¡UN GOBIERNO QUE NO PUEDE GOBERNAR!
nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/47538-
Después de lo ocurrido con las elecciones del domingo pasado en Francia, las encuestas electorales están de capa caída y ha quedado demostrado que sirven a una política de manipulación. Esta evidencia no le quita interés, sin embargo, a los comentarios del encuestólogo Zuleta Puceiro, publicados por La Prensa, el domingo 23. Zuleta pone de manifiesto las características críticas del actual proceso electoral, en especial las oscilaciones bruscas del electorado y la perspectiva de que a Menem le sea birlada la posibilidad de ganar en una primera vuelta.
Zuleta señala “que hay grandes segmentos del PJ, UCR y Frepaso que están dispuestos a cambiar su voto. Hay una proporción de alrededor de un 20% que cambió su voto en los últimos treinta días”.
Con independencia de que estas oscilaciones no salgan del terreno de los candidatos capitalistas principales, el dato de Zuleta refleja los golpes de la crisis económica sobre el proceso electoral. Los virajes agudos en lapsos breves de tiempo, en especial si son la consecuencia de la agudización de la crisis capitalista, pueden convertirse en un futuro próximo en giros políticos de una amplitud mayor, que lleve a las masas fuera de los partidos capitalistas. En las oscilaciones que se han verificado existe una evidente ilusión electoral, pues suponen una transferencia de adhesiones entre candidatos que responden a los mismos intereses de clase. Parece muy probable que una radicalización mayor de la lucha de clases deba esperar a que se disipe la incógnita electoral y a que el partido que eventualmente triunfe demuestre rápidamente su incapacidad en el terreno de los hechos.
Una consecuencia inevitable del dato anterior es la “gran tendencia al corte de boleta”, esto a pesar de que, según el encuestólogo, “técnicamente es difícil, porque no hay tradición”, pero, insiste, “la gente está cortando boleta duro y parejo”. Si esta característica se acentúa, es indudable que habrá segunda vuelta.
Zuleta es conciente de que las tendencias electorales que describe se dan en el marco de una crisis política creciente. Sólo el Partido Obrero había puesto en evidencia hasta ahora esta situación, desde principios de febrero. El encuestador dice que “por primera vez el equipo Cavallo tambaleó severamente”, como consecuencia del “efecto tequila”, y advierte acerca de las alternativas que podrían darse “si el gobierno se tambalea…”.
“Mucha gente, dice Zuleta, seguramente refiriéndose a la burguesía o a la alta clase media, tiene la idea de que el gobierno no gobierna”. Sin embargo, la realidad parece peor de lo que eso supone, pues afirma que “el gobierno gobierna mejor sin gobernar”. Pero que resulte positivo que un gobierno no gobierne, sólo significa que es incapaz de gobernar y que lo mejor que puede hacer es disimular su propio vacío político.
“Si el gobierno aplicara férreamente” su política, dice Zuleta, las “consecuencias sociales y políticas serían tremendas”. Es precisamente el temor a llevar adelante su propia política lo que determina la debilidad política del gobierno menemista —temor a la reacción popular y a la desintegración de su propia base de apoyo.