UNA DECLARACIÓN APROBADA “POR ACLAMACIÓN”

UNA DECLARACIÓN APROBADA “POR ACLAMACIÓN”

nota publicada en: https://prensaobrera.com/politicas/45905-

El momento más importante, el más característico y por sobre todo el decisivo del IVº Encuentro del Foro de San Pablo, duró, aproximadamente, un minuto. Fue cuando el representante del PC de Cuba concluyó con la lectura de la propuesta de Declaración del encuentro, elaborada por un grupo de trabajo. Siguiendo una línea de conducta probablemente tradicional, pero que en todo caso es típica de la metodología del stalinismo, el portavoz preguntó al plenario, revelando con ello una duda íntima, si éste no quería aprobarla por aclamación. Ni falta hizo que lo pidiera, porque en menos de lo que canta un gallo, una multitud se irguió de las butacas para aplaudir frenéticamente el documento. Con la excepción, naturalmente del delegado del Partido Obrero, por lo menos, ya que es muy probable que en esta oportunidad haya sido acompañado por algunas delegaciones, pequeñas claro, más. Es decir que la declaración no se votó ni se discutió. A la hora de la verdad, muchos nacionalistas o stalinstas, de la escuela del verticalismo, reconvertidos y reciclados hoy al “pluralismo”, no pudieron con sus viejos reflejos. Lo que no tuvieron en cuenta, sin embargo, es que si el mundo aún está poblado de decenas de miles de pichones del stalinismo, el stalinismo, él, está completamente muerto.

Le cupo la tarea de demostrarlo, muy a su pesar, a la delegada y secretaría general del Partido Comunista de Uruguay, Marina Arismendi, una de las que más aplaudió el “voto” por aclamación. Es que sin reparar para nada en la enorme contradicción que se aprestaba a cometer, e incluso anticipando un afán de repararla, pidió la palabra para señalar que en el documento ya aprobado sin pedir opiniones ni decisiones, se había virtualmente contrabandeado un párrafo que ella no había visto en el texto que elaboró el grupo de trabajo del cual participó. Los flamantes “aclamadores” recibieron una semejante denuncia, efectuada por una delegada de su propio riñon, con un suspiro de estupefacción. Marina Arismendi se apuró, entonces, a aclarar que aunque ella no concordaba con el contenido del párrafo intruso, y aun a pesar de la intrusión, no pedía una reconsideración del “voto” por aclamación. La Arismendi pretendía cerrar, ya infructuosamente, la caja de pandora que había abierto.

Es que el párrafo infiltrado traía de las suyas, pero por sobre todo delataba con absoluta claridad y posición los objetivos estratégicos que un grupo de grandes partidos había asignado al Foro, en especial el PRD, de México; el PC, de Cuba; el PT, de Brasil; y más encarnizadamente que nadie el FMLN, de El Salvador. El párrafo cuestionado decía lo siguiente: “A pesar de que objetivamente se ha hecho necesaria la readecuación de las negativas y fracasadas relaciones hemisféricas de los Estados Unidos, el IV Encuentro precibe ambigüedades en la definición de su política por parte del actual gobierno norteamericano. De hecho continúan prevaleciendo las políticas de administraciones anteriores”. En una palabra, el Foro se presentaba, de acuerdo a la declaración, avalando al gobierno de Clinton y con una propuesta estratégica con el imperialismo yanqui. La lucha antimperialista recibía así un entierro definitivo, y lo que era más “interesante” por supuesto, con la “aclamación” de 112 partidos, 25 observadores regionales (que aprovecharon la bolada para “aclamar”  también) y los 84 extrarregionales (que eran los más entusiasmados de todos).

La afirmación de Marina Arismendi de que no proponía la modificación del párrafo, sino que se limitaba a denunciarlo en su contenido y procedimiento de inclusión, desató una ola de protestas. ¡Un ala de los “aclamadores” se había pasado a la oposición! No habían pasado, entretanto, más que cinco minutos. El “voto  por aclamación se había convertido en objeción barullente. El ala izquierda de los partidos identificados con las posiciones aprobadas en los anteriores Encuentros, había encontrtado un planteo episódico para hacerse notar, sin importarle que segundos antes se hubiera puesto de pie para aclamar. Uno de los voceros de esta izquierda fue Daniel Ortega, quién, a pesar de su alta posición en la jerarquía del co-gobernante FSLN, condenó el párrafo aunque sus expresiones fueron medidas y hasta inseguras.

El Foro entró entonces en una situación de confusión y sus mentores en la incertidumbre, hasta que apareció el defensor idelógico del párrafo y autor del “contrabando”, aunque aclaró con todas las letras que no había contrabandeado nada y que había discutido ese párrafo … ¡con Marina Arismendi! El hombre en cuestión era Shafik Handal, “comandante” del FMLN, el cual ya se había destacado en una sesión plenaria por caracterizar al acuerdo del FMLN con el gobierno fascista de Cristiani como “el más profundo, el más nacional y concreto programa para la democratización en la historia del país … ”, pretendiendo ignorar que desde la firma de los acuerdos la situación de las masas salvadoreñas había empeorado en forma descomunal y que la dirección del FMLN se ha convertido en una cooperativa de directores de empresas. No es casual que Shafik informara al Foro que el FMLN era partidario ahora de “la privatización de empresas del Estado a favor de los trabajadores” (a la Pts).

Shafik defendió la necesidad de “mandarle un mensaje a Clinton” (textual). El hombre reclamoó para sí un conocimiento profundo “de las realidades del poder” en Estados Unidos, y en esta condición aconsejaba lanzar al gobierno yanqui una propuesta de negociación estratégica. No contrariaba a las “ambiguedades” que el párrafo y Shafik le otrogaban a Clinton, el reciente bombardeo a Bagdad y a Mogadisco, la guerra por procuración que el imperialismo mundial está llevando a cabo en Yugoslavia, o la creación de una policía de cascos azules en Haití, o el sabotaje de los Estados Unidos a la economía de Nicaragua, o, por último, la aprobación de la ley Torricelli contra Cuba, con el acuerdo de Clinton. El gobierno cubano ya había declarado en varias oportunidades que consideraba a Clinton “mejor” que Reagan y Bush, pero hasta ahora no se había llegado al extremo de querer negociar la política de conjunto de la izquierda de América Latina en una mesa con el imperialismo yanqui.

La izquierda del Foro protestó contra la intervención de Shafik, pero sin ninguna capacidad de responder a la aseveración de la derecha de que existían indicios de cambio en el gobierno norteamericano. La impasse de la izquierda era comprensible, esto porque no se trataba de negar las modificaciones OBLIGADAS que deberá introducir (y que ya introdujo) el imperialismo norteamericano, en primer lugar como consecuencia de su propia crisis, de las rebeliones en sus ciudades, de la extensión de la crisis mundial y de la perspectiva de rebeliones y explosiones en todo el mundo. El Partido Obrero señaló el carácter FORZADO de estos cambios incluso bajo el gobierno del propio Bush. La cuestión es que estos cambios no alterarán, ni podrían hacerlo, la naturaleza imperialista del gobierno norteamericano, porque ella está determinada por la estructura social de los Estados Unidos, y de ningún modo por la arbitrariedad de un gobierno o de una fracción del capitalismo. No hay ni puede haber ambigüedades sobre esto. El imperialismo mundial necesita poner a la Revolución Cubana de rodillas y para lograr este objetivo cambiará de política tantas veces como sea necesario, pero nunca cambiará su necesidad estratégica de destruir a la Revolución Cubana. por la simple razon de que la revolución socialista y el imperialismo son históricamente incompatibles.

La Mesa del Foro se propuso entonces encontrar una redacción que diera satisfacción a ambas posiciones! No pudo encontrarla, y por causa! La Declaración no pudo ser aprobada, a pesar de haber sido “votada” por aclamación. Se decidió que el gurpo de trabajo encontrara una redacción adecuada, lo que recién consiguió cuatro días despues de concluídas las deliberaciones, y por lo tanto sin la posibilidad de poner nada a votación. El planteo fundamental de la Declaración aclamada no pudo ser votado. El corresponsal del semanario Brecha de Montevideo insiste, a pesar de esto, de que fue votada “por unanimidad”. Este corresponsal es todavía más trucho que la propia “votación” por aclamación.

La Declaración post-Foro se traiciona a sí misma al titularse “Declaración FINAL del IV Encuentro”, algo absurdo porque habiendo una sola declaración ella es tan Final como Inicial. Pretenmdiendo corregir el “párrafo Shafik”, confirma inevitablemente todos sus términos. Suprime por completo la primera oración del cuestionado párrafo y deja su sentencia final: “El IVº Encuentro percibe que en las relaciones hemisféricas del actual gobierno norteamericano continúan prevaleciendo las políticas de las administraciones anteriores”.  Clinton ya no es “ambiguo”, pero podría pasar a serlo (lo cual es una forma de la ambigüedad y precisamente la que está tratando de transitar Clinton) e incluso modificas esas “políticas anteriores”. Circunscribe el problema a las “relaciones hemisféricas”, como siempre lo reclamo Estados Unidos (América para los americanos), cuando la presión del imperialismo contra las naciones sometidas tiene un carácter internacional. Llama más adelante, a que Estados Unidos “respete el ejercicio de la autodeterminación de los pueblos”, algo imposible si se trata de que renuncie a la explotación nacional de los países atrasados. Los cinco minutos finales del Foro de San Pablo desnudaron la tendencia política fundamental de su corriente oficial o dominante, así como el seguidismo y la impotencia de su ala izquierda. Pero el oficialismo fue incapaz de hacer discutir y de hacer votar su proyecto de Declaración. La aclamación se le volvió como un bumerán a partir de las contradicciones insalvables de estos Encuentros.

Llamamos a discutir enérgicamente el balance del Foro y a organizar sobre la base de las conclusiones socialistas y revolucionarias que se imponen, una tendencia internacionalista.