SALIDA DEL DEFAULT ¿O LA MAYOR ESTAFA DE LA HISTORIA ARGENTINA?
En medio de la pretendida euforia por la ‘salida del default’, un párrafo de la entrevista que efectuara la corresponsal de Clarín (1/3) “a un funcionario del Departamento de Estado (de Estados Unidos) que pidió no ser indentificado”, esclarece como pocos la naturaleza del canje: “De ambas partes, del lado del Gobierno y del lado de los acreedores, hubo gente muy sofisticada, con la mente muy clara, que sabía lo que quería”. Simplemente, ‘la salida del default’ fue un negocio para los acreedores.
La explicación está a la vuelta de página del mismo diario: “Tanto el Gobierno como las principales consultoras prevén que el peso seguirá apreciándose… Entonces los bonos en pesos ajustables por el CER… tendrán un mayor valor en dólares”. Ambito Financiero titula (28/2): “Bonos en pesos, la vedette de bonistas”. Aunque sorprenda, más ilustrativo es todavía el Boletín Oficial. En efecto, Página/12 (1/3) reproduce la opinión de nada menos que el presidente del Banco Morgan: “Tengo trabajando conmigo a 50 doctores en economía y ninguno encuentra una rentabilidad tan alta como la que ofrecen los bonos en pesos (indexados por CER) en Argentina. 10 por ciento anual en dólares no se consigue ni en Turquía; en Brasil tal vez ganamos un 7 por ciento, pero hoy el riesgo es mayor”. Página/12 agrega que “Además del Morgan, se sabe que Merrill Lynch, otro de los grandes, compró 6.000 millones de dólares en bonos argentinos…”. Lo que nadie explica es cómo puede hacer una cosa así un banco que integraba el grupo que negociaba el default en nombre del gobierno argentino.
Todas estas cosas el lector de Prensa Obrera las conoce desde hace varias semanas y sabe que ha sido esta propuesta de valorización mediante el CER y la caída del dólar lo que produjo el acuerdo con los acreedores sofisticados, de mente clara, que sabían lo que querían. Lo que ningún diario ha dicho todavía (más bien lo han ocultado expresamente) es que esta valorización impide establecer el monto final de la deuda externa que deberá pagar Argentina, ni cuál será la cuenta de intereses que habrá que pagar semestral o anualmente. Sencillamente, un desfalco.
Así lo prueba en forma concluyente un ejemplo que da Clarín en el artículo ya citado. Dice que los bonos pesificados que se entregaron a los bancos a partir de 2002, cuando el dólar estaba a cuatro pesos, aumentaron de valor en 7.325 millones de dólares ¡en dos años! como consecuencia del ajuste por inflación y la caída del dólar a dos pesos con noventa (que es la cotización actual). En 2004 habría aumentado otros mil millones de dólares.
La ‘salida del default’ es la consecuencia de un arreglo entre “quienes saben lo que quieren” y “tienen la mente clara”. Los infelices saludan la quita más grande de la historia y aprovechan el verso para acomodarse en una cuenta del presupuesto nacional.
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/399-