En Salta
LAS ELECCIONES Y LA GUERRA DE CLASES DEL CAPITAL
Discurso de cierre de Jorge Altamira en el acto del Partido Obrero de Salta
Compañeras, compañeros, buenas noches a todos. Es para mí indudablemente un honor volver a Salta, para protagonizar con todos ustedes un nuevo acontecimiento político muy importante. Quiero saludar a todos los vecinos de la capital que se han acercado a este acto y también a muchas delegaciones del Partido Obrero y del FIT, no solamente de la capital sino también de pueblos del departamento Güemes, que están presentes aquí. Vamos a emprender una lucha y quiero clarificar un poco los términos de esta lucha.
Declaración de guerra del capital
Desde el mismo instante que llegué a Salta en esta ocasión, como me ocurre de modo general cada vez que vengo, en menos de una hora pude recibir un testimonio, que se fue confirmando en las horas siguientes, sobre qué piensa el pueblo de Salta, el pueblo trabajador. Ya desde anoche, distintas personas, todos trabajadores, se acercaban preguntando cuándo “terminamos con esto”. Entonces, contra la imagen general que hay, de un pueblo que se encuentra replegado frente al ataque que está sufriendo- al menos en esta recorrida por la ciudad he visto un pueblo belicoso, que desea acelerar los tiempos para acabar con el gobierno de Macri. En efecto, nuestros trabajadores y trabajadoras han comprendido que el gobierno de Macri es un gobierno de guerra de clase contra la clase obrera. Es un gobierno que tiene el mandato de la clase capitalista de imponer una derrota a la clase obrera e imponer la agenda social completa del capital.
Estamos ante un fenómeno muy interesante: en Brasil tenemos un gobierno de chorros, y esto para decirlo con suavidad. Todo el mundo sabe que son chorros, hay videos cargando la guita y sin embargo continúan en el gobierno. Son delincuentes ¡El 60% del Congreso brasileño son delincuentes probados! ¿Cómo es que subsisten? Porque han llegado al gobierno a través de un golpe de Estado, por vía parlamentaria, para imponer la agenda capitalista. Imponer esta agenda capitalista implica una guerra de clases, porque con la reforma laboral, con la reforma previsional e incluso la reforma impositiva, quieren someter a la clase obrera de América Latina a un régimen de esclavitud.
Estas reformas laborales, como dijeron los compañeros que me precedieron, eliminan la jornada de ocho horas, es cierto, pero la jornada de ocho horas ya está eliminada: los compañeros trabajan sábados y domingos y no cobras siquiera horas extras, les cambian los horarios de trabajo en forma arbitraria. Por vía, por los hechos consumados se busca imponer un régimen de esclavitud, para resolver, mediante un reforzamiento de la explotación, la crisis sin salida del régimen capitalista.
Cuando digo que es una crisis sin salida estoy midiendo bien las palabras, porque la mejor manifestación de que es una crisis sin salida es el número extraordinario de guerras internacionales que se ha venido desarrollando desde el primer bombardeo a Yugoslavia en el año 1995. Es una lista es muy larga de guerras imperialistas ¡Y es muy cruenta! Como lo que está ocurriendo con los refugiados. Cuando el régimen capitalista va abiertamente a la guerra es porque no tiene salida y recurre a su instrumento extremo, que es la violencia total y completa contra la población trabajadora.
Esta reforma laboral no nos retrotrae al pasado. Es cierto que en el pasado se trabajaba 12, 14 horas en una fábrica capitalista, pero sin los recursos tecnológicos de hoy, sin los recursos actuales de coerción laboral, que habilitan un incremento infernal del ritmo de producción. Trabajar 14 horas en un monstruo fabril hoy no es trabajar 14 horas en los talleres de principios del siglo 20 ¡No es un salto al pasado, es un ‘salto’ esclavista hacia el futuro! Con métodos de guerra de clases. Por eso sostiene a un gobierno de chorros, como Temer – al que las encuestas, todos los meses y todas las semanas, le dan un 5% de imagen positiva y es odiado por el 95% restante. El otro día no pudieron echarlo por falta de votos de otros chorros como él. A diferencia del caso De Vido, el pedido de expulsión venía del poder judicial con camiones de pruebas de delitos. Pero, como dijo el ministro de economía de Brasil, la continuidad de este gobierno es fundamental para aplicar los planes de rescate capitalista de Brasil, o sea de esclavización laboral y empobrecimiento social.
Guerra a la guerra
En cierto modo, al gobierno de Macri, que también es un gobierno de chorros (vaciaron al país en la crisis de 2001), y tienen sus dineros en cuentas clandestinas en el exterior. Los capitalistas también lo sostienen para aplicar este programa de guerra. Los compañeros se dan cuenta de esa situación y dicen “¿cuando terminamos con esto?” - y se dirigen a nosotros, en la calle y en los lugares de trabajo y de estudio. Es decir que identifican al Partido Obrero como el polo antagónico de la guerra de clases del capital.
La respuesta a esta guerra de clases a los capitalistas ya se está desarrollando. En este momento están ocupadas las instalaciones de Tecpetrol en Comodoro Rivadavia, tuvimos la ocupación de Pepsico, la ocupación de las mineras, en Cutral Co, provincia de Neuquén, la ocupación, durante más de dos meses, de Agr-Clarín. La ocupación de fábrica representa un instrumento extremo del trabajador en defensa de su vida y de su familia ¿Por qué extremo? Porque en una sociedad basada en la propiedad privada de los medios de producción, el trabajador violenta ese derecho y proclama otro derecho: “La vida de nuestras familias es más importante que tus ganancias, tu propiedad, tus derechos y tu legitimidad”. Porque no puede haber un derecho superior al derecho a la vida.
Entonces tenemos una guerra de clases. Esto tiene que ser señalado abiertamente. No es ‘un ajuste’ – es una guerra de clase contra los trabajadores. Por ejemplo ¿Quién está detrás de toda esta reforma laboral? Son todas las grandes industrias argentinas ¡en particular el grupo Techint1 Este es un grupo poderoso, siderúrgico, que maneja a toda la patronal de la Unión Industrial. Hace dos días, leo en La Nación que Techint logró lo que no logra la flota norteamericana, que está tratando de pelearse con los chinos por el control del mar del sur de la China. ¿Quién sí lo logró? Techint La patronal de Techint logró lo que no pudo Trump: el gobierno de Córdoba había licitado la construcción de gasoductos troncales y como el precio de los tubos de China eran menor que el de Techint, contrató a los chinos. ¿Qué leo ahora en La Nación? Los chinos se retiraron de la construcción de los gasoductos troncales de Córdoba y los va a construir Techint. Techint logró lo que la flota norteamericana no ha logrado.
¿Y qué es Techint? Un gran pulpo industrial y un creciente pulpo minero; es unos de los principales constructores de caños sin costura para el transporte de petróleo, más allá del acero y todo lo demás, y opera en la extracción de petróleo. Le ha impuesto al gobierno precios altos para el petróleo que vende y precios bajos para el gas que compra.. Ese es el grupo que quiere que a los trabajadores se les imponga la reforma laboral, que implica la sustitución del convenio colectivo por el contrato individual. La sustitución del contrato anual por el contrato por día ¡Por día! La reforma del macrismo plantea los contratos por días. Eso ya se aplica en España ¿Qué quiere decir “por día”? El derecho de la patronal a modificar en forma arbitraria cada jornada de trabajo, el derecho a despedir y el derecho a tercerizar la actividad principal de la empresa.
Para hacerlo sencillo: ahora tercerizan, por ejemplo, la limpieza de una empresa que produce automóviles, pero no tercerizan las líneas de montaje. Una parte de los trabajadores de la industria siderúrgica, en los altos hornos o en una línea de montaje, van a ser trabajadores de otra empresa, no de la empresa principal. Van a trabajar por contrato precario con la empresa tercerizada, para que Techint, la Ford, la General Motors no se hagan cargo de los costos laborales, de los aportes sociales. Vamos a tener, en un alto horno, obreros contratados por Techint-Siderar-Siderca y obreros contratados por cualquier otra empresa, destruyendo completamente la unidad de los trabajadores. Es un gobierno de guerra de clase
Los compañeros se dan cuenta ya de esto y entonces reclaman: “¿cuándo terminamos con esto?”. Acá en la esquina, una trabajadora se acercó recién y me pidió que fuera a saludar a todas las trabajadoras de la biblioteca que se encuentra ahí. Me recibieron con la misma inquietud: “¿cuándo terminamos con esto?”. Ya anoche, se nos había acercado todo el personal de un comedor, e incluso sus dueños, que luego de las fotos nos interpelaron: “¡¿Cuándo terminamos con esto?!”. Salta siempre ha sido un buen termómetro. En 2013 me había pasado lo mismo en mis primeras horas en la provincia: familias peronistas que me decían “Vamos a votar al Partido Obrero”, y tres días después Gabriela Cerrano se consagraba como Senadora y Pablo López como Diputado. La temperatura de hoy se asemeja a aquella.
¡A contarnos!
La pregunta que hago es ¿Para qué vamos a las elecciones si es una guerra de clases? ¿La vamos a resolver en el Senado? ¿En la Cámara de Diputados? ¡Es un antro de gente corrupta! Está todo armado para obstaculizar.
Cuando se necesita una cosa urgente primero hay que pasar por una comisión y cuando vas a la comisión no hay quórum, entonces lo pasan para la semana siguiente. La urgencia del reclamo social no es atendida y un reclamo social que no es atendido en urgencia es equivalente a no atenderlo. Yo tengo una experiencia: era miembro de una comisión de vivienda, estuvimos cuatro años y el último día de reunión a los cuatro años dirigí unas palabras a los diputados de la comisión. Les dije que los ‘admiraba’ - porque, en toda mi vida, nunca me había pasado ver un conjunto de diputados reuniéndose dos veces por semana durante cuatro años y lograr lo imposible: no resolver ningún problema. La legislatura concluyó su período con todos los problemas agravados. Había un barrio que era nuestra principal atención porque se estaban construyendo viviendas y había un plan de urbanización ¿En qué terminó? Hoy es el centro del narcotráfico de la Capital Federal; no hay vivienda, no hay un diablo, la situación es absolutamente desesperante y de esto hace diez años.
El Congreso y el parlamento son máquinas de impedir. La frase no es mía, después les digo quién es el autor -un gran personaje. Entonces ¿para qué vamos a las elecciones? En un cuadro de guerra de clases, las elecciones tienen una importancia enorme porque sirven como un recuento de fuerzas de los dos bandos, de los dos ejércitos. Macri está desesperado, precisamente, porque quiere mostrar un recuento favorable para su guerra de clases, en especial porque es un gobierno minoritario.
¡Nosotros decimos desde esta tribuna que hay que votar masivamente al FIT y al PO para que la clase obrera se entere el domingo que el recuento de fuerzas va creciendo en favor de los contingentes del ejército proletario, que van a derrotar al capitalismo en esta guerra de clases! (Aplausos).
¿Cómo pueden interpretar ustedes de otra manera la dimensión que tuvo que un compañero nuestro, obrero de la construcción y fanático de la bicicleta, fuera consagrado, hace dos semanas, el primer diputado obrero y socialista en la provincia del Chaco? (Aplausos) Alguien me dijo que le habíamos sacado la banca al justicialismo. Es cierto, es el traspaso de los trabajadores del peronismo al socialismo ¡Es un recuento de fuerzas! Es un recuento a campo abierto: todo el mundo se entera que las fuerzas que integran el ejército de la clase obrera ha mejorado en tecnología, ha mejorado en diseño estratégico y ha mejorado en número. Esto refuerza la confianza de los obreros en sus propósitos de organizarse con mayor vigor y en su propósito de dar batallas de conjunto, solidas.
Nosotros somos un partido constructivo ¿O hay algo más constructivo que querer destruir el capitalismo? Su destrucción es la empresa más constructiva de la sociedad moderna en que vivimos, que se acerca a un cuadro de barbarie. Esta es la pelea que tenemos. Insisto: no vamos a elecciones con ilusiones electorales, ni vamos a las elecciones con ilusiones parlamentarias. Subordinamos la elección a la comprensión de que hay una guerra de clases e invitamos a nuestra clase a que participe de la elección y vote al PO para hacer nuestro recuento de fuerzas, saber cuántos somos, si hemos crecido, si tenemos más vigor y si podemos emprender causas más osadas y más audaces ¡Porque nosotros queremos ganar! ¡Queremos la victoria del trabajador sobre la esclavitud capitalista! De esta manera tenemos que dirigirnos a los trabajadores.
“¿Para qué sirven las elecciones?” interpela la mujer al marido o el marido a la mujer. Sirven para contar cuántos somos los que estamos de este lado ¡Este es el aspecto central! (Aplausos). Luego, seguiremos en el Congreso o en la legislatura, reforzados, para denunciar los explotadores que disimulan, bajo la bandera parlamentaria, la realidad esclavista de que nos quieren imponer, ellos a nosotros, una guerra de clases. Respondemos a una guerra de clases del capital, con una lucha de clases del trabajo., tenemos que defender nuestras familias. La familia es más importante que el capital, así de sencillo. (Aplausos).
Esta es una línea rectora del Partido Obrero, que se manifestó en el debate del otro día sobre la expulsión de De Vido. El partido de la guerra de clase contra los trabajadores, el macrismo, pretende disimularse con el verso de la anti-corrupción. Pero no hay nada más degenerado y corrupto que la guerra de clases contra los trabajadores. No se puede hacer un frente contra la corrupción con el partido de la guerra de clases – un partido que, en la esfera de lo personal, es tanto o más corrupto que el partido que denuncia. Denunciamos a todos los saqueadores del Estado. El macrismo desarrolla una guerra de clases, el mandato fundamental que le ha dado la clase capitalista. Es corrupto hasta los tuétanos. Ha hecho negocios con el otro corrupto, en sociedad con Odebrecht; quiere dorar sus escudos, mostrar caras civilizadas, gente honesta… ¡No le damos certificado de honestidad!
Nosotros tenemos una línea política estratégica, que es: Ninguna confianza en el macrismo, ninguna confianza en el kirchnerismo. ## CFK: Válvula de seguridad
¿Qué rol juega el kirchnerismo en estas circunstancias de guerra de clases?
Es muy interesante discutir esto. Por un lado juega un rol de guardia auxiliadora en esta guerra de clases: le votan las leyes al macrismo y cuando hay atropellos miran para otro lado. Por ejemplo ¿Alguien en el Congreso o en la legislatura levantó la voz contra la represión en Pepsico? No levantaron la voz ¿Levantan la voz contra todas las violaciones al cuerpo, al espíritu, al alma que sufre la mujer? No levantan ¡No hace absolutamente nada! Colaboran con esta guerra de clases, pero al mismo tiempo se ofrecen como rescate: “Cuidado”, dicen, “Si te va mal tenemos ya el equipo que va a negociar la paz”. Y volviendo a la demagogia nacional y popular dicen: “¡Muchachos, calma! No vayan hasta las últimas consecuencias, nosotros estamos dispuestos a mediar”. Esa es la función de los políticos centroizquierdistas, “nacionales y populares” - jugar ese rol, un rol de rescate.
¿Es esta una denuncia infundada? No: Si son una alternativa de poder ¿por qué no están en la calle? Si son una alternativa de poder y dicen que están en contra de los despidos ¿Por qué sus burócratas sindicales permiten los despidos en lugar de luchar contra ellos? ¿Por qué el burócrata sindical del gremio de la alimentación firmó con Macri los despidos en Pepsico? Kirchneristas, peronistas, justicialistas -o urtubeysistas- hubieran podido frenar en seco a la patronal con los despidos, con una huelga general del sindicato y de la CGT ¡Lo habrían logrado en menos de 24 horas y sin gastar una bala de goma ni otras balas! ¡Nada! En dos minutos paro de la alimentación y se acabó.
Cuando se agudiza la lucha de clases aparecen “los salvadores de la patria”. Se anotan para más adelante, por ahora dejan hacer o colaboran en forma directa. Esta es una película que ya la vimos, compañeros: Menem desarrolló un violento ataque a los trabajadores, y cuando esto fracasó como consecuencia de la rebelión popular de 2001, vinieron los menemistas de Santa Cruz a Buenos Aires –los primeros en privatizar el banco de Santa Cruz, YPF y la pesca- y dijeron: “Somos nacionales y populares, trabajadores rebeldes; nosotros revitalizamos la causa histórica de Moreno, Rosas, Yrigoyen, Perón…”. Son una válvula de seguridad, como en las estufas: si se apaga el fuego, no sale el gas.
Una válvula de seguridad no es la superación de ningún problema. En oposición a ellos, nosotros decimos que hay que derrotar este ataque. La consecuencia de la derrota de este ataque será que la clase obrera se pondrá como clase líder, como clase dirigente de la solución de los problemas nacionales. Lo expliqué en la última campaña 2015 en Salta, cuando me preguntaron si el PO puede gobernar. Contesté: ¿En comparación con qué? ¿Con Urtubey? ¿Con la desnutrición infantil, la tala de bosques, el endeudamiento, la contaminación ambiental? ¿En comparación con Romero? Ahora completo: un gran recuento de votos obreros y socialistas refuerza la confianza de las masas en sus propias fuerzas y esto nos acerca al gobierno de trabajadores.
En Salta, con todo
Ayer, por ejemplo, había una directora electoral explicando el mecanismo de votación en la provincia. Era complicadísimo, pero no era por el sistema electrónico. Los que complicaron el sistema electrónico son los partidos: van 7 por lista, hay que ir buscando la categoría por cada uno. Ahora ¿Por qué van 7 por lista? Yo entiendo que haya una pelea entre dos; por ejemplo en el Partido Obrero, en el Frente de Izquierda, se arman dos listas si quieren dirimir una divergencia mediante el voto. Porque nadie es monolítico, hay divergencias. Ahora ¡¿Siete divergencias?! Cuando hay siete, quiere decir que hay siete tipos que quieren llegar al parlamento para cobrar los 200 mil mangos por mes. Ese es el único objetivo; ustedes acá lo único que tienen es un grupo de arribistas facinerosos que se quieren quedar con una parte del Tesoro nacional. Entonces se da la paradoja que lo más fácil, electrónicamente hablando, es votar por la lista del PO-FIT en la provincia de Salta. No hay que entrar en ninguna categoría, complicarse la vida. Si usted quiere hacer el trámite rápido: ¡Fit! De una sola vez, y de paso hace un ajuste de cuentas impresionante con el conjunto de los carreristas.
La idea fundamental de este acto es insuflar un ánimo de movilización, mediante el desarrollo de una comprensión integral de lo que está ocurriendo y no como una pelea circunstancial. Cuando nosotros queremos que Pablo López quede en el Congreso y que Gabriela quede en el Senado, es porque demostraría que el gran recuento de fuerzas de 2013 es sólido. En la batalla de trincheras los trabajadores de Salta estarían diciendo: “¡La posición ganada acá y allá está firme como una roca!”. Por eso, cuando retrocedimos en el Concejo Deliberante de Salta, ellos dijeron: “Es la oportunidad del ataque, han perdido posiciones que habían conquistado. No eran sólidas. Digámosle a la población que en recuento de fuerzas el Partido que representa a la clase trabajadora tiene menos fuerza que antes”. “¡Golpeemos! ¡Golpeemos! ¡Golpeemos y tratemos de desmoralizar a sus militantes!” Bueno, no saben con quién está tratando. Yo tengo un dicho que aplico muchas veces: “Querido mío, lo que Videla no pudo, no vas a poder vos”. Hemos pasado por toda la dictadura militar, y la lucha obrera terminó ‘cargándose’ a la dictadura. A pesar de sus métodos de terror, secuestros y desapariciones, ella no pudo ‘cargarse’ al Partido Obrero. Por eso hemos llegado a esta situación. (Aplausos).
Guerra de clase mundial
En esta comprensión de conjunto, para darnos una perspectiva más amplia frente al episodio electoral, para ver en el episodio electoral la simiente de cosas más grandiosas, contemplemos lo que está ocurriendo en el conjunto de América Latina, porque este es un continente que se está viniendo abajo literalmente. Todos los nacionales y populares creyeron que tenían vida eterna; Correa en Ecuador, Lula en Brasil, Chávez… Este último es el hombre que más ilusiones se hizo; dijo que el precio del petróleo seguiría alto y que, por eso, tenían gobierno bolivariano hasta el siglo 23. Evidentemente, Chávez desconocía al capitalismo. Este es un sistema estructuralmente inestable como para tener los precios siempre altos o siempre bajos, es un sistema en constante desequilibrio. La bancarrota de Venezuela es, ante todo, una bancarrota capitalista.
Se fueron al bombo los precios internacionales del petróleo y el chavismo se quedó sin recursos de gobierno. Entonces la derecha dijo: “Acabemos con esto e instauremos un gobierno de guerra de clases”. En Venezuela están interviniendo todas las potencias imperialistas para darle una salida de derecha a una crisis del “kirchnerismo” venezolano. Nosotros queremos darle una salida de izquierda. La experiencia de Maduro está agotada y sobre este agotamiento queremos otra alternativa. La derecha dice “Este es nuestro momento”. Aunque ellos por ahora son mayoritarios, tienen contradicciones internas insalvable.
Podemos explotarlas y dar a Venezuela una salida de izquierda. ¡Por supuesto que sí! Porque la clase trabajadora es mayoritaria en Venezuela. Los obreros petroleros venezolanos ya han demostrado en el pasado su vigor, cuando enfrentaron tremendo lock out patronal. Yo estuve presente ahí y discutí con obreros que mantuvieron las refinerías en funcionamiento a pesar del boicot patronal en el año 2002-2003. En los estados de Venezuela, en la refinería de Puerto La Cruz, en el Estado de Anzoátegui, en otros lugares… Impusieron el control obrero de la producción, organizaron los abastecimientos y la provisión de material para trabajar y en un mes pusieron en marcha la refinería ¡Los trabajadores! ¡Salvaron al gobierno chavista de un golpe militar en aquel momento! Demostraron que, sin esos trabajadores, Chávez estaba pintado. A la gente le han vendido la cosa al revés: que lo que están pintados son los trabajadores y que el genio de todo era Chávez.
Luchamos por una salida de izquierda – obrera y socialista. Macri está tratando que el Congreso, la legislatura y todo lo demás nos solidaricemos con una salida de derecha. Volvemos a tener este enfrentamiento, y ya hemos mandado un comunicado diciendo que no firmamos nada, en el Congreso ni en la legislatura, contra el pueblo de Venezuela. No tiene que decir nada ningún Congreso, porque este está dividido en clases, y el Partido Obrero representa una alternativa para Venezuela y Macri representa otra alternativa para Venezuela, y eso es un antagonismo irreconciliable, y no hay ninguna posibilidad de que ninguna legislatura de tome una posición común, porque hay intereses encontrados. Nosotros queremos un gobierno de trabajadores en Venezuela y ellos quieren un gobierno sometido al imperialismo, por parte de Trump, Merkel, Macrón, los ingleses, Rajoy de España… Sometido a la Unión Europea y al imperialismo norteamericano.
Esto es importante decirlo ahora, porque el episodio electoral de las Paso forma parte, como terreno de lucha, de una crisis de tipo continental ¿Dónde estamos nosotros? Nosotros estamos por favorecer la creación de partidos obreros revolucionarios en toda América Latina para que hagan esto que estamos haciendo nosotros, que es trabajar para reforzar la capacidad de acción de la clase obrera para imponer una derrota al capital y una derrota a la guerra de clases del capital. A eso subordinamos las elecciones ¡Quiero que este quede muy claro! La subordinación de las elecciones a los objetivos estratégicos de la clase obrera – de esta subordinación depende de que se desarrolle su conciencia, su organización y su voluntad de ganar ¡De derrotar al capital! ¡De eso depende!
Vamos a las elecciones para hacer un recuento de fuerzas y decirle a los trabajadores: somos muchos más los que vamos integrando la legión de la clase, tomemos nota y saquemos las conclusiones de esto. Reforzar a la clase, reforzar los sindicatos clasistas, reforzar el movimiento de la mujer trabajadora, reforzar el movimiento de la juventud socialista, reforzar las relaciones con los vecinos, con los trabajadores, con el pueblo, en todas las áreas de acción, para impulsar una victoria que sea decisiva.
Hay una crisis integral del capitalismo, hay guerras internacionales: Siria, Yemen, Afganistán, Ucrania, Irak, Palestina, Turquía… Toda la zona de desarrollo petrolero, todas las zonas estratégicas internacionales. Ahora empieza a haber movimiento de tropas con relación a Venezuela. Por la envergadura que puede tomar esta crisis ya se está posicionando el imperialismo, y el macrismo está en eso. Ahora viene lo siguiente, que no puedo dejar de mencionarlo: nosotros acá en la Argentina tenemos bolivarianos ¿o no tenemos? Tenemos: Cristina Kirchner, Boudou, De Vido… Tenemos un montón de pseudo chavismo, y es muy posible que ganen las elecciones en la provincia de Buenos Aires. Pero yo no escuché a CFK denunciar el ataque de la derecha en Venezuela. Los K proponen un diálogo, una mediación… ¡No hay diálogo ni mediación que valga! La derecha viene por el sometimiento de Venezuela y los trabajadores tenemos que echar definitivamente al imperialismo de aquel país ¡Los chavistas reculan en chancletas! ¡Se ve la hipocresía de toda su demagogia nacionalista!
Entonces a la hora de defender las independencias nacionales de nuestros países, el Partido Obrero, el Frente de Izquierda son los únicos que lo hacen en forma consecuente. A la hora de defender los derechos del parlamento contra el atropello macrista y del Ejecutivo: solamente el Partido Obrero, el Frente deIizquierda. Los demás están pintados. Si no comprendemos que estamos ante una guerra de clases vital, que no es para volvernos al pasado sino para convertir al futuro en un infierno, nos perdemos una comprensión de la perspectiva de tipo global.
Esto hay que señalarlo, y esto le da una dimensión enorme a que se Pablo López continúe en la Cámara de Diputados en diciembre de 2017 y que nuestra senadora, primera senadora obrera y socialista de la Provincia de Salta, siga en su lugar. En la radio, hoy, tuve la posibilidad de expresarme en forma amplia y muy clara. ¿Qué es lo que he dicho? “Salteños, ¿No se dan cuenta que con la presencia de Pablo López la provincia de Salta ha ganado en dignidad?” Este Javier David y Kosiner, cuando Pablo López se levantó para hablar, en la sesión que trató el ‘affaire’ De Vido, no pidieron la palabra para contestarle: No. No dijeron que “los salteños no opinamos lo que dice Pablo López”, y qué opinan ellos no dijeron nada. Simplemente, están atornillados a la banca. Sólo Pablo representó a Salta. Sólo los que son fieles a un programa y una estrategia política pueden declarar que no tienen aspiraciones personales sino que luchan por la victoria de los intereses generales de la clase productora y explotada, que es la clase obrera internacional.
¡Adelante compañeros!