EL CLERO Y LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

EL CLERO Y LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Lo que sigue es la transcripción integral de mi discurso en el cierre de la campaña del Partido Obrero en Salta, en 2013

La previa de la victoria: Discurso de cierre de Jorge Altamira

Compañeras, compañeros: Es realmente con mucha emoción que recibo el honor de cerrar esta nueva campaña electoral de nuestro Partido Obrero de Salta. Cuando llegué al acto y vi los videos de la trayectoria de lucha en la que el Partido Obrero estuvo tan fuertemente comprometido en la historia de los últimos años; cuando veía a Claudio Del Plá, a Cristina Foffani, veía a Pablo López, mezclados en las manifestaciones, enfrentando la represión, saliendo de la Legislatura para acompañar a los docentes en la Noche de las tizas, poniendo el cuerpo como auténticos representantes del pueblo, me dije: qué grandes que son nuestros compañeros, qué consecuentes, qué escuela maravillosa de luchadores y de seres humanos que ha desarrollado el Partido Obrero. Es por eso es que voy a dirigir mis palabras a ustedes con esta emoción.

La mujer trabajadora

Lo primero que quiero señalar es un aspecto tremendamente relevante de esta campaña electoral, que probablemente fue observado en forma superficial, pero que tiene, en mi opinión, una profundidad enorme. Desde diez días antes de las elecciones del 27 de octubre, que llevaron a nuestro Pablo López a consagrarse como diputado nacional de la clase obrera de Salta, y luego en esta campaña para las elecciones finales para la provincia, se manifestó un profundo ataque -y yo pienso que algo más que un profundo ataque-, un profundo odio hacia la mujer trabajadora de la provincia de Salta y hacia todas las mujeres trabajadoras de la República Argentina. Ha habido una campaña de violencia contra los derechos de la mujer -y no sólo desde Olmedo, sino de todos los partidos políticos. He participado en la campaña del Partido Obrero de Salta, he visto la extraordinaria militancia del Partido Obrero y de tantos trabajadores en la provincia; ayer, participé en el cierre en Colonia Santa Rosa, en el ingenio, en la localidad de Yrigoyen, luego en Orán, en un gran cierre de campaña; he visto el espíritu militante, he visto el carácter heroico de los luchadores que acompañan esta epopeya popular en Salta de parte del Partido Obrero. Lo he visto esta mañana en Tartagal, en la movilización política de nuestros compañeros en Aguaray, en Pocitos, en Mosconi. Pero creo, a la luz de este enorme ataque contra la mujer trabajadora en el marco de la campaña electoral, que hay dos militantes que se destacan y que son las heroínas de esta campaña: Cristina Foffani y Gabriela Cerrano, defendiendo los derechos de la mujer trabajadora contra el oscurantismo, contra el clericalismo, contra la reacción (aplausos). Como militante que me muevo, lucho y recorro todo el país, observo el carácter excepcional que tiene esta campaña en este marco nacional. Nuestros adversarios de clase se han sacado la careta: odian a la mujer trabajadora, atacan sus derechos, les importan un bledo las muertes y las mutilaciones que provocan los abortos clandestinos. Que siga el baile, dicen los candidatos de los partidos patronales, que siga la agresión contra el cuerpo y el espíritu de la mujer. A esta agresión la llaman la idiosincrasia salteña. Falso: esa es la idiosincrasia de los ‘hijos del poder’. Y el poder en Salta no tiene nada que ver con el heroico pueblo de Salta, que en toda la historia manifestó su coraje, su rebelión y su adhesión a todas las causas populares. ¿O no hemos tenido el Salteñazo (en los ’60)? ¿O no hemos tenido las grandes luchas en el norte de la provincia, con coraje y con convicción? Argentina es uno de los países en el mundo que tiene la mayor tasa de mortalidad materna, equiparable a los países más atrasados de Africa. Esta información ni siquiera divulgada, porque Argentina está gobernada por los Olmedo, se llamen Romero, Urtubey o quien sea: son todos Olmedo, son violadores de las mujeres, de sus derechos. Piensen: un candidato de esta provincia que dice una mujer violada, una mujer agredida, una mujer humillada, no tiene derecho a interrumpir el embarazo provocado por ese violador. Ni una palabra sobre el violador, ¡ni una palabra contra el violador! Ni una palabra contra la violencia contra esa mujer. Y Cristina Foffani, en la etapa previa a las elecciones de octubre, y Gabriela Cerrano, dos mujeres, se enfrentaron a esta patota de políticos enemigos de los derechos de la mujer y plantaron bandera y defendieron esos derechos (aplausos).

Explotación de la familia trabajadora

Ha quedado al desnudo la naturaleza de la explotación que sufre el trabajador: no es sólo en el lugar de trabajo, no sólo es el hecho de que esté en negro, no sólo es el hecho de que esté precarizado, no sólo es que su salario es bajo, no es sólo que no tiene derecho a un trabajo estable. No. La explotación también va sobre el cuerpo de la familia trabajadora, que los capitalistas están desintegrando sistemáticamente mediante la miseria social y que encuentra como único defensor de la familia de los trabajadores al Partido Obrero (aplausos). Tampoco es sólo la indignación moral la que nos lleva a denunciar a estos traficantes. Piensen un minuto: ¿han escuchado acaso algún candidato del sistema abrir la boca sobre la trata de personas, en particular de mujeres y hasta de niñas? ¡No! Es claro, para ellos que la mujer es el objeto de la violencia, es la extensión y la profundización de la violencia que ejercen sobre la mayoría nacional que constituyen los trabajadores en este país. Este es el punto. Por eso se explica que en las escuelas salteñas sea obligatoria la enseñanza religiosa; sean obligatorios el rezo y la plegaria en las escuelas, violando la libertad de conciencia de las familias y de los niños, y no sea obligatoria la educación sexual de nuestras niñas, muchachas, muchachos y niños. Esto es lo tendría que ser obligatorio. La relación sexual es parte fundamental de ese tejido que la humanidad ha ido armando. Es la relación de personas, de sentimientos, de ambiciones, de necesidades, hunde raíces profundas en la psicología humana. Los chicos y las chicas de nuestro país y del mundo tienen que poder hablar de eso con sus maestros, con sus profesores, comprender mejor a través de esa educación cómo manejar su vida, cómo indagar y orientar sus sentimientos. Nosotros estamos defendiendo el porvenir de nuestra juventud femenina y de nuestra juventud masculina. Este es un aspecto dramático en la campaña electoral en Salta. Cristina y Gabriela son bajitas, pero aparecieron humanamente y políticamente como gigantes, por las convicciones y la pasión con las que defendieron la causa de la mujer contra la patota de la reacción política. Esta patota ni siquiera ha tomado nota de la política de adaptación que sigue su propio Papa.

Urtubey y Bergoglio

El Vaticano llevó de la Argentina a un Papa para ver si salva a una iglesia plagada de curas pedófilos y el lavado de dinero del banco del Vaticano. Este Papa ahora está proponiendo una encuesta sobre los dogmas que la Iglesia ha sostenido durante dos milenios. La Iglesia no acepta el divorcio: para la Iglesia, una pareja que ya no puede desarrollar un futuro, tiene que encadenarse, no puede divorciarse. Ahora en todo el mundo se votan leyes de matrimonio igualitario, para la Iglesia es una aberración. Entonces el Papa dice: quiero hacer una encuesta, porque sabe que una creciente cantidad de católicos no sólo se han divorciado, sino que defiende el derecho al divorcio y defiende el derecho a la diversidad de la orientación sexual. El Papa responde a una presión de su propia grey, de sus propios fieles. En Salta, ¡no! En Salta, ni hablar de encuestas. El obispo de Salta rechaza que la Iglesia se encuentre en crisis, la cual tiene que ver con el anacronismo. Una cosa es la fe y la creencia de numerosos trabajadores y otra el autoritarismo político que el clero ejerce en nombre de la religión. Nosotros queremos a la clase obrera unida por sus intereses de clase en su diversidad de opiniones, de creencias y de la libre discusión de esas opiniones y creencias, para poder avanzar en el desarrollo de una conciencia socialista. Queremos a la clase obrera unida, porque sin una clase obrera unida, la clase obrera está perdida frente a la potencia económica del capitalismo.

La clase obrera y la mujer

Estos orangutanes, por el papel que han jugado contra la mujer en esta campaña electoral, no deberían pisar más ningún lugar en la consideración popular. Pero me detengo acá también, porque es muy importante la unidad del trabajador y la trabajadora, de la obrera y del obrero, tenemos que revolucionar las relaciones entre nosotros mismos: una clase que aspira a gobernar, que aspira a tomar el destino en sus manos, tiene que ir en igualdad, en fila cerrada, con respeto y consideración para con aquel que vino del extranjero a la Argentina, como para los que nacimos aquí; la igualdad y la fraternidad entre el hombre y la mujer, y los niños. Tenemos que revolucionar nuestra clase social, porque nuestra clase social, inevitablemente, se encuentra en muchos aspectos embrutecida por la explotación capitalista. Queremos llevar a los trabajadores a la altura máxima de su desarrollo personal. Estos canallas -y empleo ahora palabra canalla-, sacan volantes apócrifos, firmados Partido Obrero. Miren, divulgan esto (muestra un volante apócrifo). Esto nosotros no lo hemos sacado. Dice que queremos impuestazos para la clase media. ¡Nosotros, que venimos de luchar contra el impuestazo de Isa! Pero como se dieron cuenta que la clase media viene con nosotros, y que nosotros queremos que la clase media venga con nosotros en una lucha popular, nos adulteran sobre esto. Son unos miserables. Nosotros queremos educación sexual para que ninguna mujer tenga que abortar y ustedes le están negando la herramienta que va a evitar que tenga que abortar (aplausos). Son unos miserables. Por eso, el viernes y el sábado, vayamos a explicar esto y conquistar el voto por el Partido Obrero. No quieren educación sexual, quieren someter a la mujer y a la familia. El Papa no va a resolver la cuestión de los derechos de la mujer; sí el gobierno de los trabajadores y el socialismo. Como ustedes ven, en los últimos tramos de la campaña electoral se ha liberado una lucha política estratégica. Hemos tenido a dos compañeras y a muchas otras, pero a dos que defendieron como rocas una de las causas populares más importantes de la clase trabajadora, como son los derechos que las mujeres trabajadoras -históricamente, las más explotadas, precisamente por su condición de mujer (aplausos)