LOS CRIADORES DEL CUERVO
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/51884-
Cuando Bussi fue elegido gobernador, Mercedes Sosa dejó de cantar para los tucumanos. ¿Extenderá ahora esta huelga lírica a los festivales que organizan justicialistas, radicales y frepasistas, ahora que éstos le sacaron las papas del fuego al viejo genocida y lo repusieron en el cargo de mandamás provincial?
Los ‘opositores’ no consiguieron los dos tercios para destituir a Bussi, lo que sabían desde el vamos. Si a pesar de esto se opusieron a cualquier movilización que pudiera sacar al genocida por medio de la lucha, es porque esperaban la ‘colaboración’ de algunos diputados bussistas o del vicegobernador que sustituyó por 60 días a Bussi. Es decir que estaban, ellos, dispuestos a colaborar con el bussismo. Gracias a esta política consiguieron ‘recuperar’ a Bussi para la ‘democracia’ una vez más; insuficientes el punto final, la obediencia debida y el indulto para mantenerlo en el gobierno, los legisladores justicia-radi-frepasistas le otorgaron el visto bueno para que pudiera finalizar el mandato. Detrás de estos legisladores se encuentran la CTA, el MTA y toda la burocracia sindical y política que finge jugar de combativa.
Es indudable que aquí hubo una negociación. Lo prueba la velocidad con que los editores del semanario el periódico (6/6), de netísimo corte frepasista, se han apresurado a reclamar la ”co-gobernabilidad” para lo que resta del mandato constitucional. Es decir, por de pronto, que no dan dos mangos por las causas que Bussi tiene abiertas en la justicia. Los perturba más la crisis del presupuesto tucumano y la bancarrota financiera resultante. Ante el Banco Mundial y ante los acreedores de la banca nacional, razonan, es necesario presentar un frente provincial unido, con el genocida adentro, por supuesto. Si los editorialistas tuvieran dos pizcas de demócratas, razonarían de un modo inverso: aprovechemos la bancarrota financiera del bussismo, dirían, para acabar por medios prácticos el trabajo que vergonzosamente no supo hacer el legislativo. Co-gobernar en función del Banco Mundial y del Banco de Galicia significa más ‘austeridad’ para el hambriento pueblo tucumano; significa el pago religioso de las deudas usureras de Bussi; y significa, por último, una indemnización multimillonaria al pulpo francés del agua, que estuvo a punto de envenenar la salud y el bolsillo de los tucumanos. Al haber colaborado en el restablecimiento de Bussi, en lugar de jugar un franco papel político para voltearlo, las direcciones de la CTA y similares han entregado a los trabajadores a un nuevo ataque fondomonetarista.
Los editorialistas de el periódico nos dan, con todo, la pista de lo que la oposición inútil negoció con Bussi, cuando señalan que éste ya no tiene ahora los tiempos políticos ni procesales para promover una reforma de la constitución que lo habilite para re-elegirse. Este es el plato de lentejas que sació a los ‘demócratas’; si las elecciones en la provincia se desdoblan de las nacionales, en junio del año próximo se habría elegido un nuevo gobernador —¡que bien podría ser, de todos modos, un bussista! En doce meses más Mercedes podría volver a cantar, para mayor gloria del fraude democrático.
Para los trabajadores tucumanos, sin embargo, la crisis, lejos de haberse cerrado, recién empieza ahora, precisamente porque las condiciones económicas se deteriorarán en forma aun más brutal. El co-gobierno oficial o semioficial que Bussi pergeñará con la oposición, lo hará todavía más pesado. Es necesario que una gran Asamblea provincial de trabajadores considere la nueva situación política. En todos los pueblos y localidades será necesario establecer organismos de lucha, político-reivindicativos, y exigir la participación en ellos de los sindicatos, con mandatos de sus bases.