LA OFERTA DE TEMPORADA NO EXISTE MÁS

LA OFERTA DE TEMPORADA NO EXISTE MÁS

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/57137-

Sr. Presidente (Busacca): Tiene la palabra el diputado Altamira. Le recuerdo que tiene quince minutos de exposición.

Sr. Altamira: Señor presidente: creo que hay un acuerdo entre los diputados, inclusive entre los medios de comunicación, de que el proyecto de desdoblar las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires no tiene como fundamento la defensa de la autonomía, ni valores universales o generales que tengan que ver con el régimen democrático. Los diarios de la mañana de hoy comentan que está vinculado a combinaciones políticas con relación a los próximos comicios e, incluso, añaden algo que es cierto: probablemente, los que están propiciando este proyecto de ley terminen siendo perjudicados por el mismo proyecto de ley que están propiciando.

Originalmente, el interés por desdoblar las elecciones obedecía a la especulación de que Elisa Carrió podía encabezar una lista presidencial que tuviera a Aníbal Ibarra como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad. A los adversarios de esta variante les preocupaba que la candidatura presidencial de Carrió traccionara a Aníbal Ibarra. Ahora, cuando el proyecto llega a la Legislatura, no hay indicios de que Aníbal Ibarra y Elisa Carrió se fueran a entender. El jefe de Gobierno de la Ciudad ha declarado que le importa muy poco si se desdoblan o no las elecciones, que no piensa vetar el proyecto que aquí se apruebe. Y, probablemente, si algún candidato del peronismo llega a subir en las encuestas electorales, sus partidarios aquí, en la Ciudad de Buenos Aires, se van a arrepentir de haber desdoblado las elecciones porque, quizás, van a perder la oportunidad de subirse al “carro” de ese candidato y quedarán aislados en una elección local.

Este proyecto de ley no sólo no tiene valores universales, sino que sus pequeñeces o sus mezquindades particulares pueden quedar desbaratadas como consecuencia de un mal cálculo político. Que esto ocurra en un momento de profunda descomposición política e institucional refuerza la tendencia a la descomposición política e institucional. (…)

De cualquier manera, quiero señalar (que) el proyecto de ley (…) no acorta el proceso político actual, y no facilita ni abrevia el tiempo que reclama la ciudadanía para hacer una nueva manifestación política. (…)

Este proyecto de desdoblamiento confirma la fecha de diciembre como el fin de mandato de esta Legislatura, y confirma la fecha de diciembre como el fin del mandato del jefe de Gobierno de la Ciudad.

Tengo la impresión –y diría que bastante más que la impresión– de que conciente o inconcientemente el proyecto de desdoblamiento de los mandatos es una manifestación de la crisis… Pero, ¿de quién? Del Partido Justicialista, de la Unión Cívica Radical y del Frepaso, porque es evidente que este afán de desdoblar las elecciones en la Ciudad es porque ninguno de estos tres partidos puede construir un liderazgo que responda homogéneamente a un programa político o a las tendencias fundamentales de esos partidos.

El nivel de desintegración que ha alcanzado el Justicialismo, se revela no ya en el hecho de que necesita internas abiertas, sino en que no las puede llevar adelante y está discutiendo una ley de lemas claramente inconstitucional; también se manifiesta en el hecho de que la Unión Cívica Radical tendrá que ir mimetizada con candidatos de otros partidos, porque no tiene ninguna figura presentable, con una mínima chance. No solamente se manifiesta en la definitiva licuación del Frepaso.

Entonces, se acomodan los tantos en la Ciudad para adecuarlos a las diversas alternativas de derrumbe de los partidos tradicionales. (…)

Sr. Presidente (Busacca): Diputado Altamira: le solicita una interrupción la diputada Pierini, ¿se la concede?

Sr. Altamira: Sí, señor presidente.

Sr. Presidente (Busacca): Para una interrupción, tiene la palabra la diputada Pierini.

Sra. Pierini: Señor presidente: por su intermedio, le agradezco al diputado Altamira por haberme concedido la interrupción.

Solamente quiero hacerle dos preguntas. Si tanto le preocupa la desintegración de los partidos mayoritarios, ¿está bien integrada la izquierda en un único frente como para poder reprochar a los partidos mayoritarios?

Segundo, ¿quiénes son los que están liderando las encuestas? ¿Los partidos de izquierda o esos partidos que, según el diputado Altamira, están en desintegración?

Sr. Presidente (Busacca): Continúa en el uso de la palabra el diputado Altamira.

Sr. Altamira: Señor presidente: es muy común que los diputados se quejen por las interrupciones. Yo voy a hacer una excepción, y diría casi que la bendigo.

Que la izquierda tiene múltiples divergencias es un hecho. Lo único que me preocuparía es que las tratara de remendar con una interna. Mientras mantengamos un nivel de discusión y las ideas se sobrepongan a las maniobras, estaremos enmarcando una solución política que, seguramente, beneficiará a la clase obrera, a los trabajadores y al socialismo. Lo terrible sería que empecemos a tejer maniobras, a armar contubernios, a tapar las divergencias y, simplemente, a poner en un primer plano el apetito de una representación parlamentaria.

En segundo lugar, inclusive con el escepticismo que deben imaginar que tengo por las encuestas, creo que están lideradas por los que rechazan a los candidatos; las encuestas están lideradas por los que dicen que no saben a quién votar, por los que no quieren votar y por los que rechazan votar. La encuesta es un mecanismo que condiciona respuestas. (…)

Lo que me parece oportuno es contrastar (los) métodos políticos. No se van a salvar con internas; no se van a salvar con la ley de lemas, y no se van a salvar con desdoblamiento de mandatos.

Quiero señalar a los colegas del distrito de la Ciudad de Buenos Aires que al limitarse al planteamiento de desdoblar las elecciones arriman el bochín a un proceso de confusión y de descomposición. Es sorprendente que el movimiento nacional y popular peronista quiera el desdoblamiento de las elecciones. Generalmente, los grandes movimientos populares que ha tenido la Argentina se han caracterizado por el empuje extraordinario de la figura de un caudillo y por la capacidad de los grandes planteamientos nacionales. Y eran las fuerzas conservadoras las que querían cortar el salame en pedazos de modo de atomizar la expresión de la voluntad popular. Ahora veo que los movimientos nacionales y populares han tomado las banderas electorales del conservadurismo; quieren atomizar los procesos y desearían que las próximas manifestaciones de soberanía popular no tengan un carácter general, de conjunto, masivo; están traicionando la evidencia de que no tienen ninguna homogeneidad y, por lo tanto, no tienen capacidad de gobierno.

Creo que la sesión de hoy tiene importancia. Me dirijo, por su intermedio, a los diputados del Ari para poner de manifiesto la enorme limitación de ese partido y de esta tendencia que propone una Constituyente para hacer un acortamiento de los mandatos con exposición expresa de que bajo ninguna circunstancia ese nuevo parlamento popular pueda considerar problemas de fondo del ámbito de la Ciudad.

Sr. Presidente (Busacca): Diputado Altamira: le recuerdo que le quedan dos minutos.

Sr. Altamira: Es decir que mañana, de prosperar al proyecto del Ari, se convocaría a una Constituyente restringida, acotada a la discusión de los mandatos, y si el pueblo se manifestara porque esa Constituyente abordara cuestiones más de conjunto, la representación del Ari aparecería como el oficialismo y el defensor del statu quo. Que quede en claro que el Ari, con sus propuestas de cambio, pretende mantener un régimen social, un régimen político; simplemente, para modificar algunos de sus componentes y para tratar de que la caldera suelte un poco la presión que va acumulando. Pero esto no constituye, de ninguna manera, una alternativa a la debacle que estamos viviendo.

Personalmente, el planteo de la Asamblea Constituyente en esta Legislatura lo agoté; lo formulé en dos oportunidades: cuando todavía me parecía permisible decirles a los miembros de esta Legislatura que convoquen a una Asamblea Constituyente, cuando renunció Chacho Alvarez, y en oportunidad del tratamiento de la Ley de Reforma Laboral. Allí utilicé la expresión: “Es una oferta de temporada: la toman ahora o una rebelión popular va a terminar imponiéndola”. Finalmente, la planteé en oportunidad de la rebelión popular.

Hoy, la oferta de temporada no existe más, ya que el stock ha sido vendido, la paciencia se acabó y las instituciones políticas de este país no han respondido al clamor popular. De manera que la perspectiva de una Asamblea Constituyente ya no depende ni de la Legislatura, ni del Congreso de la Nación. Como dirigente del Partido Obrero, impulso una enérgica movilización popular para que cesen en sus mandatos el Presidente de la Nación, los representantes del Congreso Nacional, los integrantes de las legislaturas de todas las provincias y municipios, para que el pueblo convoque a una Asamblea Constituyente y lleve al gobierno a los representantes que han surgido de sus luchas. Porque no es cierto que cuando se vayan todos, van a volver los mismos en diferentes proporciones. Están omitiendo el hecho de que la rebelión popular que recorre el país ha producido una nueva camada de dirigentes: las organizaciones piqueteras, las empresas con gestión obrera y los sindicatos que han echado a la burocracia sindical y, naturalmente, las asambleas populares.

El porvenir de la Argentina depende de esta generación de dirigentes y de las organizaciones que se han montado como alternativas de este poder.

Nada más. (Aplausos.)