BALANCE DE LAS ELECCIONES Y DEL DESARROLLO DEL FIT (ENTREVISTA)
- Estamos en contacto telefónico con Jorge Altamira, histórico dirigente político argentino, del Partido Obrero, del FIT, el Frente de Izquierda y de los Trabajadores. Jorge Altamira, muy buenos días, Marcelo Acosta le saluda, ¿cómo le va?
J.A.- Qué tal, Marcelo, cómo está usted, buen día.
- Muy bien, gracias por atendernos. Y aquí estamos, en estos días, en estas horas posteriores a esta elección, que se ha realizado en el país el pasado domingo, ocupados en ver qué nos ha dejado, ¿no?, el resultado de esta elección general, donde se han elegido diputados, se han elegido senadores, y en algunas provincias también se han elegido diputados o legisladores provinciales. ¿Qué lectura tiene usted, Altamira, del resultado de la elección, en general, y en particular del resultado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores?
J.A.- Mire, de un modo general, considerando la totalidad del país y la performance de cada fuerza política, lo que entiendo que ha ocurrido es que la mayor parte de los electores le ha dado un voto de confianza al plan de ajuste del macrismo. Esto hay que hablarlo claramente, porque el gobierno nacional no ha ocultado en lo más mínimo su pretensión de liquidar el derecho laboral, de ajustar las jubilaciones hacia la baja, de tomar -y ha tomado en dos años- medidas increíbles de beneficios a la gran especulación internacional, y el otro día ha obtenido no sólo un 40% de los votos, digamos, en general, a nivel nacional, sino que varias de las fuerzas que no son las del gobierno, especialmente del peronismo -como Urtubey, como Schiaretti, varios, varios gobernadores, que han ido en listas separadas, por ejemplo, la gobernadora Corpacci de Catamarca-, son macristas. Hay que ser franco y considerar que además del 40% de Macri, incluso candidatos que Macri derrotó en su provincia -como el caso de Urtubey, o el caso de Schiaretti, y otros que ganaron en sus provincias pero que pertenecen al Partido Justicialista- forman parte del bloque macrista. ¿Por qué forman parte del bloque macrista? Porque los corteja Macri con fondos, y porque en el Congreso nacional votan todos los planteos de leyes del macrismo, que de otro modo no hubiera podido aprobarlas porque está en minoría en el Congreso.
Entonces la ciudadanía le ha dado un voto de confianza al ajuste -esto hay que decirlo de esa manera-, lo cual demuestra que es una ciudadanía en un impasse. Porque vota en principio un plan que la va a perjudicar, pensando que por el contrario este sería un sacrificio admisible que abriría una etapa de progreso. Es el mensaje con el cual el gobierno fue a las elecciones.
Acá nosotros en la izquierda tenemos que ser muy claros. Acá ha habido una derrota política, de los sectores que representamos nosotros, en estos dos años -estas elecciones representan esa derrota política-, porque la ciudadanía le da confianza a un plan que la perjudica, que le ha quitado derechos, que le ha quitado poder adquisitivo a sus salarios, que le ha quitado empleos, pero que piensa -admitiendo lo que dice el gobierno-, que piensa que esta sería la ruta de un desarrollo económico.
Naturalmente, en la medida en que esto no se va a confirmar, al menos a mediano plazo -y no se va a confirmar porque el gobierno ya ha llevado adelante una política de endeudamiento absolutamente impagable, y que en todo caso para pagar en parte va a tener que cortar cada vez más a los trabajadores y le voy a dar algunos ejemplos ahora-, va a haber un choque entre esta ciudadanía y el propio gobierno. Esto ya ocurrió con De la Rúa. En 1999 la ciudadanía compró el planteo de De la Rúa y, los mismos que lo votaron en el ‘99, salieron a la calle en 2001 para echarlo.
Estas son contradicciones del proceso político que hay que señalar, pero ante la pregunta suya, claramente ha habido una victoria contra el movimiento obrero, y que se explica -también- por la crisis que hay al interior del movimiento obrero, con todos los sindicatos buscando alguna componenda con el gobierno, y sin ninguna intención de enfrentarlo ni de ofrecer un plan alternativo.
Entonces acá tenemos también una crisis en el movimiento obrero -que la izquierda todavía no ha logrado resolver- en contra de la burocracia sindical y a favor de un sindicalismo independiente, democrático, que hubiera respondido de otra manera a los desafíos planteados por el macrismo.
Éste es el punto respecto a la elección general. Es decir, entendemos que la ciudadanía tiene una comprensión equivocada de lo que está ocurriendo en la Argentina, que ha cedido a la presión de los grandes grupos económicos que le presentan un panorama rosado próximo -bueno, eso la experiencia dirá, qué es lo que va a ocurrir-, pero en la historia argentina, desde que somos nación hasta hoy, nadie que endeudó el país a tasas usurarias -por montos que el gobierno ha llevado a records históricos-, nadie ha sobrevivido a tentativas de este tipo que enriquecen a muy pocos y perjudican de inmediato y potencialmente a muchos. Un ejemplo: Hoy el gobierno nacional, que tiene un déficit fiscal enorme, le ha prometido a la burocracia de los sindicatos, o le ha dicho a la burocracia de los sindicatos, que va a aprobar que las patronales dejen de pagar cargas sociales y que esas cargas sociales las va a asumir el gobierno.
Entonces, en un régimen que proclama que quiere poner fin a los subsidios, y con un gran déficit fiscal, un déficit fiscal fabuloso, realmente fabuloso -es decir, 40.000 millones de dólares-, va a incrementar los subsidios a las patronales para que dejen de pagar las cargas sociales.
Esto no nos conduce a ningún lado. Y es una promesa de que en el futuro, cuando no pueda seguir subsidiando por este déficit fiscal, bueno, directamente va a destruir el sistema de previsión social al cual va el dinero de las cargas sociales. Ahí usted tiene un ejemplo muy claro.
El Frente de Izquierda ha hecho una votación desigual en el país.
Por ejemplo, hemos retrocedido en Córdoba, y yo estoy hablando con una radio de la provincia de Córdoba. Lo mismo hemos retrocedido en Mendoza. En otras provincias también. Pero, en contradicción con eso, hemos hecho una gran elección en la Ciudad de Buenos Aires y, por primera vez, vamos a obtener dos diputados por la provincia de Buenos Aires, donde, digamos, se jugó toda una batalla, e interpreto, entonces, que esta votación en la provincia de Buenos Aires -y también en las otras, cualquiera haya sido el resultado- corresponde a los sectores que han visto en la izquierda el único baluarte con claridad para, digamos, comenzar un enfrentamiento estratégico, un desafío estratégico, profundo, a este gobierno.
- Altamira, usted hacía una comparación con el gobierno de De la Rúa, y cómo terminó ese gobierno en 2001. El hecho de que el gobierno de Macri haya conservado y aumentado su caudal de votos en esta elección de medio término, ¿puede ser -usted me dirá si me equivoco-, puede ser que sea porque la gente, porque el pueblo prefiere esto a la oferta que hay desde la oposición en cuanto a la mayoría?
Es decir, por ahí en la época de la Alianza, al peronismo, fundamentalmente, a la otra fuerza mayoritaria, se la veía de otra manera, hoy al peronismo se lo ve casi rendido, muy dividido, e inclusive con dirigentes que son muy rechazados por la sociedad en general. Y en este caso, bueno, la izquierda ha metido, justamente, en la provincia de Buenos Aires, como usted dice, dos diputados por primera vez en la historia, y en la ciudad de Buenos Aires quedó a un pasito de colocar a Marcelo Ramal, ¿no?
JA.- Pero, aún así, en la ciudad de Buenos Aires, tenemos no uno si no dos legisladores a la Legislatura. Hemos consagrado dos legisladores.
No, lo que le quiero decir es esto.
En primer lugar, usted sabe que la gente con el paso del tiempo se olvida, algunas cosas que tenía claras tiempo atrás con el paso del tiempo las deja de lado. ¿Hubo algún gobierno que no fuera tan corrupto como el de Menem? El peronismo perdió en la provincia de Buenos Aires con De la Rúa, ¿no es cierto? Bueno, al final ganó Ruckauf, pero, en las elecciones parlamentarias previas a 1999 había sido derrotado, el peronismo estaba realmente en ruinas.
El peronismo después no se recuperó para nada. Fue a las elecciones del 2003 con tres listas diferentes. Duhalde, que fue gobierno porque lo votó el Senado para reemplazar a De la Rúa, se tuvo que ir antes de lo que quería -él quería seguir como presidente- debido a la Masacre de Puente Pueyrredón, la muerte de Kosteki y Santillán.
Estaban completamente en ruinas.
Frente a Menem, Kirchner fue derrotado. En la elección que hubo en 2003.
Pero claro, luego, como Menem iba a perder en la segunda vuelta, se retiró. Pero había, digamos…, en la primera vuelta perdió. Es decir, el peronismo estaba destruido, en aquel momento. La operación del kirchnerismo consistió en aprovechar los grandes ingresos de la exportación de la soja, y otros factores, para desarrollar una política que bajo Menem no la habían hecho, porque bajo Menem eran privatistas, entreguistas, y ahora ante el caos social que se produjo, reaparecieron como ‘nacionales y populares’ como única forma de contenerlo.
Lo singular de De la Rúa, yo se lo señalo por qué: Lo singular de De la Rúa es que De la Rúa es derrocado por quienes lo votaron. ¿Me explico? Usted puede decir, ‘bueno, este gobierno subió con los votos de un sector de la población, fracasó, y el sector de la población que no lo votó lo echó’, no, el sector que más activamente intervino contra De la Rúa fue el que lo votó en el ‘99. La clase media de la ciudad de Buenos Aires que lo votó, como hoy votó a Carrió. Entonces usted fíjese lo siguiente: En el lapso de dos años pasó de opinar que De la Rúa era la llave y con el Chacho Álvarez el progresismo y una nueva etapa, en dos años pasó a pensar lo contrario.
Es decir que como ocurre con las personas, la ciudadanía se equivoca profundamente, en la apreciación de los acontecimientos, con algún motivo -algún motivo la lleva a equivocarse, claro, nadie se equivoca sin algún motivo, ¿está claro?, no es un hecho caprichoso equivocarse, es un hecho tan racional como pegarla, como acertarla-. Ahora, no ve otra salida, vive un impasse, no ve que Cristina Kirchner -que llevó al país a una crisis, está rodeada de gente corrupta- sea una salida, entonces no se lo da; ve que todos los gobernadores apoyan al gobierno -creo que todos, a ver, a lo mejor se me escapa alguno, pero ustedes que son cordobeses: Schiaretti es la novia de Macri, en todo lo que usted quiera, fundamental-, entonces ante esa situación, dice, ‘bueno, ¿qué alternativas tenemos?’, la dirección de la CGT, el movimiento obrero, no señala ninguna otra alternativa, al contrario, trata de llegar a un acuerdo con el gobierno que la perjudica, entonces hay una crisis entre los trabajadores. Hay una crisis. Aquellos que en esa crisis, perciben lo que está ocurriendo -no digo que tengan una comprensión fabulosa, tampoco puedo arrogarme yo cuándo la ciudadanía entiende o no un fenómeno, es una cosa que se va juzgando a medida que los hechos se producen, ¿no es cierto?, nadie puede arrogarse más de lo que un individuo puede opinar sobre una situación- ha votado al Frente de Izquierda. Y el hecho de que en todos los distritos, aún en aquellos en que hemos retrocedido, estemos peleando situaciones, esto, sirve de apoyo, para una evolución política ulterior; ahora, lo que le digo es que un gobierno que ha tomado deuda en dos años por 100.000 millones de dólares, para favorecer a grandes grupos económicos y mover dinero, que le ha robado a los jubilados -con una reparación histórica en la cual les descontó el 50% de lo que fijó la Corte; es lo que la mayoría de los jubilados acepta, porque si va a la Justicia a pelear esto probablemente se muera antes de conocer un fallo favorable; la Corte del país está apoyando abiertamente al gobierno-, está la corrupción: ahora estamos hablando de de Vido, la de Macri es fabulosa, el blanqueo de capitales, nos enteramos ahora, debido a una filtración, de la DGI o de la AFIP, favoreció enormemente a los familiares de Macri. Aranguren está pagando por el petroleo importado lo que pagaba de Vido, pero Aranguren no va a ser destituido, va a ser destituido de Vido. Los dos son corruptos, pero uno sería menos corrupto que el otro…, mire qué situación que tenemos.
Entonces, este es el juicio político nuestro. La labor que tiene que hacer la izquierda -digo, no que ‘tiene’, porque yo no le voy a dar órdenes a nadie-, que va a desarrollar la izquierda, es clarificar cada vez más la situación, mostrar que por esta vía no vamos a ningún lado, y plantear una alternativa socialista, obrera, de trabajadores, a una perspectiva de derrumbe económico, porque no tiene cómo pagar la deuda, no la va a pagar nunca. El gobierno cuando se enfrenta a una situación de dificultad para pagar la deuda…, ¿cuándo podría ser eso? Ocurre lo siguiente: En el mercado mundial las tasas de interés son muy bajas, entonces hoy usted paga las deudas con más deuda, ¿me entiende?, le prestan a usted para que usted pague lo que debe. Como la tasa de interés es baja ese proceso más o menos funciona. Ahora, a nivel internacional una tasa de interés baja no es conveniente para los banqueros internacionales y los banqueros internacionales están presionando para que Estados Unidos suba la tasa de interés.
Cuando eso ocurra, y se dificulte hacer esto de pagar deuda con más deuda, el esquema económico se va a venir abajo. Así que no tiene ninguna salida.
Bueno, pasaremos por esa experiencia, pagaremos los costos de un aprendizaje de nuevo, y nosotros vamos a luchar por una alternativa socialista, por una alternativa de los trabajadores.
- ¿Considera, Altamira, que esta situación que usted describe pueda hacer crecer más a la izquierda en estos próximos dos años?
J.A.- Eso depende mucho de nosotros mismos.
- Bueno, el trabajo se ve. Hay trabajo de base, hay trabajo en fábricas, hay trabajo en sindicatos, …
J.A.- Bueno, en el caso del Partido Obrero me parece eso muy claro. En el caso del conjunto del Frente de Izquierda no es claro. Porque, el Frente de Izquierda, vive una crisis interna en la cual cada partido tira para su lado. En función de intereses sectarios. Eso ya se manifestó en la campaña electoral y nosotros lo tenemos perfectamente claro.
- Ahora, eso ustedes, perdón, porque el Frente se ha mantenido unido durante un tiempo bastante largo…
J.A.- No, no, no es así. Eso es un espejismo. Por qué es un espejismo: Porque nos hemos mantenido como un frente durante un tiempo muy largo -ya van seis años- sólo en ocasiones electorales. En las luchas sociales cotidianas, cada uno tira para un lado diferente. ¿Está claro? Y nosotros lo hemos criticado. Porque nosotros somos el único partido del Frente de Izquierda que lucha por una acción unificada cotidiana.
Le voy a dar un ejemplo: Nosotros somos partidarios de que los diputados que se encuentran en la Legislatura de Córdoba constituyan el Frente de Izquierda. No, hay tres bloques diferentes. Cada uno se reserva un bloque. Nosotros estamos en contra de eso. El Partido Obrero considera, que como nos han votado como Frente de Izquierda, estamos obligados a tener un bloque de acuerdo al mandato que nos ha dado el electorado.
- Claro.
J.A.- Y ahora lo vamos a volver a plantear.
Ahora cuando se constituyan las nuevas bancadas, como consecuencia de la elección del domingo, vamos a volver a plantear el bloque del Frente de Izquierda. Un frente de trabajadores, a diferencia de los frentes de los partidos capitalistas, se tiene que manifestar en la lucha social cotidiana. Los partidos capitalistas que sólo quieren hacer carrera política, ¿qué hacen?, se ponen de acuerdo en función de elecciones, de puestos… Nosotros no, nosotros tenemos otros principios. Nosotros la política como carrera, la odiamos. Para nosotros la lucha política es una lucha por la emancipación social del mundo del trabajo, no por el ascenso personal, el cobro de la dieta y cosas por el estilo -que usted sabe que rechazamos ese cobro de una dieta que es realmente una vergüenza teniendo en cuenta la miseria social que hay en el país, el nivel de pobreza y todo eso-. Tenemos otros principios.
- ¿Y usted considera que va a ser diferente esta vez, que va a haber un bloque unificado?
J.A- El Partido Obrero lucha por eso.
Lo que quiero destacar ante la ciudadanía -porque nosotros no vamos a ocultarle a la ciudadanía los problemas que nosotros vivimos y hablar solamente de lo que le pasa a nuestros rivales y a nuestros antagonistas sociales…; nosotros queremos que el trabajador tenga claro todo: para nosotros la claridad es la condición del desarrollo, ¿no es cierto?-, hay un enfoque sectario y faccional en el seno del Frente de Izquierda que nosotros combatimos desde el comienzo, desde el comienzo. Nosotros decimos ‘si votan al Frente de Izquierda, el bloque tiene que ser del Frente de Izquierda, no votaron a cada partido por separado’, ¿está claro o no?, entonces tenemos que cumplir con eso.
Y en el campo de la lucha social cotidiana, tenemos que actuar en común, porque de lo contrario damos a entender que nos interesamos sólo por el aspecto parlamentario, y el aspecto parlamentario nunca va a ser modificado si no hay victorias decisivas, en el campo social, del movimiento obrero contra sus explotadores.
- Claro.
J.A- Si los únicos que van a ganar en la vida social son las empresas con mayores y mayores ganancias, y los obreros van a tener que trabajar doce horas y no van a alcanzar el costo de la canasta familiar, ¿no es cierto?, siempre van a ganar los malos y van a perder los buenos, en materia electoral. Eso hay que darlo vuelta. Para darlo vuelta tenemos que estar unificados con una Plataforma, ‘vamos por esto’, todos los días en la lucha. Hay una tendencia, que yo llamaría, discúlpeme la expresión, ‘pequeño burguesa’, a querer sobresalir como aparato político, y no una concepción, que yo llamaría ‘revolucionaria’, para elevar la consciencia y la capacidad de acción del movimiento obrero con vista a asegurarle triunfos en lugar de lo que está ocurriendo ahora que son derrotas.
- Es decir que la representación parlamentaria, en los distintos niveles, debiera ser necesariamente una consecuencia de la lucha diaria en el ámbito donde se da a pelea, donde se da la disputa.
J.A.- Exactamente.
Nosotros en este momento en el Congreso nacional tenemos tres bloques del FIT. Es una locura.
- Claro.
J.A.- Eso está revelando una falta de interés por la defensa del interés general. Nosotros tenemos que formar un solo bloque. Como somos democráticos, si en un tema determinado tenemos una divergencia autorizamos, al que tiene la divergencia, a que exprese su punto de vista en el Congreso, ¿me explico?
- Claro.
J.A- Lógico. Porque nosotros no estamos ‘a favor de la uniformidad’.
- No son bloques ‘pétreos’, digamos, no es una cosa que es monolítica, digamos.
J.A.- No, de ninguna manera. Un tema lo discutimos, si a través de la discusión arribamos -teniendo divergencias- a una posición común, fenómeno; si no arribamos, el bloque sigue siendo bloque único, pero, habilitamos el espacio para que alguno de los diputados, que no está de acuerdo con esa posición, se exprese. ¿Qué nos puede ocurrir si hay una divergencia? No se va a morir nadie.
- No. De hecho es preferible esa divergencia a la diversificación de bloques que supuestamente van tras un mismo objetivo.
G.A.- Por supuesto, claro. Nosotros el debate político lo animamos, no lo cuestionamos, al contrario.
- ¿Usted es optimista?, o, ¿el Partido Obrero es optimista respecto de que pueda llegar a unificarse, de una vez por todas, el bloque único en la izquierda?
J.A.- Eso depende de muchos factores. Por ejemplo, también depende de que haya un cambio en la situación política general. Eso depende de muchos factores. Es decir: Según vaya variando la situación política nosotros vamos a ir replanteando todo esto hasta que definitivamente al nivel de los trabajadores que intervienen se llegue a una conclusión como la nuestra, y estas posiciones queden aisladas. Entonces podríamos justificar la acción común, ¿me explico o no?
- Sí, sí.
J.A.- No es sólo un problema de partidos, es también un problema de los trabajadores que están viendo en la izquierda un baluarte para iniciar un camino de derrota de esta política anti-obrera, que crezca el número, crezca la comprensión que tienen, e introduzcan ellos sus propias opiniones, ¿no es cierto?, y exijan, y apoyen, reclamos para una acción de otra envergadura, para una acción de tipo estratégica. Y si no la consiguen, comprenderán qué papel juega cada partido en este Frente de Izquierda y eso contribuirá también (…).
- Bien, bien.
Altamira, en una de las charlas que hemos tenido nosotros en algún momento aquí en ‘El reino del revés’, usted había planteado, y por ahí salimos un poco de este tema puntualmente, pero, en un tema importante que es el trabajo, y la importancia del personal calificado en el trabajo. Ese tema había quedado pendiente en nuestras charlas. ¿Usted puede hacer un avance sobre esta cuestión?
J.A- Mire, hay una cosa que es esta: A medida que se va desarrollando la tecnología la fuerza de trabajo tiene que estar cada vez más calificada. Eso es incuestionable. Pero al mismo tiempo no sólo más calificada, sino que las tecnologías más avanzadas también requieren una atención, no sólo una calificación sino una atención, una comprensión, creciente de parte de la fuerza de trabajo.
Eso significa que para desarrollar positivamente una fuerza de trabajo que acompaña a una tecnología tiene que reducirse la jornada laboral, de modo que el trabajador pueda complementar con el trabajo cotidiano su formación, avanzar en su calidad y comprender todo lo que significan estas tecnologías. En el mundo, sin embargo, la jornada de trabajo se ha alargado. Y en el caso en que hay trabajo parcial, de 6 horas, eso no es remunerado como 8 horas, sino que es remunerado como 6 horas; es perjudicial para el trabajador.
- Claro.
J.A.- En Estados Unidos, por ejemplo, ha crecido mucho lo que se llama ‘trabajo por tiempo parcial’ -muchísimo ha crecido-, pero los trabajadores están descontentos, porque por 6 horas de trabajo o 4 horas de trabajo le pagan un salario equivalente a 4 y 6 horas de trabajo. Acá de lo que estamos hablando es de que para las nuevas tecnologías haya una fuerza de trabajo capacitada que trabaje 6 horas o 4 pero que reciba lo que correspondería por 8 horas, y no por las 8 horas que se pagan ahora sino lo que se debe pagar por 8 horas.
- Claro.
J.A.- Porque, en definitiva, es fácil de comprender que 4 horas de trabajo hoy, con una nueva tecnología, o 6 horas de trabajo hoy, redundan en infinitamente más que 12 horas en el pasado con la vieja tecnología.
Entonces nadie puede decir que trabajar 6 o 4 horas es ‘en detrimento del interés general’.
- No. Al contrario.
J.A.- Lógico. Pero quiero decir: en detrimento del interés de las personas que no están trabajando en esa situación. Porque la productividad, en principio, de esta tecnología, se multiplica, no sé, por cien.
Ahora, lo que ocurre es lo contrario. Se alarga. Y si usted lee la literatura económica de este momento, de cualquier tendencia ideológica -mire lo que le digo: de derecha, liberal, populista; de cualquier tendencia-, todos, todos, caracterizan que hay una caída de la productividad a nivel mundial en el mismo momento en que hay nuevas tecnologías. Lea, por ejemplo, el Clarín de los domingos, que tiene una sección económica; lea La Nación; lea Prensa Obrera. Nadie va a discrepar con que la tasa de inversión está cayendo y al mismo tiempo está cayendo la productividad laboral en el mundo.
Los capitalistas no pueden resolver este problema porque siempre están buscando una explotación creciente de la fuerza de trabajo. Y no están teniendo en cuenta el interés general. Entonces la tecnología y el capitalismo han entrado en contradicción, inclusive hasta por el hecho de que realmente las tecnologías modernas no han sido descubierta por ningún capitalista sino fundamentalmente por los organismos de investigación del Estado, para los cuales, muchas veces, el interés por la tecnología está determinado por afanes belicistas, ¿se entiende lo que digo? Es decir, por ejemplo: La informática y todo eso, fue desarrollado por los organismos -de la NASA, estatales, en Estados Unidos; otros organismos de investigación- pensando más que nada en la guerra, y luego lo trasplantaron a nivel (…). Pero es más que nada una acción del Estado y no del capitalista individual, con el cual permanentemente se jactan -de que los capitalistas son tan creativos-, en realidad no son creativos sino que, como clase dominante, reciben los beneficios de una acción que ellos mismos no desarrollan sino que desarrolla el Estado, aunque el Estado lo desarrolla con fines muy negativos para la humanidad, como lo prueba la cantidad de muertes y guerras y refugiados y gente ahogada en el Mediterráneo por todos lados que son masacrados con misiles que son disparados desde el mar hasta no sé dónde, etc.
Pero la tecnología ha avanzado y la productividad no ha avanzado, y la inversión tampoco.
Si usted le descuenta a la inversión el desgaste de la maquinaria, de los caminos, de las infraestructuras, que se produce naturalmente por el uso de ellas, la inversión en los Estados Unidos en este momento es ‘cero’.
Es decir, algunos lugares invierten, obviamente, y la gente ve que se invierte en tal o cual lugar; la gente no ve todos los lugares que se desinvierten, ¿qué quiere decir ‘desinvertir’?, que no es amortizado lo que fue invertido en el pasado.
Entonces, es muy bajo.
En Argentina, por ejemplo -es lo que ocurre en estos momentos-, la inversión es del 13% del Producto, 10% hay que descontarlo porque son amortizaciones, queda 3% de inversión neta, y en esa inversión neta figuran cosas que no son inversión, como algunos edificios que son usados para distintos fines; en maquinarias y equipos, es negativa.
Así que, mucho blablablá del macrismo, pero la inversión en tecnología, de conjunto, es negativa. Lógico, de golpe sale en el diario, que no sé qué empresa automotriz trae algo, pero a esto hay que descontarle todas las que no traen nada ni reponen el material que se usó.
- Exacto. Ahora, por ejemplo, ¿no?, ahora, después del triunfo que obtuvo CAMBIEMOS el domingo, Macri convoca a un ‘gran diálogo’ con distintos sectores de la sociedad, distintos poderes del Estado, y nos dicen que ‘ahora sí’ es tiempo de que lleguen las inversiones, porque están dadas las condiciones y demás: ¿Cuánto hay de verdad y cuánto no hay de verdad en esto, Altamira?
J.A.- De verdad es que él convoca a todo el mundo para disfrazar medidas contra la clase obrera -como la destrucción del derecho laboral, la eliminación de los convenios colectivos, la posibilidad de que las patronales hagan contratos individuales con los obreros, la posibilidad del sistema ‘de hora cero’, que se aplica en Estados Unidos, en España, en Inglaterra, en varios otros países, que consiste en que cuando a usted no lo necesitan, usted no viene a trabajar, y cuando lo necesitan, porque hay una demanda, digamos…, ¿cómo se llama este día…, que se vende de todo…?, bueno, no me acuerdo cómo se llama, cyber no sé cuánto, a usted lo hacen laburar 14 horas, es decir que la vida suya y su familia, quedan literalmente pulverizadas porque usted es una variable de un sistema económico…
- De la demanda del mercado, simplemente…
J.A.- Del mercado, etc.
Bueno, él quiere llevar adelante todo eso, y todo eso es una violencia brutal, pero él la quiere presentar con un lenguaje amigable.
- Claro.
J.A.- En eso consiste el macrismo. El macrismo es el lenguaje amigable de desarrollo de la violencia social. Y la gente a veces se compra eso.
- Buen concepto. El lenguaje amigable aplicado a las medidas anti-populares, por ejemplo…
J.A.- A la imposición de la violencia social.
- …, y en lo que desemboca es en esta violencia…
J.A.- Claro. Entonces viene Durán Barba, viene Vidal, y dice ‘queremos ser felices’… Ya la expresión ‘queremos ser felices’ es una fenomenal estupidez. Porque la felicidad es un tema enteramente individual… A mí nadie me va a hacer feliz si yo no logro estructurar mi vida en torno a mis profundas aspiraciones…
- Claro. Sean cuales fueren, no importa.
J.A- Que un gobierno me quiera hacer feliz…: No. Nosotros, por ejemplo, cuando luchamos por un gobierno de trabajadores, queremos decir que luchamos por un gobierno que sea ilimitado en las posibilidades de cada uno, pero ‘la felicidad’, eso va a ser la de cada uno. En eso consiste, digamos, el aspecto fundamental de la vida… En que cada uno enfrenta el desafío de: ‘me toca vivir, ¿cómo quiero vivir?’
Nosotros queremos eliminar todas las trabas a una libre elección, pero la elección misma, es personal. Cuando un gobierno como el de Vidal dice ‘felicidad papapá’, está diciendo una fenomenal estupidez, con el propósito de engañar a los incautos, manipularlos, para justificar medidas de violencia, que impiden la libre elección, y por lo tanto la elección de lo que uno quiere -si puede encontrar eso- en materia de felicidad.
Es realmente desagradable, y por la televisión pasan filósofos de todo color y pelaje, que alaban esto, que es una fenomenal estupidez, y una expresión de mediocridad sin precedentes en el nivel político superior de este país que es el nuestro.
- Bien.
Jorge Altamira, le agradezco muchísimo este contacto que, va a continuar, seguramente, en algún momento, porque siempre es muy interesante conversar con usted. Que tenga un muy buen día, y nuevamente le agradezco la amabilidad que siempre tiene con nosotros.
- Bueno, que tengan un buen día ustedes, sus oyentes, y bueno, acá está muy lindo, cielo despejado, temperatura primaveral, así que nos vemos la próxima entrevista.
- Un abrazo grande, gracias.
- Chau.