AIRES DE TORMENTA

AIRES DE TORMENTA

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/54804-

El domingo pasado, dos columnistas de Página/12, caracterizados por su centroizquierdismo, coincidieron, sin embargo, en una descripción pre-revolucionaria de la situación política argentina. “Todo induce a pensar -dice Mario Wainfeld- que vivimos tiempos de vísperas, que algo está por estallar, que tanta excitación derivará en algún cambio cualitativo, imposible de predecir porque la coyuntura actual no se deja comparar con precedentes históricos… sobre todo si no parece haber nadie que gobierne”.

Martín Granovsky no es menos tremendista: “¿Y si todo resulta peor -se pregunta- y el gobierno no aguanta? ¿Si hubiera elecciones anticipadas? ¿Si desdichadamente Argentina se acerca más al default? ¿Si las cajas permiten descubrir nuevas conexiones entre algunos políticos, algunos empresarios y algunos banqueros?”.

Fracasó Cavallo

Estas opiniones reflejan el estado de ánimo de los círculos de poder que son frecuentados por estos periodistas, e incluso de los círculos de la clase media a la que ellos pertenecen. Expresan la completa quiebra de la economía capitalista y el empantanamiento de su política. En el Congreso nacional y en las legislaturas, los bloques de la Alianza y del justicialismo se van desdoblando sin solución de continuidad. Los encargados de la gobernabilidad no consiguen gobernarse a sí mismos. Los jueces encargados de investigar los delitos del poder son a su turno investigados. El “largo adiós” del Chacho Alvarez simplemente traduce la disgregación que avanza en el conjunto de la política patronal.

Lo que le ha impreso un nuevo dinamismo a esta crisis es el manifiesto fracaso de la tentativa “reactivadora” o “competitiva” de Cavallo. Tuvo que recurrir a los fondos retenidos de los bancos, pero no para impulsar la economía sino para pagar la deuda externa. De este modo, acentuó el ahogo financiero, precisamente cuando habría prometido liberarlo. Pretendió chantajear a los acreedores con un cambio en la convertibilidad, pero según informa Ambito Financiero, De la Rúa se comprometió ante varios bancos de inversión a frenar la canasta de monedas. Las convocatorias de acreedores y las quiebras han alcanzado un nuevo récord en abril, aunque el FMI haya aceptado la inaceptable hipótesis de Cavallo de que la economía argentina crecería un 2% en el 2001.

La posibilidad de canjear la deuda que vence en los próximos dos y tres años, de unos 20.000 millones de dólares, por compromisos a plazos más largos, se encuentra también empantanada. Los acreedores exigen por este alargamiento del plazo de sus cobranzas, tasas de interés extraordinarias, que paralizarían a la economía interna por un plazo aún más prolongado. Los bancos norteamericanos pretenden que el peso del canje recaiga sobre los bancos locales y las AFJP, lo que permitiría que ellos puedan cobrarse la deuda a corto plazo que tienen en su poder. Pero la finanza local, en su mayoría europea, no quiere subsidiar, acumulando una montaña de títulos argentinos, el pago en efectivo de los títulos a corto plazo que tienen en cartera sus competidores norteamericanos. En cualquier caso, el canje de deuda con la banca y AFJP locales, redundaría en una menor disponibilidad de crédito local para financiar una reactivación.

Hipoteca eterna

Por si esto fuera poco, los acreedores exigen que el Congreso dicte una ley de crédito público que otorgue a los dueños de los títulos de la deuda externa la prioridad de cobro sobre cualquier otro acreedor, incluidos los asalariados del Estado. Cavallo declaró que autorizaría el pago de impuestos con los títulos nuevos que resulten del canje. Si, además, se privatiza la recaudación impositiva, como ya ocurre en Córdoba, o como es el caso de las multas de tránsito en la ciudad de Buenos Aires, o como se propone hacerlo Ruckauf; si esto ocurriera, el país pasaría a ser una caja recaudadora de los acreedores internacionales.

Una parte de los bancos y fondos norteamericanos juega con la idea de provocar una cesación de pagos, que obligaría a la Argentina a imponer un canje compulsivo de deuda en términos relativamente perjudiciales para los acreedores. Se trata de especuladores que han vendido la deuda argentina y que pretenden lucrar con el quebranto que una renegociación forzada provocaría en sus rivales. Cavallo acaba de escribir una “carta a los inversores” que denuncia el canje compulsivo, pero nada dice del costo en intereses que representa la alternativa de un canje “amigable”. Cualquiera de estas variantes, en las condiciones políticas y sociales actuales, implicaría una declaración de bancarrota y una mayor depresión económica.

Se acelera la crisis política

Este es el telón de fondo del escándalo de las armas y del lavado de dinero. Más allá de los huesos que puedan ir a parar a la cárcel como consecuencia de esto, importa todavía más el golpe que importaría para importantes intereses políticos y económicos capitalistas. El caso de las armas podría revelar el papel del gobierno norteamericano, que exigió las ventas de armas, y sin cuyo consentimiento éstas no habrían llegado nunca a su destino. Podría desestructurar al justicialismo, lo que explica que sus jefes dejaran de lado por quince minutos sus celos y rivalidades, para exigir impunidad colectivamente desde el Congreso. El caso armas deberá provocar un golpe en el Ejército, cuando salga a la luz la masacre de Río Tercero. La investigación del lavado, por su lado, podría amenazar seriamente al Citibank por haber formado con Moneta una suerte de “asociación ilícita”, el CEI, dedicado a las privatizaciones y al copamiento de las telecomunicaciones. Además, el lavado y las armas se conectan, por los lazos entre sus protagonistas, con el escándalo de la exportación de oro y las coimas de IBM-Banco Nación.

La división de la burguesía, en este cuadro, no hace sino avanzar. Cavallo, el cacique de los anticorruptos, reclamó la impunidad para Menem y para él mismo, provocando la denuncia de Alvarez y el fin del idilio del Chacho con el cavallismo, además del enésimo golpe al Frepaso. También la Iglesia atacó al juez Urso con el temor de que la detención de Menem pudiera afectar la gobernabilidad.La mano derecha de Cavallo, Guillermo Francos, que renunció a su condición de diputado invocando “asco moral”, asesora a Eurnekian en lo que se presenta como la próxima gran estafa *la segunda de Aerolíneas Argentinas. Claro que el colmo de la hipocresía se la lleva Juan Pablo Cafiero quien asumió como ministro social diciendo que venía a luchar contra la explotación, para enseguida juntarse a la organizacion Cáritas, del clero.

Pero la división de la burguesía es mayor en lo conceptual, es decir en referencia a cómo salir. No hay dos economistas que tengan la misma caracterización de la situación. La confusión ideológica de la patronal refleja la disgregación práctica y real de las condiciones sociales a las que responde esa ideología: la disgregación de las relaciones capitalistas, es decir, la quiebra industrial, la ruptura de la cadena de pagos, la bancarrota internacional, el creciente alzamiento popular.

La tregua de la burocracia combativa

El fracaso de Cavallo explica que Moyano haya decidido denunciar su propia tregua con el gobierno. Pero el ‘disidente’ todavía no ha hecho nada; la tregua sigue. El pacto entre Duhalde, Ruckauf y Cavallo, del que acaba de informar La Nación, compromete directamente a Moyano, que es socio político de los dos primeros. El propio Farinello ha empezado a acusar los golpes: acaba de declarar que teme “ser utilizado”, en razón del confusionismo de su Polo Social, donde “hay -dijo- derechas e izquierdas”. El asunto es que esas derechas e izquierdas, además de pelearse por el ‘manejo’ del cura, han sido históricamente dependientes de los Duhalde y de los Ruckauf, y van a jugar al final el juego que les convenga a éstos.

Pero los explotadores saben que su crisis potencia políticamente la lucha popular; le temen a esta combinación de factores. Por eso De la Rúa-Cavallo presentaron al “moyanista” Lorenzo Miguel en la Casa Rosada, para que firmara un acuerdo sectorial que prevé exenciones impositivas a las patronales y la promesa de Miguel de aceptar mayor flexibilidad laboral y reducción de sueldos en las paritarias. Lo mismo ha hecho Ctera, que acepta discutir el estatuto del docente. Pero a pesar de lo trágico de estas posiciones, no pasan de ser una farsa: los trabajadores de Gatic están cortando rutas en una huelga por el no pago de salarios adeudados, luego de que el sindicato firmara un convenio “flexible” que ha reducido brutalmente esos salarios.

Luchas: expresarlas, organizarlas, darles perspectiva

Pero que la burocracia no alcanza como factor de contención lo demuestra la condena a Emilio Alí, jefe y líder de piqueteros. Cuando el Estado, las patronales y la burocracia se inmovilizan políticamente ante la envergadura de su propia crisis, se potencia como factor de desenlace la acción de las masas liberada de la tutela burocrática. A esto responden la extraordinaria ocupación, que resultó victoriosa, de la municipalidad de Capitán Bermúdez, en Santa Fe; la huelga general minera de Río Turbio, desconociendo la conciliación oficial; la gran marcha de desocupados de Tucumán; la enérgica huelga de Zanón, con manifestaciones y cortes de ruta; la ocupación de Recali; el comienzo de la movilización de inquilinos, ocupantes, villeros y desalojados en la ciudad de Buenos Aires; las huelgas metalúrgicas en Tierra del Fuego; la lucha de Gatic; la gran huelga con ocupación de hangares de los técnicos de Aerolíneas; los nuevos cortes en el Gran Buenos Aires *en La Matanza y en la zona sur.

La expresión más conciente, es decir política, de todo este movimiento se expresó en la gran concentración de piqueteros, el 1° de Mayo en Ferro, que planteó la necesidad de que los piqueteros se organicen en un partido obrero para luchar por un gobierno de trabajadores.

El punto crucial alcanzado por la crisis económica y política, plantea:

Fuera el gobierno usurpador de De la Rúa-Cavallo, por una Asamblea Constituyente soberana; Por una lucha de conjunto y la huelga general; Congreso de delegados de base y de piqueteros; Fuera el FMI, cese del pago de la deuda externa; Cárcel a los capitalistas ladrones y saqueadores; cárcel a los represores; cárcel al gatillo fácil; Por un salario mínimo de 600 pesos por ocho horas; por el reparto de las horas de trabajo sin tocar el salario, para terminar con la desocupación. Por la libertad de Emilio Alí y el cese de los procesamientos a los luchadores populares. Por un plan económico y político de reorganización del país, decidido en un Congreso obrero y de trabajadores.