ZAFFARONI OFRECE UN PACTO AL MACRISMO, DISIMULADO COMO DEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO

ZAFFARONI OFRECE UN PACTO AL MACRISMO, DISIMULADO COMO DEFENSA DEL ESTADO DE DERECHO

Un conjunto de dirigentes del kirchnerismo, encabezados por Zaffaroni y Estela de Carlotto, ha lanzado una convocatoria para “defender un piso mínimo de acuerdos por la democracia y el pluralismo”.

Se trata de un llamamiento curioso. El reclamo de un ‘piso mínimo’ de democracia significa la admisión de una complicidad con todo el espacio de cercenamiento de la democracia que va de ese piso al techo. Significa, en esa medida, una propuesta de pacto político en el sentido inverso al que se propone en forma literal, o sea un acuerdo de convivencia con el gobierno de turno que estaría violando el estado de derecho en todo lo que va del ‘mínimo’ al ‘máximo’. En otros términos, Zaffaroni y sus correligionarios está ofreciendo un ‘pacto de no agresión’ al macrismo, a cambio de ‘un piso mínimo’ de garantías. Cuáles son esas garantías las exponen todos los días: la intangibilidad de los fueros parlamentarios y el levantamiento de las prisiones preventivas hasta que se complete el proceso judicial que afecta a los acusados por corrupción. El kirchnerismo ha descubierto la violación al estado de derecho solo cuando los jueces comenzaron a saltarse las normas procesales ‘habituales’ con un conjunto de ex funcionarios. Este es el ‘piso mínimo de democracia’ que reclama Eugenio Zaffaroni – algo que no reivindicó cuando trabajó bajo el régimen militar.

Rechazamos, como cabe esperar, cualquier violación al debido proceso, pero no aceptamos reducir la democracia a la vigencia de este principio. El Congreso nacional se apresta, en un tiempo no muy largo, a votar la liquidación de numerosos derechos de los trabajadores, incluidos los jubilados, y la derogación de la jornada de ocho horas, y a beneficiar con reducción de impuestos a los explotadores. Esta supresión de derechos irrenunciables no será obtenida por vía democrática, aunque tampoco sería aceptable cualquiera sea la vía que se elija. Lo que el Congreso va a votar está siendo empaquetado fuera del Congreso por medio de las llamadas ‘conversaciones’ con una dirección sindical corrupta y con patronales evasoras que colman las fojas de los Panamá y Paradise Papers. Va a ser impuesta por medio de la presión y la exacción – incluida la amenaza de una fuga de capitales y de una cesación de pagos. Hoy mismo, un presidente no electo del Banco Central está produciendo, por fuera de toda norma de derecho, o sea arbitrariamente, una gigantesca transferencia de riqueza en beneficia de la clase capitalista. Estamos ante la expresión absoluta de la arbitrariedad social y política, sin que esto mosquee a los parlamentarios, ni a los kirchneristas - que se manejaron en el gobierno con la misma arbitrariedad.

La derogación absoluta de todas estas medidas violatorias a los derechos de los trabajadores y la lucha por echar del poder a sus perpetradores, ¿forma parte del ‘piso mínimo’ de los K? Claro que no; lo que dicen Zaffaroni y sus secuaces es que a partir del acuerdo ‘mínimo’ y el cese la prisión preventiva, cada uno conserva el derecho a quejarse o no, a protestar o no, y votar en contra o no de los ataques del capital, su estado y su gobierno a los trabajadores - ¡sin afectar la llamada ‘gobernabilidad’!. El ‘acuerdo mínimo’ se revela así como una propuesta de pacto al gobierno macrista, no como un llamamiento a la lucha contra este gobierno. Entre los patrocinadores del ‘mínimo’ figuran sectores de la misma burocracia sindical que firman ‘acuerdos sectoriales’ de flexibilización laboral y tercerización, y que se ponen de acuerdo con las patronales para despedir activistas en las empresas, y tantos otros atropellos. Los impulsores del ‘piso mínimo de democracia’ han votado los Presupuestos 2016 y 2017, que han viabilizado el gigantesco endeudamiento internacional de estos años. El no pago de esta deuda, ¿figura en el acuerdo ‘mínimo’?

La defensa misma del estado de derecho es una defensa del atropello clasista de las patronales, pues ampara la obligación de pagar la deuda externa usuraria, la inamovilidad de un poder judicial al servicio del capital y de las instituciones represivas del gatillo fácil; supone el amparo de “instituciones democráticas” corruptas, que remumeran a sus funcionarios ejecutivos, judiciales y parlamentarios con ‘dietas’ y sueldos extravagantes. Bajo el ‘estado de derecho’ (no sólo bajo la dictadura) se ha operado en la Argentina (y en todo el mundo) la mayor confiscación social de toda la historia. Los paraísos fiscales se ajustan al ‘estado de derecho’, ¿o no? Todo el encanto de esos paraísos reside en la posibilidad que ofrecen de robar en forma legal.

Más allá si los funcionarios del kirchnerismo tienen autoridad para reclamar un pacto de ‘democracia mínima’, lo que se destaca en el planteo es la superchería. El ‘acuerdo mínimo’ es una propuesta para defender el pellejo de un puñado de corruptos a cambio de un ‘pacto de gobernabilidad’ con el gobierno macrista y el capital financiero internacional. La derrota de la guerra de clase que ha desatado el gobierno actual contra la clase obrera, incluyendo la guerra contra los derechos políticos del pueblo que vive de su trabajo, solamente será derrotada mediante la organización, la acción directa, la huelga y la lucha de clases de los trabajadores.