BELIZ, OTRA ETAPA DE LA CRISIS DEL GOBIERNO Y DEL FREPASO

BELIZ, OTRA ETAPA DE LA CRISIS DEL GOBIERNO Y DEL FREPASO

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/48363-

La renuncia de Béliz al ‘menemismo’ constituye otra etapa de la crisis política del gobierno que protagonizaron hasta hace poco Menem y Cavallo; los vínculos económico-clericales entre Cavallo y Beliz fueron dados a conocer más de una vez. El hecho de que el niño del Opus Dei se haya visto obligado a hacer rancho aparte desmiente a los que sostienen que la disputa anterior la ‘ganó’ el ministro de Economía. Desde este ángulo, es incuestionable que asistimos a otro episodio de la desintegración del régimen menemista, jaqueado por una crisis industrial, fiscal y financiera que ya lleva más de un año, y a un agravamiento de las condiciones sociales en general.

La advertencia de Beliz de que no se va del PJ, es algo más que una frase de circunstancias. Tiene que ver con el hecho de que su partida es una maniobra para desplazar a la camarilla menemista del PJ y poner una barrera a la candidatura de Duhalde. Todos los comentaristas han coincidido en que esta crisis, como la que antes protagonizó Cavallo, está directamente relacionada con la sucesión presidencial que debería disputarse a partir de 1998. Si Beliz tiene éxito con su tentativa en la Capital, modificará por cierto las condiciones de la interna del Partido Justicialista. Las ‘denuncias’ de Beliz acerca de la ‘corrupción’ y el ‘narcotráfico’ en el gobierno, se parecen como dos gotas de agua a las que hiciera en su momento Cavallo, y a las que repetidamente recurren Grondona, La Nación y sectores del Departamento de Estado de los Estados Unidos, cuando se refieren a la falta de ‘seguridad jurídica’.

La crisis del PJ ha pillado al Frepaso en todas sus limitaciones. La rapidez con que la postulación de Beliz ha desarmado a la candidatura del socialista La Porta no tiene nada que ver con la indudable perfidia de Bordón. Simplemente demuestra que el Frepaso y el Frente Grande no tienen, ni lo pretenden (lo cual es más importante), una base política propia en el movimiento de las masas, sino que aspiran a ganar la confianza de la burguesía. En estas condiciones no puede rechazar, sin ofrecer poderosas razones, una ‘alianza opositora’ que podría ganar las elecciones para la intendencia. Beliz representa una posibilidad de ‘ampliar la alianza social’, que siempre ha sido la estrategia del chacho-izquierdismo, aunque ella sea ficticia, efímera, tramposa y liquidadora. Se repite lo ocurrido cuando la crisis Menem-Cavallo, en que Alvarez y la Meijide se apresuraron en el afán de convertirse en los voceros de este último. Las contradicciones del Frepaso deberán estallar tanto si acepta la ‘alianza’ con Beliz como si no logra ganar la intendencia capitalina debido a la candidatura del ex ministro del Interior.

Lo que está ocurriendo desvirtúa la especie de que el Frepaso hubiera roto el bipartidismo en Argentina, lo que significa decir que es una alternativa independiente a los dos partidos principales de la burguesía. El Frepaso es un simple peón, en primer lugar, de la ‘interna’ de los grupos capitalistas y del clero; en segundo lugar, del gobierno; y ahora, en tercer lugar, del partido justicialista.

La evolución que siguió el centroizquierda desde el Frente del Sur al ‘belizismo’ seguramente sorprende a todo el mundo, pero no a los lectores de este periódico. Tempranamente dijimos desde estas páginas que el Frente del Sur era reaccionario, esto porque sus características rabiosamente democratizantes y contrarias a la acción de masas debía llevarlo a la completa integración al Estado. Este recorrido se ha cumplido en todas sus etapas.

La potencial desintegración del Frepaso y del Frente Grande pone en evidencia la ausencia de un espacio histórico para una política puramente democrática y seudoreformista. La amplitud de la crisis no deja alternativas: o es la política privatizadora y hambreadora de los monopolios capitalistas o es el establecimiento de un gobierno de trabajadores.