¿QUIÉN QUIERE ECHAR A MACRI?

¿QUIÉN QUIERE ECHAR A MACRI?

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/16641-

La tentativa de la Legislatura de meter las narices en el caso del espionaje de Macri y de su procesamiento se ha transformado en un culebrón. La única coincidencia que aparece entre las copiosas tribus legislativas es vapulearlo pero no matarlo. Carrió, un gallo de riña con marca registrada, ha sufrido una metamorfosis de amansamiento y es así que quiere que ‘Mauricio’ llegue al final de su mandato. También dice algo evidente: ni siquiera el fallo favorable de un juicio político despejaría el camino de Macri, porque aún debería sortear el procesamiento judicial. Ibarra, quien miente reiteradamente cuando dice que el PRO lo volteó del gobierno de la Ciudad anticipadamente (en realidad, se sumó a la destitución del responsable político de Cromañón y del fraude de la deuda externa de la Ciudad con los bancos Morgan y Santander cuando no le quedó otra), tampoco pecha por un juicio político sino por una comisión investigadora - la clásica congeladora que recomendaba Perón. Lo mismo plantean ex macristas y ex aliados de Macri. En el escaso tiempo de una semana, el neoizquierdista Parrilli perdió dieciséis de los diecisiete votos que obtuvo su moción favorable al juicio político antes de que Macri lo transformara en su consigna. Al final, el único que adhiere a la vía legal para que echen a Macri es, fuera de Parrilli, el propio Macri.

El argumento que dan los que se oponen al juicio político es que no alcanzaría su propósito confeso, porque Macri podría zafar de una condena gracias a que cuenta con el número de diputados suficientes en la Cámara Acusadora para bloquear  el avance del juicio político en su contra. Quizás estén en lo cierto, pero ninguna otra vía tiene la capacidad de voltearlo. A Parrilli no le falta razón cuando dice que el desarrollo de un juicio político podría movilizar a la opinión pública y quebrar el bloqueo del PRO - ¡al menos valdría la pena intentarlo! Pero antes de eso, habría una polarización política, que ningún opositor ni el kirchnerismo parecen querer afrontar. No quieren convertir a la crisis política en la Ciudad en una crisis política generalizada que destruya la euforia financiera que se ha desatado con posterioridad al canje de deuda y al pago con reservas. Además, quebraría la unidad de acción de la oposición en el Congreso, dando vía al proyecto re-reeleccionista del matrimonio. La crítica que se hace a Parrilli - su coincidencia ‘objetiva’ con la maniobra continuista de Macri o con la imposibilidad de sacar a éste por vía legislativa-  yerra el blanco. Esa ‘coincidencia objetiva’ es con los K, a quienes no se denuncia por operaciones similares a las de Macri, de espionaje y de agresión a los movimientos populares. Esto dicho con independencia de la participación de Parrilli en los movimientos contra la criminalización de la protesta social por parte de los K. El reclamo de juicio político a Macri, en defensa de las libertades públicas, debe estar presidido por la consigna “Ni Macri, ni Kirchner”. No se puede reforzar, ni indirectamente, la posibilidad de Kirchner 2011; Kirchner es el agente principal del capital para someter políticamente a la clase obrera. Los compañeros de Parrilli en el subte han votado por el ingreso del nuevo sindicato en la CTA, la cual ya forma parte - como es conocido-  del comité de campaña de los K ¡al punto que se opone incluso al 82% móvil sobre el salario mínimo!

En suma, hay un pacto de gobernabilidad en la Ciudad, que suma el argumento de que no hay vicejefe de Gobierno para sustituir a Macri hasta 2011. Pero el tema central es otro: la red de espionaje de Macri está ligada a su confesada condición de agente de la CIA y el Mossad. Este es el eje de la cuestión, por eso el afán de kirchneristas, antikirchneristas e intermedios es sacar el asunto de la luz pública - tampoco Parrilli lo pone en evidencia y quizá no lo exponga siquiera, sea en una comisión de juicio político o de investigación. Argentina sigue sus relaciones carnales con Washington precisamente en este punto, que es la preparación de una guerra contra Irán y la defensa a muerte de los preparativos de guerra del sionismo. La destrucción continua de viviendas árabes y la fuerte represión contra la población árabe israelí es esencial a estos planes de guerra, que no se ocultan pues se repiten sin cesar. Los K no han denunciado nunca estos atropellos. Desde el punto de vista internacional, la crisis de la Ciudad tiene un significado y una potencialidad inmensos. La Legislatura está siendo operada para que soslaye este asunto. En esto reside la razón última de la incapacidad aparente de la Legislatura para dar una salida al atropello sufrido por el espionaje macrista y por qué los K no arremeten contra este adversario.

Políticamente, la crisis abierta no puede ser abordada por partes: hoy con K contra Macri, mañana contra los K con Biolcatti y los capitales sojeros. Nuestra política será una denuncia de conjunto que sirva para advertir a los trabajadores lo que está en juego y que, mediante el desarrollo de una conciencia adecuada de la situación, nos ayude a todos a poner fin a los Macri y a los Kirchner, y poner en pie una alternativa socialista de los trabajadores.