POR LA REFUNDACIÓN INMEDIATA DE LA IV° INTERNACIONAL

POR LA REFUNDACIÓN INMEDIATA DE LA IV° INTERNACIONAL

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/50956-

Lutte Ouvrière

Queremos reconocer en Lutte Ouvrière la transparencia política que consiste en haber dado respuesta por escrito a los planteamientos de la reunión de Génova, que les fueron transmitidos en una reunión que tuvo lugar poco después en París. Cualquiera comprenderá que esta actitud contribuye a clarificar las posiciones.

El rechazo de Lutte Ouvrière al planteo de realizar una campaña por un congreso o conferencia para refundar la IVª, tiene como eje algo que es harto obvio desde bastante tiempo: las enormes divergencias que declaran tener los grupos trotskistas entre sí. Se trata, sin embargo, de una objeción extremadamente ingenua, porque cómo puede pensar LO que las organizaciones que lanzaron la propuesta podrían minimizar este hecho, no digamos ya desconocerlo. Poner de acuerdo a los diferentes grupos trotskistas sobre la base de una discusión de cada una de sus divergencias, o incluso sólo de las principales, desafía la capacidad de cualquier ser humano u organización. Pero no, como podría imaginarse, porque sean insalvables, sino debido a su escasa naturaleza teórica, a que son poco consistentes, en la mayor parte de los casos accidentales, y por sobre todo a que están dictadas por el faccionalismo. Pero ésta es, precisamente, la consecuencia de largos años de dispersión.

Refundar la IVª es incompatible, como método, con un ‘ajuste’ de divergencias; exige, por el contrario, una discusión sobre nuevas bases. Una discusión sobre la presente situación mundial, sobre la base de las definiciones estratégicas del programa —la lucha por la dictadura del proletariado. Es necesario plantear a las organizaciones y militantes del trotskismo una nueva agenda, es decir, sobre qué base debe refundarse de inmediato la IVª Internacional.

Es sorprendente también que no se vea que, en ausencia de un planteo de refundación, las organizaciones trotskistas carecen de un objetivo estratégico, es decir, de razón de ser. Esta falencia mortal fue disimulada durante mucho tiempo con el planteo de ‘reconstruir’ la IVª Internacional, una tarea a la que le era atribuida tal complejidad que no comprometía ninguna acción a corto plazo. Indudablemente, las escisiones de los ´50, de los ´60 y de los ´70, crearon un cuadro de crisis que reclamaba un balance político como condición de cualquier avance ulterior. Si esos balances fueron hechos o no, lo deberá demostrar cada fuerza a la hora de encarar la tarea fundamental del momento, que es refundar la IVª. Fuera de esta tarea, aquellos balances quedarán como entelequias.

Lutte Ouvrière caracteriza que los cuatro puntos básicos para convocar a una conferencia, reunión o congreso internacional, serían demasiados generales para permitir una unión real de fuerzas y les adjudica estar diseñados para apartar de ese congreso al SU. Esto plantea dos reflexiones fundamentales. La primera es que Lutte Ouvrière estaría admitiendo que nuestros planteos no son tan generales, es decir, vacíos o abstractos, desde el momento que son incompatibles con posiciones fundamentales del SU; o sea que es real que el SU es democratizante y que es real que rechaza la estrategia de la dictadura del proletariado, o sea de la revolución proletaria. Si esto es así, no se ve dónde estaría, de nuestra parte, el acomodamiento de posiciones sólo para excluir al SU, salvo que para Lutte Ouvrière también el asunto de la dictadura del proletariado sea irrelevante.

La segunda cuestión es que si es verdad que la estrategia de la dictadura proletaria no provocaría disensos entre los trotskistas, ¿por qué permitir que se introduzcan como estratégicas o principistas otras cuestiones, haciéndole con ello el juego al macaneo ideológico y a la dispersión organizativa de fuerzas? Esta fuera de toda duda que un congreso o conferencia deberá discutir todo aquello que fuera considerado fundamental por parte de los que asistan a ese congreso, pero en cualquier determinación política de refundación de la IVª habrá que distinguir lo que son diferencias de opiniones o de tácticas, de las de principio o estrategia. Sobre la base de esta distinción reposa la posibilidad de unidad de cualquier partido, ya que sus miembros divergen, como cualquiera lo sabe, cotidianamente sobre innumerables cuestiones sin que ello afecte necesariamente la unidad de acción y de propósitos. Claro que existe una larga experiencia acerca de que lo que se presenta como divergencia táctica esconde otra más fundamental, pero la clarificación de este tipo de problemas sólo puede hacerse en la lucha, en condiciones concretas; no se puede especular de antemano sobre todos los sinsabores que su desconocimiento pudo haber ocasionado en el pasado.

Lutte Ouvrière destaca una cuestión que sí es importante, cuando señala que a muchas organizaciones que no integran el SU se las puede igualmente caracterizar de democratizantes, sin que sin embargo el llamado de la Conferencia de Génova las hubiera excluido de un futuro congreso de refundación de la IVª. Pero el método de la reunión de Génova es muy concreto: pone como única base de la conferencia cuatro puntos estratégicos de los más fundamentales, que las organizaciones que se reivindican de la IVª pueden apoyar o rechazar; es decir, que cada uno hará su propia delimitación política, incluidas las organizaciones que militen en el SU o en el lambertismo. Pero con relación a estas últimas, en calidad de organizaciones que se presentan como la encarnación de la IVª, decimos que son democratizantes, opuestas a la estrategia del programa de fundación de la IVª y, por lo tanto, contrarrevolucionarias como tales organizaciones internacionales.

Estamos convencidos que Lutte Ouvrière omite en su carta el punto fundamental de decir si está o no de acuerdo con las bases propuestas, en lugar de evadir una definición con el argumento de que serían demasiado generales. En otras reuniones que tuvimos en Europa pudimos constatar que existe un rechazo a plantear la dictadura del proletariado. Esta es la cuestión.

Lutte Ouvrière tampoco valida la consigna de refundar la IVª como objetivo, a pesar de que es sabido que el lambertismo ha planteado la creación de una Internacional que no debería necesariamente ser la IVª y que, por lo tanto, no debería basarse en la estrategia de ésta. Ha señalado que habría que volver a poner en pie una organización como la Iª Internacional. El SU, por su lado, practica una activa política de disolución en los partidos comunistas ‘reciclados’ (no entrismo), lo que, de un lado, ha transformado internacionalmente en una cáscara vacía y, del otro, apunta a una Internacional ‘pluralista’. Ahora bien, frente a estas tendencias concretas en el campo de la izquierda es necesario decir claramente cuál es la forma concreta del internacionalismo proletario para los trotskistas —el macaneo ‘pluralista’ o la refundación de la IVª.

Llama la atención que Lutte Ouvrière señale, al menos como hipótesis, la posibilidad de que se pudiera refundar la IVª en un marco de ascenso obrero mundial, porque le atribuye a este ascenso la capacidad o posibilidad de acercar a las diferentes organizaciones trotskistas. Pero esta posición significa, en primer lugar, que LO no se plantea preparar políticamente desde ahora ese llamado acercamiento o esa posibilidad de refundación, incluso cuando admite que está inscripta en la perspectiva tanto la posibilidad de un ascenso obrero general como de que provoque condiciones de refundación de la IVª Internacional. El método de LO no es el de Lenin ni el de Trotsky, que prepararon la fundación de la IIIª y de la IVª en un período de lucha ”contra la corriente”.

Sin embargo, no hay ningún antecedente histórico, ni tampoco razones teóricas, que permitan sostener que los ascensos obreros tenderían a superar divergencias políticas, o a unir a tendencias divergentes cristalizadas. Al revés, las situaciones revolucionarias han servido siempre para iluminar más claramente, y a hacer más irreversibles, las divergencias que con anterioridad parecían oscuras para el común de la gente. La suposición de Lutte Ouvrière de que un ascenso obrero general podría crear condiciones favorables para unir a las diferentes tendencias trotskistas, desmentiría su insistencia acerca de la gravedad, profundidad o amplitud de sus propias divergencias con esas corrientes en la actualidad.

De la respuesta de LO, así como de otras que nos fueron transmitidas verbalmente en Europa, se obtiene la impresión de que para ser viable la consigna de refundar de inmediato la IVª, ésta debería satisfacer los paladares de las organizaciones a las que va dirigida esa consigna. Este punto de vista es quietista y absurdo. Esa consigna sólo tiene una función transformadora si es capaz de plantear la superación de una situación de dispersión, sectarismo, confusión o faccionalismo, que está impidiendo a los trotskistas cumplir sus irrenunciables deberes internacionalistas del momento.

El Partido Obrero y las organizaciones de la Conferencia de Génova simplemente están reclamando levantar la puntería.