La tarea de la izquierda es de otra naturaleza: fusionarse con su base social, la clase obrera, único modo de proyectar un gobierno de trabajadores y el socialismo internacional. Una alternativa híbrida insertaría a la izquierda en el cuadro político que debe superar.

La perspectiva de la izquierda depende, en última instancia, de un cambio radical en la percepción de la realidad histórica por parte del movimiento obrero. ‘That’s the question’. La izquierda socialista es el instrumento político consciente de un sujeto histórico: los trabajadores – no una especulación ideológica. La juventud trabajadora y estudiosa debe ser ganada para una perspectiva antagónica a la que ha estado vinculada. En esto consiste el desarrollo de una consciencia de clase socialista. En esta perspectiva es necesaria una nueva dirección del movimiento obrero – la actual es una agencia de la patronal y del Estado.

Promover la derrota de la guerra de clase del capital, desatada por el macrismo contra el mundo del trabajo, es la tarea que debe convertir a la izquierda en dirección política.