PARTIDO COMUNISTA, ´VOLVE, TE PERDONAMOS´’
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/3371-
En el balance de las elecciones recientes en Tucumán, el MST responsabiliza al partido comunista por haber perdido la “gran oportunidad” que se le “presentaba… a IU” (Alternativa Socialista, N° 423). Entonces: ¿quiere que ‘vuelva’?
Todo el mundo sabe que Izquierda Unida no existe más, ni política ni organizativamente, y que por eso el MST está tratando de organizar, junto a Mario Cafiero, una nueva alternativa política de la cual ha excluido al partido comunista, por ‘centroizquierdista’, ‘oportunista’, ‘vinculado al Encuentro de Rosario’ (y también al Partido Obrero por ‘sectario’ y/o ‘autoproclamatorio’). La conclusión que saca de las elecciones tucumanas marca un nuevo viraje político.
Este viraje político, que no sería de 180° sino de 360, porque significa un retorno al punto de partida, es particularmente interesante porque el MST hubiera podido sacar de esas elecciones una conclusión diferente, a saber, que un frente con el Partido Obrero habría llevado a la izquierda tucumana a convertirse en la segunda fuerza de la provincia. En lugar de mirar revolucionariamente hacia adelante, el MST prefiere mirar contrarrevolucionariamente hacia atrás.
Izquierda Unida tampoco existe en Tucumán desde un punto de vista político, sólo es una ficción legal, por eso es natural que cada uno de los socios se hubiera cortado por su lado. Haber reemplazado el contenido político por un registro de patente constituye una estafa a los trabajadores. Esta estafa se ve más claramente en el hecho de que, debido al sistema electoral, los socios de IU se repartieron las primeras candidaturas por secciones, de manera que cada uno se ocupó de la suya. Fracasaron, respectivamente, a pesar de este intento final por explotar electoralmente una sigla frentista o unitaria. Que el ‘rubro’ Partido Obrero hubiera encontrado un eco considerablemente mayor que el de Izquierda Unida es motivo de reflexión, porque demuestra que una organización de lucha, políticamente coherente, supera a las combinaciones hipócritas que se hacen por arriba. Asimismo, destruye por la raíz el concepto de sectario que la izquierda trucha adjudica al Partido Obrero, porque el sectarismo se mide con relación a las masas, no con relación al prejuicio de los otros grupos políticos.
El balance del MST es, en este sentido típicamente sectario, porque no apunta a abrir una perspectiva de conjunto a partir de los resultados de Tucumán, sino a rescatar una experiencia cuyos propios autores han declarado oficialmente difunta.