LA ‘VERDADERA OPOSICIÓN’, CON DUHALDE Y LOS YANQUIS

LA ‘VERDADERA OPOSICIÓN’, CON DUHALDE Y LOS YANQUIS

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/50916-

El episodio que revivió por algunas horas la posibilidad de una alianza entre la UCR y el Frepaso para las elecciones de octubre, sirvió por sobre todo para poner al desnudo la verdadera política que están impulsando las direcciones de la CTA y del MTA. El asunto tiene su importancia porque, al fin y al cabo, a los trabajadores les interesa sobremanera conocer la finalidad estratégica del paro general que ahora se ha trasladado para el 14 de agosto.

En efecto, el tema de esa alianza volvió a aparecer a instancias de los dirigentes de las centrales opositoras en la reunión que tuvieron con Alfonsín el jueves pasado. Es, en realidad, desde hace mucho más tiempo, que la CTA y el MTA vienen haciendo ‘lobby’ en favor de un frente opositor compuesto por esos dos partidos, de comprometidos intereses patronales. Gran parte de las ‘fricciones’ entre las direcciones de la CTA y del Frepaso han estado relacionadas con los obstáculos de los frepasistas a un frente con el radicalismo.

Tenemos definido, de esta manera, un planteo estratégico harto claro que subordina a las organizaciones obreras a los explotadores. Las direcciones de la CTA y del MTA conciben al ‘pos-menemismo’ como un régimen político constituido por una coalición radical-frepasista, que tendría por ‘brazo sindical’ a las centrales anti-cegetistas. En esa situación futura, la CTA y el MTA deberían defender, ante las masas, la política del gobierno coaligado y transformarse, de esa manera, en el gendarme de los capitalistas dentro del movimiento obrero, tal como lo ha hecho la CGT.

Cuando se piensa que los De Gennaro, Moyano y Palacios apoyaron a Menem contra Alfonsín en 1989, de acuerdo a la misma concepción subordinada y seguidista que tienen hoy, se concluye que no han aprendido nada y que incluso cambian de verdugo como de camisa. La división del trabajo que proponen los dirigentes sindicales‘opositores’ —la política para los partidos patronales, el sindicalismo para ellos— refleja la intención de seguir dominando en los sindicatos por medio del apoyo del Estado y al servicio de los intereses capitalistas.

Alfonsín fue muy enfático en la entrevista que le hicieron por TV Magdalena Ruiz Guiñazú y Morales Solá, acerca de la insistencia que pusieron los sindicalistas para reabrir el tema aliancista. El Frepaso ya ha recorrido un buen trecho en este sentido, como lo demuestra su alianza con el partido de la dictadura en Salta y la integración al gobierno radical en el Chaco.

Es interesante que este episodio haya ocurrido cuando aún no se ha secado la tinta del ‘affaire’ Pico en el Concejo Deliberante porteño. Es que como lo informó abundantemente la prensa, la UCR se negó a votar la destitución del estafador y hasta aceptó su reemplazo por otro menemista, sin importarle que el menemismo es la tercera o cuarta minoría en el distrito de la Capital. La ‘solución’ de este asunto refleja un acuerdo de la UCR con el menemismo, que ha tenido su proyección en el reparto que se ha hecho del dinero que se derivará de la ‘privatización’ del Banco Hipotecario. Lo ocurrido en el Concejo de la capital demuestra que el ‘pacto de Olivos’sigue en pie y que el gobierno maneja los hilos suficientes como para condicionar la política de los llamados ‘opositores’.

El fracaso de las presiones de la CTA y el MTA para que se cristalice el frente radical-frepasista deja al descubierto que la ‘estrategia política’ de esas centrales ni siquiera existe como tal. La frase con la cual Marta Maffei, de la CTERA, resumió el objetivo de la última ‘marcha por el trabajo’ —”castigar al gobierno en las urnas”— no tiene, en ausencia de la alianza, ningún significado concreto. El movimiento obrero opositor a la burocracia de la CGT está siendo llevado por la burocracia‘opositora’ de las narices hacia ninguna parte.

Pero una ilustrativa entrevista en Página 12 del último domingo, nos viene a enterar que ni siquiera el imperialismo yanqui es ajeno a estos macaneos pro-patronales de las burocracias ‘opositoras’. Es así que el Instituto de Estudios de la CTA, que dirige el economista Claudio Lozano, tiene previsto impulsar una iniciativa para la ”Revisión Participativa del Ajuste Estructural”, de la Organización No Gubernamental norteamericana Development Gap, conformada por ex funcionarios del Banco Mundial y un ala del partido Demócrata de Clinton.

“El debate”, dice Lozano, ”no implica que acepten cuestionamientos a los supuestos principales: apertura económica, privatizaciones y desregulación”. La CTA, al igual que el ‘Cavallo’ Alvarez, también parece arrepentida de no haber votado la ‘ley de convertibilidad’.

Lo que los yanquis sí estarían dispuestos a ‘debatir’ es ”un programa para pymes de creación de empleo”. Como todo el mundo sabe, este asunto de la creación de empleo de las ‘flexibilizadoras’ pymes es el abc del programa de la CTA. Pero Lozano apunta a una limitación en este planteo de los yanquis: ”el punto que no contemplaban, señalé (dice Lozano), es que el tema central es que puedan transformarse (las pymes) en proveedoras de las grandes empresas”.

El planteo no tiene desperdicio. ‘Meloneado’ en Washington, el principal mentor ideológico de la CTA propone un régimen industrial ‘tercerizado’ al servicio de los grandes monopolios. La ‘tercerización’ es el método de los grandes pulpos para ‘abaratar’ sus costos, a través de la superexplotación de los obreros ‘tercerizados’ y del diferencial de beneficios entre las grandes empresas y las pequeñas. Hasta el momento de la entrevista de Lozano a Página 12, el principal abogado de este régimen de ‘tercerización’ pymes-monopolios había sido Roberto Alemann, que iba más lejos que Lozano porque proponía, para favorecer este sometimiento económico, una rebaja sustancial de las tasas de interés que los bancos cobran a las pymes, mediante el uso de los contratos de provisión como garantías de los préstamos.

Lozano dice en la entrevista que ”el ámbito natural (para el debate) es la Multisectorial que se organizó el año pasado” (en referencia al ‘bocinazo’). La Multisectorial es precisamente el frente radical-frepasista más la CTA, el MTA, los bancos cooperativos y el Mst. Las ‘marchas’ y ‘paros’ que levantan como slogan la denuncia de la desocupación apuntan, como se ve, a esta pérfida política de sometimiento a la grande y pequeña explotación capitalista.

Pero Lozano introduce un añadido fundamental. Dice que ”son absolutamente ‘sumables’ a la propuesta los sectores vinculados al duhaldismo” (como si los‘vinculados’ no fueran ‘duhaldistas’). ¿Y por qué son ‘sumables’? ”Porque a un futuro gobierno”, dice Lozano, ”—como el que aspira a encabezar Eduardo Duhalde— le va a dar una mayor cuota de flexibilidad frente a los organismos multilaterales” (Lozano ya no usa la abominable expresión ‘imperialismo’).

En resumen, la CTA está abogando incluso por un futuro gobierno de Duhalde, sobre la base de un programa tan mezquino como el de ”la mayor flexibilidad”. La‘verdadera oposición’ que propugnan algunos partidos de izquierda incluye, como se ve, a toda la gama de intereses patronales, incluidos los del oficialista Duhalde.

Los militantes y afiliados de la CTA tienen que exigir a su dirección una clarificación sobre todos estos planteos y sobre su política de sometimiento a las patronales. Acaban de ser convocados a una elección de autoridades que, como lo revelan las declaraciones de Lozano, está más cubierta de confusión y de engaño que cualquier elección del régimen oficial dominante.

El conjunto del movimiento obrero opositor a la CGT debe exigir que se convoque a un congreso general de bases, para que la política de este movimiento esté inspirada por los intereses de la clase obrera y no de la burguesía.