ABUSOS SEXUALES CONTRA LA NIÑEZ: MALCORRA SE TIENE QUE IR DE LA CANCILLERÍA Y DE LA ONU
abril del año pasado, Anders Kompass, un colaborador de la ONU en materia de derechos humanos, fue suspendido por revelar un informe interno acerca del abuso sexual de niño/as por parte de los contingentes franceses de los “cuerpos de paz” en la República Centroafricana. Los hechos examinados habían tenido lugar en 2014. Kompass fue acusado de filtrar un informe de la ONU de naturaleza confidencial y de violar protocolos. Los niños entrevistados para el informe, sometidos por el hambre, habían denunciado violaciones y sodomización; muchos de ellos escaparon aterrorizados de los campos de refugiados. “En el verano de 2014”, relató de Guardian en abril de 2015, “el informe fue pasado a los funcionarios de la oficina del alto comisionado en derechos humanos con sede en Ginebra. Como no ocurrió nada luego de eso, Kompass envió el informe a las autoridades de Francia, que fueron al lugar y comenzaron una investigación (…). Bea Edwards, del Proyecto de Supervisión Gubernamental, una entidad que apoya a los denunciantes, condenó a la ONU por la persecución contra los denunciantes que actuaban para parar el abuso de los niños”. Susana Malcorra, la funcionaria designada por Macri para encabezar la cancillería de Argentina, era la jefa de gabinete de Ban Ki Moon, el secretario general de la ONU, durante la ocurrencia de los hechos.
A principios de junio de este año, Kompass, que había sido suspendido con goce de sueldo, renunció sin embargo a su trabajo en la ONU. The Guardian, nuevamente (7.6.2016), informó que “El denunciante de la ONU que había sido suspendido por revelar el abuso de niños por parte de los cuerpos de paz, presentó su renuncia debido al fracaso de la organización para investigar la responsabilidad de los funcionarios jefes (‘seniors’)” - o sea de Ban Ki-moon y Susana Malcorra, entre otros. Kompass decidió la renuncia luego que una comisión lo exonerara del cargo de filtrar una documentación reservada.
“La completa impunidad de aquellos a los que se ha encontrado de haber abusado de su autoridad, en diversos grados, sumado a la falta de voluntad de la jerarquía para expresar cualquier disculpa por la forma en que han actuado hacia mí, confirma lamentablemente la falta de responsabilidad que domina en las Naciones Unidas”. Paula Donovan, del Aids Free World, presentó un informe interno sobre explotación sexual, que reclama una comisión investigadora independiente sobre la actuación de la ONU en los abusos sexuales de los ‘cuerpos de paz’.
El diario londinense observa que “La renuncia de Kompass ocurre luego que una de las figuras principales de la ONU, involucrada en su suspensión en abril del año pasado, anunció el último mes su intención de buscar la secretaría general de la ONU, cuando Ban se retire al final de este año”. En efecto, “Susana Malcorra”, explicita el diario, entonces jefa de gabinete de Ban, fue criticada, en diciembre pasado, por una comisión investigadora, por el mal manejo del asunto. Malcorra abandonó la ONU para ocupar el puesto de ministra de asuntos exteriores de su nativa Argentina un mes antes que fuera publicado el informe de esta investigación”. De acuerdo a la revista Foreign Policy (junio/2015), Malcorra justificó su posición, en un documento reservado, diciendo que “El documento filtrado contiene notas de entrevistas, que incluyen, especialmente, nombres y otras identificaciones relativas a los supuestos chicos abusados…”, o sea que para hacer caso omiso de las denuncias de las violaciones sexuales a las que esos chicos eran sometidos, alegó que buscaba protegerlos. Para apoyar el relato, la revista cuenta la versión de un funcionario acerca de una madre que habría castigado a su hijo al enterarse de la publicación de su nombre por el informe de los denunciantes. Los encubridores se ponen al descubierto con un cinismo asombroso.
¿Debemos desprender de aquí que, con esta foja de responsabilidades, Malcorra fue llamada a la cancillería de Buenos Aires, para escapar de la responsabilidad por su actuación en estos crímenes? Nadie ha hecho alusión a este antecedente cuando la funcionaria presentó luego su postulación a la secretaría general de la ONU - que no debería tener la posibilidad de ocupar después de lo ocurrido, salvo que se la quiera premiar por el celo que puso en defender a la burocracia de la entidad, lo que es bien probable. El informe de la comisión investigadora “denuncia “la enorme incapacidad institucional” de la ONU, cuyos funcionarios se han negado a responder a las acusaciones de abuso sexual de niños por parte de los ‘cuerpos de paz’ en la RC. El informe dice que los reclamos iniciales, en 2014, “pasaron de escritorio en escritorio, y de casilleros en casilleros, en numerosas oficinas, sin que nadie quisiera asumir una responsabilidad”.
En marzo de 2015, el mismo Guardian había informado que “Altos funcionarios de la ONU, en Jerusalem, han sido acusados de someterse a la presión israelí para abandonar la tentativa de incluir a las fuerzas armadas del estado en una lista de serios violadores de los derechos de los niños que lleva la ONU”. Susana Malcorra también estuvo vinculada a este asunto: “Susana Malcorra - una alta funcionaria en la oficina de Nueva York de Ban Ki-moon - llevó el tema, en una letra privada al embajador israelí en la ONU, Ron Prosor. La ONU, en Nueva York, se negó a dar información acerca de documentos filtrados (“leaked”)” (The Guardian, 17.3.2015).
Estos hechos públicos son desconocidos en Argentina y han sido ocultados tanto por la administración anterior como por la actual, a pesar de que ocupó la tapa de varios portales en diciembre pasado y produjo un pedido de informes de un diputado por Mendoza, que no tuvo consecuencias. El Congreso no ha tomado nota, siquiera, a pesar de que los legisladores tienen toda esta información al alcance. Estamos ante un asunto políticamente muy grave - que nadie podría reducir a una suerte de machismo, cuando es la acción de fuerzas armadas, estados y las Naciones Unidas, por añadidura encubierta por una mujer y una mayoría de niños varones. Reducirlo a machismo sería una torpeza moral. En el caso de las tropas norteamericanas, gozan de inmunidad jurídica en los países en que se encuentran estacionadas.
El encubrimiento demuestra que la ONU, una cueva de guerreristas y abusadores de naciones, es una cueva de encubridores de violadores de niños y de mujeres, que anidan en su propio seno. El destino de la ONU lo arreglarán, oportunamente, los trabajadores de todo el mundo. El de Malcorra lo debemos arreglar en Argentina. La ministra de ser sacada de su cargo y el Congreso debe investigar las responsabilidades políticas por su nombramiento, ante denuncias públicas conocidas desde hace tanto tiempo.