WASHINGTON NO VALE UNA MISA

WASHINGTON NO VALE UNA MISA

Martín Lousteau no se aclimató a la capital de Estados Unidos. Hace un par de horas anunció que presentaría la renuncia a la embajada argentina para participar en las elecciones de Octubre.

¿Cómo interpretamos este giro?

A nadie se le escapa que desde hace algún tiempo hay un ‘lobby’ que empuja a favor de una ampliación de la coalición política del gobierno macrista. El más activo en esta operación ha sido el presidente de Diputados, Emilio Monzó, y en otro plano el grupo Clarín. Macri ha respondido a estas presiones con un repliegue mayor sobre el sobre el Pro, aunque la gobernadora Vidal ha proseguido con su cooptación de punteros peronistas. Lousteau pretende encabezar la lista de Cambiemos en la Ciudad con la vista puesta en la Jefatura de Gobierno en 2019. En caso de no que prospere el planteo, tiene decidido reclamar una interna dentro de Cambiemos o pelear contra el oficialismo con una lista propia.

La oposición de Carrió a la movida de Lousteau parece fundarse en la idea de que quitarle el gobierno de la Ciudad al Pro licúa el poder de Macri y podría amenazar la posibilidad de una reelección en 2019. Más allá de estas operaciones politiqueras, sin embargo, la presión por ampliar la base del gobierno macrista constituye una disputa dentro de la burguesía para quebrar el monopolio de gobierno de los llamados Ceo’s, en referencia a los ejecutivos de los fondos especulativos que dominan la gestión actual – en especial contra el mandamás de la política económica, el presidente del Banco Central, Sturzeneger. Para muchos sectores capitalistas, la política monetaria de altas tasas de interés ahoga la reactivación de la economía. Lousteau cuenta con el apoyo de la UCR, que todavía no asimiló el despido de Prat Gay.

El reacomodamiento de fuerzas que se encuentra detrás de la postulación de Lousteau, procuro también darle un asiento electoral más amplio a un gobierno que podría perder las elecciones de recambio parlamentario en la Provincia de Buenos Aires. En este sentido funciona como una operación de rescate. Implica evitar una sangría de electores en la Ciudad, que podría inflar al Frente Renovador u otra fuerza patronal alternativa.

La conclusión de todo esto es que ni la burguesía ni sus representantes políticos asisten pasivamente a una eventual centrifugación del gobierno actual y que, por el contrario, se movilizan en diversos terrenos para abrir salidas que no cancelen la gestión capitalista en curso. Lousteau, después de todo, arma el retorno después de haber palpado el ‘clima política’ que existe en Washington respecto al macrismo.

Jorge Altamira (Escrito en la víspera de una gran huelga general y de la movilización activa del Partido Obrero, los sindicatos clasistas y diversas organizaciones de izquierda)