ALGO MÁS QUE UNA ANÉCDOTA SOBRE EL DERRUMBE CAPITALISTA
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/60022-
Una decisión de la Unión Europea que obliga a las empresas que cotizan en las Bolsas a aplicar normas contables internacionales ha servido para poner de manifiesto la hondura de la crisis capitalista internacional. El objetivo de la norma es impedir que los accionistas puedan vaciar, total o parcialmente, sus compañías a expensas de los acreedores.
Pero la verdadera implicancia es la siguiente: al obligar a registrar en los libros el precio real de las inversiones especulativas, se pondrá de manifiesto las enormes pérdidas potenciales de esas compañías y, con ello, la imposibilidad de pagar dividendos. La práctica hasta ahora era contabilizar esas inversiones al precio de mercado o de adquisición de los títulos, según cual fuera el mayor. Se establecía de este modo una ganancia ficticia. El reparto de dividendos sobre ganancias ficticias sólo podía significar que una distribución de la parte de los ingresos que hubieran debido cancelar las deudas acumuladas o, lo que es lo mismo pero dicho de otro modo, repartiendo el propio capital. La serie de quiebras que se han producido en el último tiempo tuvieron precisamente el carácter de vaciamientos planeados. La nueva disposición obliga a los capitalistas, dice el Financial Times(12/9), “a registrar todas las pérdidas o ganancias ocurridas en el año, incluyendo, la revaluación de activos, los resultados en las estimaciones actuariales y las pérdidas de esquemas de pensión”, esto en momentos en que “la volatilidad y el tamaño de los déficits de los fondos de pensión han sido estimados en centenares de miles de millones (de dólares) este año”.
Lo que incluso es más grave, si cabe, es que una reducción o el cese de pago de dividendos provocará una caída vertiginosa del precio de las acciones con derecho a esos dividendos y, por lo tanto, la caída también del precio de las inversiones en acciones realizadas por los fondos de pensión, el incremento de sus pérdidas, el incremento, a su vez, de las pérdidas de las compañías que financian esos fondos, la caída de sus acciones, y así de seguido como en el cuento de la buena pipa.
Pero, en definitiva, lo que importa es esto: el capital mundial sobrevive en un mar de ganancias ficticias. Para convertir a estas ganancias ficticias en realidad necesita proceder a todo tipo de confiscación econó mica. Por ejemplo reducir las jubilaciones para bajar los aportes a los fondos; arrancar financiación inflacionaria al Banco Central para mantener la demanda de acciones y títulos que tienden a caer, bajar impuestos al capital y subirlos a los trabajadores, incrementar la deuda pública, ir a la guerra, o admitir la quiebra económica y esperar el rescate del Estado.
El Financial Times titula la información así: Un juicio final amenaza a los dividendos. Pero las ganancias que están detrás de los dividendos son la esencia del capital.